Días de lectura y soledad en Capitán Yáber: La rutina del Gabriel Urenda en prisión preventiva

Imagen GABRIEL URENDA 2495
Gabriel Urenda

Conversa lo básico. No tiene mucha interacción con los gendarmes, solo cuestiones necesarias. Lee el diario y ve televisión. No comparte su celda con otro interno, pero no por una cuestión de privilegio, sino que sólo por capacidad del penal.


Doce días recluidos en el penal Capitán Yáber cumple en prisión preventiva Gabriel Urenda Salamanca, controlador del grupo financiero Intervalores, y quien es investigado por los delitos de estafa, apropiación indebida e infracción a la Ley de Mercado de Valores.

Al igual que los otros 10 internos detenidos en el penal, las mañanas comienzan para él muy temprano. Su rutina en el penal parte después de la cuenta que realiza personal de Gendarmería, a las 8:30 horas. Allí, formados fuera de su celda son contados uno a uno.

Tras recibir sus desayunos, todos los internos quedan liberados dentro del penal y pueden hacer otro tipo de actividades. Cada sección, que componen internos de acuerdo al delito involucrado, cuenta con una amplia biblioteca con autores muy diversos en poesía, novelas clásicas y contemporáneas. Libros de economía y hasta filosofía. Pueden incluso leer el diario y ver televisión. Les gusta ver los noticiarios de la señal abierta.

Según la fiscalía, Urenda habría utilizado los recursos de inversionistas del holding financiero Intervalores para pagar deudas en un esquema similar al de una estafa piramidal. Hoy al interior del recinto penitenciario ubicado en avenida Pedro Montt 1853, el empresario sigue al pie de la letra todas las indicaciones del personal de Gendarmería.

Según cuentan, Urenda mantiene siempre un "trato gentil" a la hora de conversar con sus pares. Justamente en su misma sección se encuentra el economista Rafael Garay, quien fuera condenado a siete años de presidio efectivo, luego de ser declarado culpable por el delito de estafa reiterada en contra de 29 víctimas y por un monto que supera los $1.300 millones. En el caso de Urenda, son más 70 las víctimas y el monto de defraudación puede superar los $10.000 millones.

Otra fuente comenta que desde su ingreso al penal, Urenda ha vivido todo este trance en Capitán Yáber en soledad. No ha recibido visitas de familiares, aunque esto es desestimado por un cercano al empresario que asegura que al menos algunos han ido a verlo al penal.

Según comentan algunos familiares lo visitarán este fin de semana. Otra fuente asegura que "es complicado porque la mayor parte de la familia reside en Viña del Mar".

Su abogado lo ha visitado en al menos tres ocasiones. Su defensa liderada por el abogado Cedric Bragado, ex abogado del abanderado presidencial Marco Enríquez Ominami en el caso SQM y ex defensor del ex presidente del directorio de EFE, Luis Ajenjo.

Conversa lo básico. No tiene mucha interacción con los gendarmes, solo cuestiones necesarias. Lee el diario y ve televisión. No comparte su celda con otro interno, pero no por una cuestión de privilegio, sino que sólo por capacidad del penal.

Su celda al igual que las otras del recinto penitenciario mide unos seis metros de ancho por cuatro metros de largo. Y a diferencia de otros internos, Urenda no está sujeto a un régimen especial.

Una fuente que pide resguardar su identidad sostiene que Urenda es una persona tranquila al interior del penal, que ha asumido su condición muy consiente. No suele efectuar mayores comentarios con personal de Gendarmería y se le suele ver taciturno. "Siempre se le ve muy tranquilo. No es una persona que destaque sobre el resto", sostuvo.

Su ingreso al penal

El pasado 16 de noviembre muy temprano raudo y junto a sus abogados se presentó ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago. ¿La razón? ponerse a disposición del tribunal a fin de dar cumplimiento de la prisión preventiva decretada en su contra, luego que la fiscalía y lo abogados del querellante Panor, entre otros, apelaran a la resolución que lo había dejado con cautelares menos gravosas, como arraigo nacional y arresto domiciliario.

A su llegada, el empresario se presentó muy tranquilo y con un pantalón gris y una camisa blanca. Luego de los trámites de rigor pasó directamente al túnel para ser conducido por personal de gendarmería al penal Santiago Uno. Sin embargo, sus abogados defensores al enterarse el destino de su cliente, apelaron y solicitaron que sea enviado a Capitán Yáber, lugar donde se encuentra actualmente.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.