"Té" Chadwick, su hermano y el desenlace de hoy: "Ojalá que los senadores recapaciten y no lo hagan ser el chivo expiatorio de la crisis"

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"No me puedo meter en la conciencia de cada uno. Todo el mundo sabrá en conciencia cuál va a ser su voto. Pero si me pregunta a mí, como hermana, que he estado... nosotros estuvimos en el exilio diez años, él nos iba a ver, estuvo presente en el parto de mi tercera hija en Roma...", cuenta la ex directora del Conace, ex PS y esposa del exministro José Antonio Viera-Gallo.


"Vi las calles. Llegué el sábado y el domingo pasé por varios lados. Es impactante verlo... puchas, es duro... es doloroso. Es terrible verlo... le ponen cuanta cosa hay a Andrés", cuenta cuando se le pregunta si ha salido a recorrer, si ha podido ver en persona los incontables rayados callejeros que mencionan el apellido de su familia y que pueblan las calles céntricas de Santiago desde que estalló la crisis.

María Teresa Chadwick Piñera, hermana de Andrés -el ex ministro del Interior cuyo futuro político podría sellarse esta tarde en el Senado-, recalca una y otra vez durante los quince minutos en que conversa con La Tercera PM que todo esto "me da una profunda pena, es una injusticia tremenda".

Pesa mucho más en ella la sangre que la brecha entre las veredas políticas de ambos. Él, como se sabe, pasó de un cameo en el Mapu a Chacarillas, a la UDI y finalmente -sin dejar su partido- al piñerismo. Ella fue hasta hace poco militante del Partido Socialista -no se reinscribió- y "participé veinte años de cargos públicos en los gobiernos de la Concertación. Fui subdirectora del Sernam, directora nacional de la Fundación Integra, y directora de lo que hoy llaman Senda, en esa época el Conace". En ese cargo la sorprendió la primera llegada de Sebastián Piñera a La Moneda, el 2010; la administración entrante no llenó de entrada esa posición (como tantos otros en ese cuatrienio), pero ella recalca que "nunca trabajé" para ese gobierno.

También está al medio de este Tríangulo de las Bermudas político-familiar-social que le ha agregado suspenso al proceso político contra el exbrazo derecho del Presidente. Casada con el ex senador socialista José Antonio Viera-Gallo, ha sido por décadas testigo de primera línea de los nexos entre el acusado y varios de los presentes en la sala. Uno de ellos, el senador socialista José Miguel Insulza, hermano político de su marido en el exilio en Roma y que -por lo mismo- mantiene en incógnita su voto en un desenlace que se prevé demasiado ajustado como para apostar sobre seguro.

"He estado en posiciones políticas divergentes con Andrés. A él le tengo un cariño entrañable, de hermana. Conozco muy de cerca todos sus méritos y cualidades humanas, que muchas veces no se reconocen con tanta facilidad en el ámbito político. Y además estimo que tiene enormes cualidades para el desempeño de la función pública. No hemos hablado tanto, estaba yo fuera de Chile durante un tiempo; él ha sentido el cariño y el respaldo de su familia en todo este tiempo que le ha tocado vivir, sobre todo cuando dejó de ser ministro y se presentó esta acusación constitucional. Y se ha dedicado mucho a preparar su defensa", recalca.

-Usted ha estado en la vereda política opuesta a la de su hermano, ha ocupado varios cargos públicos en los gobiernos de la Concertación.

Mientras me desempeñé en mis funciones públicas y Andrés era parlamentario, nuestra relación nunca se vio afectada por motivos políticos. Conversábamos de las tareas que yo tenía que desempeñar, él era senador, me preguntaba de las mujeres, de los niños, de las drogas, siempre con un respeto muy grande. Siempre admiré la forma de tener esta relación conmigo, con un cariño y un respeto tremendos. Andrés es un hombre muy pacífico, muy conciliador, un hombre de acuerdos, no de peleas.

Por eso, dice, "siento que se está cometiendo una injusticia tremenda hacia él. Ha sido como el chivo expiatorio de todo lo que ha pasado, de todos estos problemas que ha habido durante esta crisis social tan aguda. Él es como el chivo expiatorio, y hoy lo están acusando constitucionalmente de cosas que me parecen tremendamente injustas. Además, el motivo de la acusación, de incumplir su deber de impedir las violaciones de los derechos humanos cometidos en estado de crisis, que es una crisis tremenda de los mismos carabineros. Entonces, es una acusación que la siento muy injusta, que se le hace a alguien que ya dejó su cargo".

-¿Por qué un chivo expiatorio?

Lo que me duele, lo que me importa, es que se está cometiendo una injusticia grande contra Andrés, está apareciendo como chivo expiatorio de algo que tiene que ver con una multiplicidad de factores que han influido en lo que ha ocurrido en este tiempo en Chile, en la crisis social. Andrés no es el culpable; puede que a uno no le guste su actuar como ministro, un montón de cosas. Pero de ahí a decir que no cumplió con su deber de impedir la violación, ¡que se hayan violado los derechos humanos! siendo ministro del Interior, por el actuar de los carabineros y un montón de problemas que ha habido, me parece tremendamente injusto. Yo, que he estado en otra trinchera política, me he entendido muy bien con él, es una persona muy afable, que busca entendimiento.

"Es el pasaje más duro que ha vivido"

-Ud. dice que su mundo es el de la Concertación. El mismo mundo que puede votar a favor de la acusación contra su hermano.

-Bueno, tú no le puedes pedir a tu mundo político que le reconozca todos los méritos que le reconozco a mi hermano. Pero igual me duele. Me duele. Ojalá que los senadores recapaciten y no lo hagan ser el chivo expiatorio de toda esta crisis social del país, que tiene que ver con múltiples factores. Por lo menos, lo que he percibido en toda mi vida política es que él es una persona -también me ha tocado ir al Parlamento a defender leyes- querida y respetada.

-Él está jugando sus fichas ahí, en sus conocidos y viejos amigos de izquierda en el Congreso y que ha conocido en su vida. Partiendo por el senador PS José Miguel Insulza, casi hermano político de su marido, José Antonio Viera-Gallo. ¿Qué espera que haga él?

-Bueno... yo ya no me puedo meter en la conciencia de cada uno. Todo el mundo sabrá en conciencia cuál va a ser su voto. Pero si me pregunta a mí, como hermana, que he estado... nosotros estuvimos en el exilio diez años, él nos iba a ver, estuvo presente en el parto de mi tercera hija en Roma...

-¿José Miguel Insulza?

-Andrés. José Miguel, también. Siempre hemos tenido una relación de mucho afecto y cariño, y yo de admiración de su trabajo como funcionario público. Yo también lo he sido y conozco bastante a los políticos. Andrés era partícipe, cosa en que no estaba toda la derecha, en todo lo que eran los acuerdos.

-Con todos esos contactos que usted tiene, ¿cuánto ha intercedido o intentado interceder en favor de su hermano durante esta acusación?

-Yo no necesito hacer gestiones con mis amigos. Ellos lo conocen, me conocen a mí. No puedo interferir en su manera de votar en conciencia. Pero ellos saben quién es Andrés.

"Es el pasaje más duro que ha vivido", agrega, "porque alguien acá tiene que asumir responsabilidades dentro de las que tenemos todos, y él es el primer ministro de este gobierno cuando ocurrió el estallido social. Y que el chivo expiatorio de esto es él, porque fíjate que... voy a decir algo, no sé, pero... todo esto ha seguido pasando, lo de los enfrentamientos de los carabineros y con todo, ha seguido pasando (después de que dejó de ser ministro), entonces... ¡habría que acusar a todos los ministros que están todavía en el gobierno! No es que fue Andrés quien mandó, después retiró y se acabó el problema".

-Eso fue exactamente lo que ha dicho Hermosilla en su defensa: que la violencia por parte de Carabineros continuaron después de que Andrés Chadwick dejó el gabinete, el 28 de octubre.

-¡Bueno!

-¿Y este supuesto de que su hermano es una suerte de "cordero de Dios" de esta historia, de que tiene que ser castigado para que zafe el Presidente?

-Lo he escuchado en todas partes. Pero hablo de esta acusación real, la de mi hermano; la otra no la veo tan real. Me duele.

-En estas circunstancias no debería poder salir ni a la esquina. Todo el mundo lo ubica.

-No, si ya casi nadie puede salir a la calle (ríe). Y no es tanto eso. Con esto, él termina su vida política, que ha sido su vida. Andrés no tiene otra vida, toda ha sido su trayectoria política. ha estado en el Parlamento, dos veces ministro... es duro. Y es un hombre joven para terminar así su vida política, es lo peor que le puede pasar a una persona política. Terminarla así. Y él tendría, desde su postura política, harto que aportar al país todavía. Es una familia sencilla, llena de valores heredados de mis padres, que fueron demócrata crisitianos. Cualquier sea el resultado de hoy, al final es el juicio de la historia y de la propia conciencia.

-¿Qué es ser un Chadwick?

-Llevo mi apellido dentro de mi identidad, de lo que hecho en mi vida. No es tan común como Rodríguez, como Pérez... espero no ser juzgada porque yo por lo menos tengo mi conciencia tranquila que mi vida entera he sido servidora pública y he trabajado en temas muy difíciles, muy complicados y tristes.

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