Nicolás Cataldo (PC), ministro de Educación: “Creo en una premisa fundamental: la política es el arte de lo posible”

Nicolás Cataldo (PC), ministro de Educación: “Creo en una premisa fundamental: la política es el arte de lo posible” FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Ad portas de que el gobierno cumpla dos años de mandato, el ministro de Educación aborda los desafíos -y expectativas- que, sobre todo su cartera, generaban en el electorado que los llevó a La Moneda con promesas que siguen pendientes como la condonación del CAE y el pago de la deuda histórica. “Efectivamente presentamos retrasos y lo hemos conversado con el Presidente”, dice el secretario de Estado.


El próximo lunes 11 de marzo el ministro de Educación, Nicolás Cataldo (Partido Comunista), deberá viajar a la región de Los Ríos para la conmemoración del segundo aniversario del gobierno, en la que el Presidente Gabriel Boric ordenó a los secretarios de Estado desplegarse por el país y presentar logros concretos. En el caso del Mineduc será la inauguración del año académico parvulario en un remozado jardín infantil Integra.

En su oficina, entre llamadas desde La Moneda y Atacama en medio de la resolución que por fin llegó del conflicto en el Servicio Local de Educación Pública (SLEP), Cataldo hace un balance de estos dos años de mandato en los que su cartera ahora se enfrenta a la cuenta regresiva para cumplir, entre otras, dos de las promesas más emblemáticas de una generación que se forjó en la movilización estudiantil: la condonación del CAE y el pago de la deuda histórica de los profesores.

Para abordar lo que viene y explicar los retrasos de su cartera, preocupación que le ha transmitido el mismo Mandatario, el ministro hace un llamado a entender el contexto del país y recurre a una histórica frase de La Concertación.

Algunos dicen que el gobierno debería dar más las batallas ideológicas y ser menos autocríticos.

Creo en una premisa fundamental de la política: la política es el arte de lo posible. Y hacer que lo posible emerja requiere de mucha discusión, diálogo y capacidad de acordar. Es importante que nadie renuncie a sus principios y sus valores fundamentales, ni la oposición ni el oficialismo. Eso permite que la democracia exista. El gran desafío es que, a pesar de esa diversidad seamos capaces de llegar a una síntesis política y acuerdos como los que se han alcanzado en otros momentos de la historia. Sin ir más lejos, esta última reforma educativa fue fruto de esos acuerdos a pesar de las diferencias y hoy la invitación es que seamos capaces de ver de qué manera mejoramos la gestión en educación.

Este gobierno generaba muchas expectativas en Educación. ¿Cree que las han cumplido?

Nuestra llegada al gobierno devela insuficiencia en el sistema educativo del que nos hemos tenido que hacer cargo y que no estaba dimensionada de la forma que encontramos. Es un escenario de gestión post pandemia que no estaba suficientemente develado.

¿Ni siquiera por ustedes?

No administrábamos el Estado.

La gente ligada al movimiento estudiantil esperaba más goles.

Sigue siendo la expectativa de mucha gente y la nuestra avanzar una agenda que no está renunciada, pero que tiene que ser aproximada a la realidad y las posibilidades del país junto a una situación sistémica más compleja, que era que veníamos entrando al gobierno saliendo de la pandemia. También están las condiciones económicas que posibilitan o no acelerar discusiones. El sentido de realidad en función del contexto en el que a uno le toca gobernar es súper importante cuando se planifica el cumplimiento de la agenda programática. Luego uno tiene que hacer una evaluación y efectivamente presentamos retrasos y es lo conversado con el Presidente. Por eso decidió darle prioridad a la agenda programática del Mineduc, sobre todo la educación pública.

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¿Y habrá otras prioridades? ¿Habrá condonación del CAE?

Yo hablaría de tres ejes. El primero es la educación pública y su fortalecimiento. Y eso tiene varias líneas. La primera es la reforma a la Nueva Educación Pública (NEP). Por otro lado, la reformulación del sistema de aseguramiento de la calidad y el fortalecimiento de la excelencia. Se ha dado un debate ficticio, como si nosotros no quisiéramos o no creyéramos en la educación de excelencia. Creemos muy importante que una parte del sistema apunte a la educación pública de excelencia, así como otros proyectos orientados a la cultura o lo técnico profesional.

¿Y los otros ejes?

El segundo es la escuela como espacio seguro y de bienestar. En esa línea vamos a tener una Política Nacional de Infraestructura Escolar. También una línea de convivencia escolar que se va a traducir en una indicación sustitutiva para dotarnos de una política actualizada. Y, por otro lado, una política de bienestar docente. Y el tercer eje es el financiamiento, que contiene una modernización al sistema de financiamiento de la educación superior, donde está el CAE. También está la propuesta de financiamiento a la educación escolar y de jardines infantiles.

¿Y la promesa de pagar la deuda histórica de los profesores?

Estamos conversando con el Colegio de Profesores cómo retomamos a propósito de las condiciones tanto políticas como financieras para cumplir de la forma adecuada. Pronto vamos a tener noticias.

¿Por qué si en dos años y con plazos comprometidos no cumplidos ahora debiese ser distinto?

Para el CAE -con eso estamos trabajando-, hay una propuesta que ya está itinerándose entre Hacienda y Mineduc. Se ha dicho que será presentado antes de que inicie el nuevo ciclo presupuestario.

Pero otros plazos ya no se han cumplido. ¿Por qué ahora sí?

Lo peor que puede ocurrir es que se sigan dilatando decisiones que evidentemente son complejas.

¿Fue irresponsable prometer el CAE, que tiene un riesgo obvio, y que la gente deje de pagarlo?

Eso es un supuesto erróneo, porque efectivamente uno ve que hay más morosos, pero se puede visualizar que desde mucho antes la tendencia iba aumentando. Más que el compromiso de campaña, que es a lo que se le ha tratado de atribuir, uno puede hablar de que la situación económica del país es más incidente. Pero lo más importante es si el financiamiento del CAE y la inversión del Estado se sostiene en el tiempo por un modelo que no está generando un buen panorama ni para estudiantes ni para el Fisco. Por eso que hay que abordarlo.

Hay también un riesgo simbólico de no cumplir esa promesa.

Eso bajo el supuesto de que no se va a cumplir. Pero el compromiso del CAE se va a cumplir.

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¿Esperaba un inicio de año en Atacama con colegios paralizados y profesores en huelga de hambre?

Proyectamos un inicio de año escolar complejo porque el sistema educativo atraviesa por una situación de tensión que excede por lejos la situación de Atacama, pero jamás imaginé una huelga de hambre. Pero pensar que la movilización de los profesores de Atacama es “la” movilización, es un error. Es una expresión más de una serie de otras.

¿Se subestimó el problema?

Nadie ha subestimado Atacama. Y cuando hay una década de promesas incumplidas los estados de ánimo no son los mejores y son proclives al conflicto. Tener un SLEP que administrativamente no está bien da cuenta de que en la reforma de la NEP no están todas las herramientas para situaciones así. Se exacerbó el principio de autonomía de los SLEP y dejamos a la Dirección de Educación Pública (DEP) y el Mineduc de manos atadas. Eso tratamos de hacer con la figura del director ejecutivo suplente.

Pero es fácil culpar a un nombramiento por compromisos asumidos antes de existir esa figura.

No. Porque había una dirección ejecutiva responsable en ese momento y se cayeron licitaciones. Y eso derivó en tratos directos y el equipo a cargo no quiso asumir esos riesgos. Como dicen los abogados, nadie está obligado a lo imposible jurídicamente, aunque estén todas las alternativas. Uno no puede obligar a un funcionario público a ejecutar una acción, sobre todo cuando goza de esa autonomía. Yo ni el director de la DEP somos el jefe del director ejecutivo del SLEP, porque son autónomos. Excede de la voluntad del ministro de Educación y del director de la DEP.

¿Hay algo que usted diga ‘esto lo pude haber hecho mejor’?

Todos los días. Y lo diría más allá de la responsabilidad administrativa específica y directa y como no soy el responsable de administrar la escuela mal podría ser responsable de eso. En una situación como esa hay 10 mil temas que uno mira atrás y puede evaluar qué podría haber hecho mejor.

¿Y qué pudo haber hecho mejor?

Haber tomado decisiones de ajustes de equipo en la DEP o el SLEP más rápido, pero a veces uno confía que los procesos van a ir ocurriendo y sin embargo se detienen por voluntad o capacidades.

Dijo que debido a los robos en el SLEP Atacama alguien quería boicotearlo, ¿quiénes lo quieren así?

No lo sé. Por eso presentamos querellas. No tengo claro quiénes son, sólo me parece extraño que, si una persona entra a un establecimiento donde hay cosas de valor no robe, sino simplemente destruya.

¿Fue la decisión correcta seguir el ritmo de la desmunicipalización antes de corregir las deficiencias?

Cuando íbamos a tener un Atacama en Magallanes, pero municipal, uno tiene que asumir el desafío de tomar decisiones cuando gobierna. De eso se trata, de tomar decisiones aunque sean impopulares, pero que son las adecuadas para el funcionamiento del sistema.

Su gestión ha estado marcada por conflictos, ¿está conforme con el avance de la agenda educativa?

Absolutamente no. Yo creo que es importante dejar de hablar de fierro y cemento y pasar a hablar de educación. Los mismos actores territoriales también bregan por lo mismo. Diría que está la oportunidad de proyectar una discusión con mucho ánimo de que el sistema mejore y de no convertir esto en disputas políticas.

Recién tuvo un respiro con los resultados del Simce.

No podemos dejar de mirar ese hito que supone iniciar el año escolar con los resultados. Y quiero destacar que hay un avance general: todas las pruebas presentan un mejoramiento. Si bien uno no puede decir que está superado el problema de los rezagos, saber que hay miles de niños que sí están aprendiendo a leer respecto de lo que antes ocurría es una buena noticia.

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Venezuela y comunismo

El presidente de su partido dijo que “a mucha honra” Venezuela no era una dictadura. ¿Qué opina?

Mi opinión es la del gobierno. La opinión que emite el PC tiene que sostenerla y explicarla al PC. Soy militante, pero hoy soy ministro de Educación del gobierno, que representa a todo el país. En los temas diplomáticos le corresponde a la Cancillería pronunciarse, yo no puedo.

¿Condena la vulneración a los derechos humanos?

Siempre, en cualquier lugar.

La pregunta apunta a Venezuela.

Donde haya violación a los derechos humanos uno tiene que estar del lado de los derechos humanos, no hay doble interpretación. Pero no me corresponde a mí esa evaluación.

¿Cómo ve el secuestro del teniente (r) Ojeda?

Las investigaciones derivarán en las conclusiones. Luego, endosar al PC responsabilidad al respecto es apresurado y un poco irresponsable, porque hay que dejar que las instituciones funcionen.

Usted iba a ser nombrado subsecretario del Interior y no se dio. ¿Hay anticomunismo en sectores progresistas o el oficialismo?

No creo que en el oficialismo haya anticomunismo y más bien me preocupa una inercia post Guerra Fría, que es más cultural y que hay que ir derrumbando, sobre todo por el bienestar de la democracia.

¿Hay tensiones entre el PS y el PC? El diputado Juan Santana (PS) lo trató de tener rasgos antisocialistas y criticó los SLEP.

He tenido largas conversaciones con distintos parlamentarios del PS y no veo una tensión institucional. La lealtad no tiene que ver con la obsecuencia, en eso no hay que confundirse. Ahora, sobre las opiniones respecto a uno, es súper legítimo, pero esos comentarios develan que no me conocen.

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