Lowline: emergente horizonte para NY

Lowline

Tecnología y reciclaje urbano, son las promesas de Lowline, un nuevo proyecto de espacio público para la ciudad de Nueva York.




Nueva York durante la última década se ha convertido en un laboratorio urbano contemporáneo, un lugar único donde confluyen la innovación y el patrimonio, donde los nuevos proyectos públicos para la ciudad parecen salirse de los urbanismos tradicionales donde el dogmatismo suele chocar con la realidad; nuevas iniciativas urbanas que surgen desde valores de preservación y generación de nuevos escenarios, iniciativas que han tenido el valor desde su origen en comprometer una alta participación ciudadana en todas las etapas de gestión.

Desde los años setenta, artistas como Gordon Matta-Clark hicieron ver la necesidad de reconocer y enriquecer los estratos urbanos de la ciudad por medio de intervenciones creativas que capitalizaran estructuras disponibles más allá de la 'tabula rasa' que en cierta manera el propio Movimiento Moderno radicalizó en muchas de sus propuestas urbanas.

Junto con el siglo XXI, se han desarrollado nuevas y emblemáticas visiones que proyectan la ciudad de Nueva York hacia el futuro; son también acciones modélicas en cuanto a la planificación urbana contemporánea. En ese contexto, HighLine no solo abrió espacio para el desarrollo de un parque elevado reciclando parte de la infraestructura de transporte que la ciudad tenía en abandono, sino que además permitió desarrollar toda una extensa área de equipamiento que tiene como inicio al barrio de Meatpacking District. Extendiéndose por cerca de 5 kilómetros en una operación inmobiliaria mayor, genera un nuevo polo de renovación urbana, al mismo tiempo que inaugura un nuevo horizonte peatonal continuo y elevado en la ciudad.

La tecnología de la mano de creativos equipos multidisciplinarios, incluyendo ingenieros, diseñadores, botánicos, paisajistas y arquitectos, entre otros, ha permitido el desarrollo de la propuesta de renovación urbana denominada Lowline. Esta propuesta pretende desarrollar un parque subterráneo en el histórico terminal de trolley ubicado en Lower East Side de Nueva York. Para ello se ha desarrollado un complejo sistema tecnológico para iluminar de manera natural y hacer crecer un parque de las mismas características.

Conectado al emergente y siempre bullente barrio de Williamsburg, por medio del puente de Williamsburg, esta estación terminal abrió en 1908 y cerró en 1948, fecha desde la cual ha permanecido en un permanente abandono y deterioro.

Desarrollado por James Ramsey y Dan Barasch, es una propuesta actualmente en curso que ha logrado tanto el apoyo del mundo privado como público, comprometiendo fondos y apoyo de empresas y entidades destacadas como ARUP o The Brooklyn Botanic Garden.

Inicialmente el proyecto cuenta con 5.000 m² de renovación directa, planteándose el proyecto como un nuevo espacio de uso público e interconexión a la red de transporte subterráneo.

Mediante un complejo sistema de colectores solares en superficie al modo de parabólicas que transmiten por columnas de fibra óptica la luz bajo tierra, posibilita el desarrollo de áreas verdes exuberantes, con vegetación de diferentes escalas como árboles, arbustos y flores, cambiando el paisaje subterráneo así como también en superficie, ya que los colectores solares tendrán una importante presencia en superficie, visibilizando el Lowline.

Desde el 2012 se ha desarrollado una etapa denominada de laboratorio in situ abierto a público, donde las nuevas tecnologías experimentales en torno a la captación de luz se han podido testear, incluyendo el desarrollo de más de 3.000 plantas bajo tierra, que han tenido un exitoso resultado a partir de prototipos de captación solar escala 1:1. Por otra parte, esta experiencia urbana se ha podido sociabilizar mostrando los resultados con la comunidad local, logrando que esta pueda identificarse con los valores del proyecto, comprometiendo no solo participación y apoyo, sino además contando también con la no menos impresionante cifra de 100.000 visitantes a las instalaciones. A la fecha han participado en el desarrollo y cuidado de las especies organizaciones locales y estudiantes, que han sido capacitados para sostener esta idea en el tiempo y dar vida a esta idea en plazo próximo.

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Este nuevo parque urbano se proyecta abrir para la ciudad el año 2021, colocando no solo nuevamente a Nueva York en la vanguardia urbana y arquitectónica, también será en sí misma un laboratorio ejemplar en torno a un trabajo colaborativo y participativo.

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