Maduro contra un escenario adverso en la región

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El giro a la derecha de Sudamérica y el rol del Presidente brasileño Jair Bolsonaro lo complican.


"Cuando un pueblo emigra, sus gobernantes sobran. Sobran aquellos que se perpetúan en el poder y se vuelven gobiernos sombríos, siniestros, con mafias corruptas". Citando al cubano José Martí, el Presidente de Ecuador, Lenín Moreno, aprovechaba así su discurso de septiembre pasado en la Asamblea General de la ONU para lanzar un duro ataque a su par venezolano, Nicolás Maduro.

Delfín político del expresidente ecuatoriano Rafael Correa, otrora socio bolivariano de Maduro, Moreno dejó en evidencia así la distancia que había tomado de Caracas. Lejos quedaban los días en que Maduro felicitaba al "compañero Presidente Lenín Moreno" por su "victoria heroica" en las elecciones de 2017.

Para Michel Levi, docente en la U. Andina, esa alocución de Moreno puso de manifiesto "el cambio de la política exterior ecuatoriana respecto de los antiguos socios que pertenecen al Alba, con los cuales el gobierno ha decidido romper definitivamente, específicamente: Venezuela y Nicaragua". Una postura que Moreno hizo explícita ayer, al sumarse a otros países de la región y reconocer como Presidente interino de Venezuela a Juan Guaidó.

Reconocen a Maduro: México, Uruguay, Nicaragua, Bolivia, Cuba, China, Rusia, Irán, Turquía, Siria.

No reconocen a Maduro: Chile, Estados Unidos, Argentuna, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, Canadá, Paraguay, además de la OEA.

Pero no solo la nueva postura de Ecuador configura el escenario regional adverso para Maduro. La llegada de Jair Bolsonaro a la Presidencia de Brasil no solo confirmó el giro a la derecha de Sudamérica, sino también fortaleció al Grupo de Lima contra el régimen venezolano, considerando el peso político de ese país en la región. De hecho, la semana pasada Bolsonaro recibió a una delegación de la oposición venezolana. Al rol de Brasil se suma la dura posición que ha mantenido el gobierno de Iván Duque en Colombia. Así, la oposición se ha visto fortalecida con el apoyo del gobierno brasileño y colombiano.

"Cambió la orientación de izquierda a derecha, cambió la orientación de prochavista a antichavista y eso, por supuesto, le quitó al gobierno venezolano los soportes que tenía en la región", comentó a La Tercera el analista Luis Salamanca.

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