Primera muerte fuera de China por coronavirus dispara temor de contagios

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Vista aérea de la construcción en 10 días del hospital Huoshenshan que tratará a los pacientes diagnosticados con coronavirus, en las afueras de Wuhan, provincia de Hubei, China.

Un hombre de Wuhan murió este domingo en Filipinas. Este lunes, el hospital construido en 10 días comenzaría a funcionar, mientras el virus ha dejado 360 fallecidos.


Uno de los mayores temores en torno al coronavirus se hizo realidad. En las últimas horas se confirmó el primer fallecido registrado fuera de China: un hombre de 44 años, proveniente de Wuhan, la cuna de la nueva enfermedad, que estaba de visita en Filipinas. El deceso eleva las alarmas internacionales ante el virus altamente contagioso que ha dejado 360 víctimas fatales y más de 16.480 casos confirmados.

La emergencia ha puesto contra las cuerdas al gobierno chino del Presidente Xi Jinping, que hoy inaugurará el primer hospital temporal construido en 10 días para contener la crisis y albergar a 1.400 pacientes en las afueras de Wuhan.

Según el diario South China Morning Post, hoy la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación comenzó a trasladar en ocho aviones al personal médico y suministros a la llamada zona 0, lo que fue catalogado como "la mayor operación de transporte no militar desde el terremoto de Yushu en 2010".

Así, el personal médico con experiencia en tratamientos del síndrome respiratorio agudo y grave (SARS) y del ébola se sumarán a los 450 especialistas que ya trabajan en el lugar para comenzar a recibir pacientes desde hoy mismo, según el alcalde de Wuhan, Zhou Xianwang.

El centro médico Huoshenshan tendrá una unidad de cuidados intensivos, unidad médica general, unidad de control de infecciones y diagnóstico. A este hospital llegarían mayormente pacientes con diagnóstico de 2019-nCoV confirmado.

En tanto, un segundo hospital temporal, Leishenshan, estaría operativo entre miércoles y jueves, con capacidad para 1.600 camas.

Hasta el cierre de esta edición, la Comisión Nacional de Salud de China informó sobre 360 víctimas fatales por el coronavirus en China y una en Filipinas; más de tres mil casos nuevos en las últimas 24 horas, lo que conlleva a nivel mundial una cifra de 16.480 contagiados y la confirmación de más de 150 casos en 24 países (ver tabla).

A pesar del cierre casi total de Wuhan debido a la cuarentena y el aislamiento decretado hoy en la ciudad portuaria de Wenzhou, el rápido aumento en las cifras de nuevos contagios generó que varios países cerrarán sus fronteras con China o impusieran vetos a los viajeros provenientes del país asiático, como ocurrió en Nueva Zelandia, Israel, Australia y Estados Unidos, lo que fue considerado como un "desesperado intento de limitar su exposición a la epidemia".

Incluso, Corea del Norte informó hoy que suspendió todas las rutas aéreas y ferroviarias con China, además del aislamiento hasta de un mes como máximo a todos los extranjeros que hayan estado en territorio chino.

Otras naciones iniciaron operaciones de repatriación de los ciudadanos que estaban en la zona afectada.

Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Hong Kong y publicado el sábado por la revista científica The Lancet, sostiene que hasta el martes pasado al menos 75.815 personas de Wuhan podrían estar infectadas con el coronavirus bajo el cálculo que cada contagiado pudo haber transmitido la enfermedad a otras 2,68 personas.

"Secretismo"

"Los pacientes cooperarán. Quien se niegue a cooperar estará sujeto a órdenes de la policía", señala un comunicado del gobierno chino.

Una investigación del diario The New York Times revela que el "manejo inicial de la epidemia por parte del gobierno permitió que el virus se mantuviera tenaz. En momentos críticos, los funcionarios optaron por poner el secreto y el orden antes de enfrentar abiertamente la creciente crisis para evitar la alarma pública y la vergüenza política".

Los primeros síntomas en China aparecieron a inicios de diciembre, pero a pesar de las alertas de los médicos la ofensiva contra el virus se pospuso hasta el 20 de enero, cuando ya era una "amenaza formidable" y fue inevitable el confinamiento de la provincia de Hubei.

Finalmente, el coronavirus no solo se transformó en una emergencia sanitaria mundial, sino también en una amenaza contra el gobierno de Xi, ya que según el diario estadounidense, la enfermedad podría "anular la agenda presidencial durante meses o más, incluso socavar la visión de un sistema político que ofrezca seguridad y crecimiento a cambio de sumisión al autoritarismo feroz".

Sin embargo, otra enfermedad podría poner en jaque a China. El Ministerio de Agricultura informó de un nuevo brote de gripe aviar que, aunque afecta principalmente a animales, podría ser "potencialmente mortal entre las personas".

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