"Descarto el fraude, no me he enriquecido"

Son cerca de las 21.00 de un viernes y tras varios llamados a la puerta de una modesta casa de ladrillo de un piso, ubicada en la calle Lo Espinoza, de la comuna de Quinta Normal, abre quien responde al nombre de César Rozas Muñoz (61).

El profesional atiende escuetamente las preguntas y pide que cualquier información adicional sea solicitada a su abogado. Sin embargo, más tarde accede a que La Tercera lo visite en su consulta, ubicada en la calle Huérfanos, en el centro de Santiago.

Ahí confiesa estar "aburrido de esta situación", en la que se le ha cuestionado e investigado por la alta emisión de licencias médicas emitidas en un año. El profesional niega que exista un fraude o mal uso de este instrumento. "Lo descarto, yo no me he enriquecido", dice.

El médico cirujano de la U. de Chile y que no registra especialidad en la Superintendencia de Salud, lidera los rankings del Ministerio de Salud (Minsal) y el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) de los 200 médicos que en 2017 emitieron más licencias médicas, con 7.971.

Ese año, el profesional con cursos de psiquiatría y salud mental, se superó a sí mismo, casi duplicando el registro de emisiones de 2016, cuando entregó más de 4.290 permisos. Esto implicó que, considerando ocho horas de trabajo, hiciera alrededor de 32 permisos diarios, que de ser así conlleva que sus consultas duraron máximo 15 minutos, sin ninguna pausa.

Eso lo llevó a ser parte de una denuncia de Salud al Ministerio Público en 2017, donde se presentaron antecedentes de 50 médicos sospechosos de fraude previsional. Su nombre también encabeza el listado parcial a junio de 2018, con 4.029 permisos. Hasta el momento, sin embargo, no ha sido imputado ni formalizado en esas indagaciones. No obstante, y según datos proporcionados por Inmune, sí cuenta con cuatro sanciones de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), por un total de 232 licencias mal emitidas o emitidas con evidente ausencia de fundamento médico.

Rozas sostiene que Chile "tiene un problema de salud mental y las autoridades no han querido reconocer esa realidad: sueldos bajos, extensas jornadas laborales, por eso la gente está enferma. Mis pacientes han requerido esas licencias. No es que se les dé la gana y quieran descanso. Y a uno lo hacen aparecer como el malo de la película".

Respecto de las siete mil licencias en un año, explica que llegó a atender hasta 50 pacientes por día y que actualmente ese número se ha reducido a entre 15 y 20. "En ese tiempo yo tenía muchos más pacientes. Ellos me buscaban".

Esa situación llevó a que en enero de este año, el Tribunal de Ética del Colegio Médico lo sancionara con seis meses de suspensión del gremio, por la alta emisión y por las explicaciones entregadas al tribunal para justificar su actuar, que "no fueron satisfactorias".

En la resolución del gremio, que sanciona los permisos de 2016, se sostiene que "suponiendo que atiende de lunes a sábado, durante 10 horas diarias -cifras difíciles de alcanzar en atenciones de salud mental-, resulta que el Dr. Rozas atendería 30 pacientes diarios, otorgando licencias a casi 12 de ellos, es decir, a más de un tercio de las consultas diarias, cantidades que no se avienen con la práctica médica habitual".

Cansado de lo que él considera una persecución, Rozas indicó que dejará de ejercer como médico para dedicarse a la estética y los tratamientos faciales, para lo cual, dice, ha estado preparándose durante dos años en Argentina.