Amores de cárcel

El penal de Acha, en Arica, tiene reclusos hombres y mujeres divididos en módulos. El encierro y la soledad hacen inevitable que se formen parejas. Ya hay 85. Todas comienzan de la misma manera: con dos desconocidos haciéndose señas con botellas de plástico, a través de sus ventanas cubiertas de barrotes.