Arquitectos chilenos finalistas del Premio Mies van der Rohe

Smiljan Radic y Cristián Undurraga postulan a galardón continental. La firma Pezo von Ellrichshausen fue destacada como emergente.




"Menos es más" fue una de las célebres frases del alemán Mies van der Rohe, que de alguna forma resume su gran aporte a la arquitectura universal. Máximo exponente de la sobriedad moderna y director de la escuela Bauhaus en los años 30, Mies van der Rohe abogó por la pureza formal y el funcionalismo, al mismo tiempo que promovió la construcción de rascacielos de vidrio, como una forma de incluir la naturaleza en la arquitectura. Desde 1988, la Unión Europea concede, cada dos años, el Premio Mies van der Rohe a aquellas obras y arquitectos que están aportando al desarrollo de la disciplina y las nuevas tecnologías, y que ya recayó en figuras como Zaha Hadid y Norman Foster.

Ahora, por primera vez, la mirada se fija en América: el Instituto de Tecnología de Illinois (ITT), cuya sede es una de las tantas obras de Van der Rohe, creó el Premio Mies Crown Hall Americas, que busca reconocer las obras de arquitectos emergentes y consagrados construidas en el continente americano, que están ayudando a la innovación de las ciudades del futuro.

Ayer, la noticia del ganador de la categoría emergentes y los cinco finalistas de la categoría consagrados fue anunciada nada menos que en Chile. Un jurado encabezado por el arquitecto inglés Kenneth Frampton, autor de Historia crítica de la arquitectura, se reunió en una de las salas del Centro Gabriela Mistral (GAM).

Para el premio mayor, que dará US$ 55 mil y una cátedra de investigación en el ITT al ganador, se seleccionaron siete obras y dos de ellas son chilenas: el restaurante del Parque Bicentenario Mestizo, de Smiljan Radic, y la Capilla del Retiro, ubicada en Los Andes, de la oficina Undurraga Deves Arquitectos. También fueron seleccionadas la Residencial Altamira, del argentino Rafael Iglesia; la Fundación Ibere Camargo, del brasileño Alvaro Siza Vieira, la Biblioteca de Seattle, de Rem Koolhaas y Joshua Prince-Ramus, el Museo de Arte Nelson-Atkins, en Missouri, de la oficina Steven Holl, y el Lincoln Road en Miami, de Herzog & de Meuron. Todos construidos en la última década.

Además, el premio emergente se inclinó por la arquitectura chilena: Mauricio Pezo (1973) y Sofía von Ellrichshausen (1976) se quedaron con el galardón por Casa Poli, ubicada en Tomé, Región del Biobío, que fue calificada de "compleja y sutil" por el jurado.

La firma de Pezo y Von Ellrichshausen pertenece a la nueva camada de arquitectos chilenos. En abril, la dupla expuso en la Royal Academy de Londres junto a otros siete estudios de arquitectura internacionales, y el Premio Mies Crown Hall Americas confirma su aterrizaje en las ligas de la arquitectura mundial. Los chilenos recibirán US$ 25 mil y el privilegio de dirigir un taller en el ITT.

El nombre del ganador de la categoría consagrados se conocerá en octubre, en Chicago. Culminará así un proceso que partió en febrero, cuando se dieron los 265 proyectos nominados, seleccionados por una red de expertos que incluyó al arquitecto chileno David Basulto, cofundador del sitio web Archdaily. La decisión final, eso sí, queda en manos del jurado, que completan Wiel Arets, decano de la Facultad de Arquitectura del ITT, y los arquitectos Jorge Liernur, Dominique Perrault, Sarah Whiting y William Ward.

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