Asalto en el Aeropuerto: las primeras imágenes de delincuentes ingresando a la terminal aérea

Registro de seguridad al que accedió La Tercera muestra a un sospechoso permitiendo el acceso del vehículo que facilitó el asalto.




El registro de las cámaras de seguridad instaladas en el acceso de las oficinas del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) muestran la hora exacta en que la van marca Peugeot, modelo Boxer, ingresó al aeropuerto Arturo Merino Benítez, ubicado en la comuna de Pudahuel.

La grabación, que se encuentra en poder de la Fiscalía Occidente y a la que accedió La Tercera, captó a las 6.12 del pasado martes a uno de los integrantes de la banda que -vestía un traje reflectante- descendiendo del vehículo que transitaba con las luces encendidas. Tras abrir la reja perimetral, el sospechoso ingresa al recinto y permite el paso del vehículo que transportaba, al menos, a otros cinco ocupantes.

Pocos después, a las 6.13, el mismo sospechoso regresa a la van que efectúa un breve cambio de luces para luego ingresar con los focos apagados hasta la terminal aérea donde, a esa misma hora, vigilantes de la empresa Brinks descargaban dos palet con más de $ 10 mil millones que tenían como destino final el norte del país.

Esta grabación es la primera que se conoce después del robo y se transformó en una pieza clave en las pesquisas que realiza el Ministerio Público para tratar de identificar a los delincuentes que a punta de armamento se apoderaron de más de $ 6 mil millones, el asalto más cuantioso de la historia en Chile. Según las pesquisas efectuadas por Carabineros, el asalto se produjo a las 6.22, cuando personal de la empresa de transporte de valores cargaba el dinero en un avión. En ese instante, de acuerdo con la indagatoria, alrededor de seis sospechosos intimidaron a los vigilantes que, por razones de seguridad impuestas en el aeropuerto, no disponían de armamento para repeler el atraco.

El cuantioso atraco duró cerca de 10 minutos desde el ingreso a la terminal aérea hasta el escape, implicó el uso de tres vehículos robados (uno de los cuales fue quemado) y "miguelitos" para retardar la acción policial. Según las pesquisas de Carabineros, se encontró en uno de los vehículos abandonados una huella dactilar.

Tras el millonario asalto, el fiscal de flagrancia Luis Pablo Cortés reconoció que "tanto la selección de los objetivos como la forma de operar dan cuenta de un grado importante de planificación". Según las bitácoras policiales, una vez cometido el atraco, Carabineros comenzó a tomar contacto con la fiscalía a contar de las 7.00. Sólo media hora después una central telefónica derivó el llamado a un fiscal de turno.

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