Investigadores logran recuperar grabaciones perdidas de víctimas del holocausto

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The University of Akron

Un equipo de expertos encontró un carrete que creían perdido y que contenía canciones en alemán y yiddish, idioma hablado por los judíos de origen alemán, cantadas por sobrevivientes del Holocausto.




Por primera vez, las canciones cantadas por las víctimas del holocausto en alemán y en yidis, idioma hablado por los judíos de origen alemán, han podido ser escuchadas por primera vez gracias a un equipo de la Universidad de Akron, quienes lograron reparar un antiguo magnetófono de alambre y así reproducir los audios.

Las grabaciones fueron realizadas por David Boder, un profesor de psicología del Instituto de Tecnología de Illinois, quien durante el verano d 1946 viajó a Europa y entrevistó a 130 judíos sobrevivientes del Holocausto.

Boder realizó sus entrevistas en nueve idiomas distintos en campos de refugiados en Francia, Suiza, Italia y Alemania. Para grabar algunas de las primeras historias de los sobrevivientes utilizó un grabador de alambre, un instrumento muy innovador para la época que funcionaba mediante la grabación magnética, sistema anterior al magnetófono de bobina abierta.

En total, las entrevistas de Boder tomaron 200 carretes de alambre de acero.

Según declaraciones de la Universidad de Akron, un equipo de investigadores estaba digitalizando las grabaciones cuando se encontraron con un carrete mal etiquetado que creían perdido y que contenía canciones en alemán y yiddish cantadas en el refugio de Henonville, Francia. Niguna de los instrumentos que tenían eran compatibles con esa grabación de alambre, por lo que los expertos tuvieron que comenzar a buscar una máquina capaz reproducir el carrete.

Tras un año, lograron dar con el modelo indicado en eBay, el cual tuvieron que estudiar para repararlo y hacerlo funcionar nuevamente.

"Creo que este es uno de los descubrimientos más importantes en nuestra colección de los últimos 50 años", señaló en una declaración David Baker, el director ejecutivo del Cummings Center. "Las canciones fueron grabadas en los campos de refugiados de Henonville en  Francia. Los nazis hacían que los prisioneros cantaran algunas de estas canciones mientras corrían hacia los sitios de trabajo forzado cada día".

"Que podamos entregar al mundo la melodía de una canción cantada por aquellos sentenciados a su muerte por el trabajo forzado durante uno de los horrores más terribles del siglo XX es extraordinario", agrega.

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