Corista histórica de Elvis: "El no era mi jefe, era mi hermano"

Estelle Brown, una de las más populares aliadas del Rey del rock, es parte del nuevo tributo que llega el 19 de noviembre a Chile.




Entre fines de los años 60 y mediados de los 70, Estelle Brown (72) prestó su voz para algunos de los mayores himnos de la época, desde la inconfundible versión de I say a little prayer de Aretha Franklin, hasta clásicos rockeros como Brown eyed girl de Van Morrison y Burning of the midnight lamp de The Jimi Hendrix Experience. Pero fue su trabajo con Elvis Presley lo que terminó de consagrar a la cantante y a sus tres compañeras del conjunto vocal The Sweet Inspirations, que formó en 1965 junto a Sylvia Shemwell, Myrna Smith y Emily Drinkard. 

"Nos sentimos embajadoras de Elvis y lo seremos mientras sigamos con vida", asegura Brown desde Louisiana, antes de venir a Chile para un show homenaje a Presley que se realizará el jueves 19 en Movistar Arena. Esta vez, como parte de los festejos por el natalicio número 80 del Rey del rock.

Fue en 1969, luego de grabar cuatro álbumes solistas y de convertirse en uno de los números prioritarios de Atlantic Records, que el cuarteto de gospel y R&B fue contactado por primera vez por Elvis. "Nosotras ya teníamos varias canciones, él las escuchó y dijo 'quiero que estas chicas trabajen conmigo'", rememora Brown, cuya voz se puede escuchar de fondo en himnos como Suspicious minds. Fue en esas extenuantes sesiones de estudio, así como en largas giras, que la intérprete inició una relación de amistad con el ídolo de Mississippi, la que se extendió por casi una década.

"El solía decir que no era mi jefe, sino que mi hermano, porque éramos como familia. Podíamos pasarlo bien juntos y también conversar sobre diversos temas, porque él era una persona muy espiritual y hablaba mucho de Dios", cuenta.

Pese a la confianza entre ambos, la cantante recuerda el shock de aquella tarde del 16 de agosto de 1977. “Nunca lo vi enfermo. Bajaba drásticamente de peso pero su actitud nunca cambió, así que nunca supimos lo mal que estaba realmente. En el fondo, no mostraba cómo estaba por dentro, yo creo que por proteger a los suyos, al público, a nosotros”, dice la corista.

Tras la muerte de Elvis, el cuarteto abrazó la onda disco -grabaron Grease con Frankie Valli y se fueron de gira con los Bee Gees- antes de disolver la formación original, de la que sólo quedan con vida Brown y Drinkard, madre de Whitney Houston y abuela de la también fallecida Bobbi Kristina Brown. “Hablamos todas las semanas. Le ha tocado difícil pero ha podido sobrellevarlo”, cuenta Brown, que en los últimos años ha vuelto a grabar con artistas como The Killers. “Hay que seguir trabajando con la gente joven”, cierra.

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