Disney se abre a la diversidad e inicia una nueva era en su historia

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Con La bella y la bestia, que llega el 30 de este mes a Chile, la compañía incluirá por primera vez un personaje gay en una de sus cintas, lo que abre el debate y ha desatado la polémica en países como Rusia.




La próxima semana se estrena en Estados Unidos una de las películas más esperadas de este año. Se trata del remake de la cinta de Disney La Bella y La Bestia, que cautivó a la audiencia a principios de los 90 con la historia de amor entre una princesa y un príncipe atrapado en el cuerpo de un animal, que vive en lo más alto de un viejo castillo.

En esta ocasión, y a diferencia de la original de 1991, la cinta no será animada y estará protagonizada por Emma Watson y Dan Stevens. Pero hay otro aspecto igual de relevante que no sólo dará un vuelco en la historia original, sino que también materializará un antes y un después en el cine de la compañía.

Hace algunos días, el director del largometraje, Bill Condon, emitió una declaración en la revista Attitude que rápidamente prendió la polémica. El realizador declaró que el inseparable amigo de Gastón, LeFou -interpretado por Josh Gad- será un personaje homosexual, convirtiéndose en la primera alusión de tal índole dentro de un filme de Disney. En palabras de Condon, LeFou "un día quiere ser Gastón y otros quiere besarlo. El está confundido sobre lo que realmente quiere".

Las reacciones no se hicieron esperar y fueron varios los que criticaron la decisión, principalmente porque el hecho supuestamente significaría emitir contenido inapropiado para una película de niños. Bajo ese escenario, la compañía de entretenimiento se enfrentó a un trance único: cómo enfrentar la realidad actual ante un público menor de edad, lo que en algunos sectores aún asoma como un choque de mundos.

Ante ello, los ejecutivos han resuelto asumir el escenario con normalidad, sin mayores explicaciones, subrayando que los próximos proyectos también podrían incluir a un personaje gay. "Este es un punto de inflexión para Disney", han dicho algunos medios especializados.

Por lo mismo, la compañía cinematográfica, en conjunto con su subsidiaria Pixar, ha comenzado un camino en el que buscan integrar personajes y temáticas que rompan esquemas respecto a lo que han hecho desde sus inicios, donde la mayoría de los roles principales han sido hombres europeos o estadounidenses, o mujeres que esperan ser rescatadas por su verdadero amor. Estos últimos años, los gigantes de las películas infantiles han buscado ir más allá.

En mayo de 2015, el director creativo de las producciones animadas en Disney y Pixar, John Lasseter, dijo que "para nosotros es muy importante tener personajes mujeres y de diferentes etnias. Se ha convertido en un tema importante a través de los años y en nuestras próximas películas verán que le estamos poniendo atención a eso" . Y Lasseter no mentía. Estos años se ha podido ver en pantalla el esfuerzo por al menos incluir pequeños guiños de inclusión.

En noviembre, Pixar estrenó Moana, una cinta protagonizada por una joven polinésica que intenta salvar a su pueblo junto al semidiós Maui, con el que no tiene ninguna conexión amorosa, a diferencia de todas las historias de princesas que han sido estrenadas antes. Además, la trama ocurre en la Polinesia, donde la cultura y el origen del lugar toma un papel fundamental, mostrando paisajes y costumbres muy alejadas de los tradicionales escenarios que albergan las películas de Disney y Pixar.

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Josh Gad como LeFou a la derecha. Foto: Disney

Josh Gad como LeFou a la derecha. Foto: Disney[/caption]

A finales de 2015 Pixar estrenó un corto animado llamado Sanjay's super team, que habla sobre el choque cultural entre un niño fanático de los superhéroes estadounidenses y su padre, un inmigrante indio.

Disney extendió esta iniciativa también a la televisión. Por ejemplo, lanzó durante el año pasado la primera serie animada sobre una princesa de origen latino. Elena de Avalor es una adolescente que ha salvado su reino mágico de una hechicera malvada y ahora debe aprender a gobernar a su pueblo, encontrándose con muchos obstáculos. El pueblo de Elena es ficticio, pero a lo largo del programa se muestran claros símbolos provenientes de países de habla hispana, como la música, la vestimenta, la arquitectura y las costumbres. Otro caso es el de la serie animada Star vs. Las fuerzas del mal, que la semana pasada mostró en uno de sus capítulos a dos parejas del mismo sexo besándose en público. A pesar de que fue en medio de otras parejas y la escena duró pocos segundos, es un acto pionero.

Y al parecer esta es una tendencia que junto a Pixar han decidido seguir, ya que a fines de este año está programado el estreno de la película Coco, que se centra en una familia mexicana en el tradicional Día de los muertos, donde todos los personajes son de esa nacionalidad y los actores que participan en la cinta son de origen latino. La película, que sigue a Miguel Rivera y su clan, llega a los cines en medio del polémico muro que Donald Trump pretende construir en la frontera para evitar la inmigración ilegal.

En cuanto a La Bella y la Bestia, apenas salieron los dichos de Condon -quien es abiertamente gay-, en Rusia consideraron censurar la película, ya que atentaría contra la ley que rige en ese país, que castigan propagar contenido homosexual en menores. El ministro de cultura ruso, Vladimir Medinsky, aclaró que tomaría acciones luego de ver la cinta y chequear si efectivamente había contenido gay, hecho que no ocurrió. Sin embargo, la película está calificada para mayores de 16 años.

Pero Rusia no fue el único en tomar partido al respecto. Un cine de Alabama en Estados Unidos decidió no estrenar La Bella y la Bestia en sus salas, apelando a sus valores religiosos. En Chile, la esperada y ya polémica película se estrenará el 30 de este mes.

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