Golpes y apremios: así funcionaba la secta liderada por "Antares de la Luz"

Golpes a quien no obedecía, liderazgo sexual sobre las mujeres, y donación de grandes sumas de dinero, son algunas de las características de esta agrupación.




Hace unos cuatro meses se inició una investigación, entre la PDI y la Fiscalía Sur, debido a que existía la posibilidad de que en el sector de San José de Maipo se estuviesen registrando delitos. Fue así que las indagatorias llevaron a conocer un hecho que hoy impactó a la opinión pública. Arrojaron a una hoguera a un bebé de tan sólo dos días y la explicación fue porque se trataba del "anticristo".

Luego de darse a conocer esta información y tras la audiencia de formalización contra cuatro sujetos, entre ellos, la madre del menor que entregó voluntariamente a su hijo para el "sacrificio", se conocieron detalles del funcionamiento de esta secta que integraba a 12 personas.

El 21 de noviembre nació un bebé de sexo masculino, hijo de Natalia Guerra (35) en la clínica Reñaca de Viña del Mar, fruto de las relaciones sexuales que mantenía con el líder de la secta, Ramón Castillo Gaete, alias "Antares de la luz", quien además tenía supremacía sexual sobre todas las mujeres de la agrupación, en total cinco mujeres.

En el momento en que Castillo Gaete, aún prófugo de la Justicia, supo del embarazo de Guerra, la encerró en una vivienda en la ciudad de Los Andes, donde otras dos mujeres debían vigilarla e impedir que tuviera contacto con el exterior.

La mujer, sin embargo, mandaba a su familia -para evitarles preocupación- fotos a un correo electrónico de distintas partes de Sudamérica, haciéndoles creer que estaba de viaje.

LA MUJER TRES
La madre del bebé, llamada por el líder de la secta como "tres"
, entregó a su hijo con dos días de nacido, el que fue arrojado desnudo y con una cinta en la boca, desde un cerro a un agujero de varios metros, donde lo incineraron.

Ocho de los miembros de la secta -cinco mujeres y tres hombres- participaron del rito, durante el cual estaban drogados con ayahuasca, droga que el líder compraba en Perú y que también los hacía consumir en medio de rituales sexuales.

Por otro lado, cuando uno de los miembros mostraba una actitud poco amable, "Antares de la luz" lo golpeaba con un palo 45 veces y, si lloraba, tres veces más.

MILLONARIAS DONACIONES
Castillo además le pedía regularmente dinero a cada uno de los profesionales
miembros del grupo. De hecho, uno de ellos vendió una parcela y le entregó 12 millones de pesos al líder, mientras que una mujer que trabajaba en un banco de una multitienda, pidió un préstamo por $3 millones, dinero que también lo entregó a Castillo.

Estas cuantiosas sumas de dinero, Castillo las gastaba en el arriendo de distintas propiedades en el Valle del Elqui y Zapallar, donde viajaba para descansar.

En tanto, cuando los familiares de los miembros de la secta comenzaron a sospechar de que algo pasaba al interior del terreno, el líder los invitó a un asado, dejando en claro que nada malo les podía suceder a sus hijos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.