Iglesia argentina advierte que el país está "enfermo de violencia"

La Conferencia Episcopal Argentina difundió un documento en el que señala que "una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio".




La Iglesia advirtió hoy que Argentina está "enferma de violencia" y sostuvo que la corrupción pública y privada es "un verdadero cáncer social" causante de "injusticia y muerte". 

La Conferencia Episcopal Argentina, que preside monseñor José María Arancedo, difundió un documento en el que señala que "una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio". 

"Los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad", indicó la Iglesia.

El secretario de Seguridad, Sergio Berni, había relativizado ayer la inseguridad, una de las principales preocupaciones de la sociedad argentina según encuestas, al referirse al informe de la ONU, donde el país resulta uno de los tres más seguros de Latinoamérica.

El funcionario admitió que "los hechos de inseguridad existen, pero no es la misma cantidad de delitos que en 2001".

Para la Iglesia "es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena".

En el documento "Felices los que trabajan por la paz", los obispos expresaron su preocupación por los múltiples "escenarios violentos" que se perciben en la sociedad, como la pobreza, la desnutrición infantil, la gente durmiendo en las calles, el abandono del sistema educativo y las peleas entre barrabravas (hinchas violentos de fútbol) "a veces ligados a dirigentes políticos y sociales".

A su vez, cuestionaron que en el país se promueva con frecuencia "una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad".

"Para construir una sociedad saludable es imprescindible un compromiso de todos en el respeto de la ley", indicó.

La Iglesia reclamó "no estigmatizar" a los pobres, porque "ellos sufren de manera particular la violencia y son víctimas de robos y asesinatos, aunque no aparezcan de modo destacado en las noticias".

Exhortaron a "ampliar la mirada y reconocer que también son violencia las situaciones de exclusión social, de privación de oportunidades, de hambre y de marginación, de precariedad laboral, de empobrecimiento estructural de muchos, que contrasta con la insultante ostentación de riqueza de parte de otros". 

Al referirse a la corrupción como "un verdadero cáncer social", tal como la definió el Papa Francisco, los obispos dijeron que "desviar dineros que deberían destinarse al bien del pueblo provoca ineficiencia en servicios elementales de salud, educación, transporte". 

"Estos delitos habitualmente prescriben o su persecución penal es abandonada, garantizando y afianzando la impunidad. Son estafas económicas y morales que corroen la confianza del pueblo en las instituciones de la República, y sientan las bases de un estilo de vida caracterizado por la falta de respeto a la ley", sostuvo.

La Iglesia consideró que "sólo si las leyes justas son respetadas, y quienes las violan son sancionados, podremos reconstruir los lazos sociales dañados por el delito, la impunidad y la falta de ejemplaridad de quienes tenemos alguna autoridad".

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