La noche en que Sensation renovó su arrastre local

Unas 15 mil personas uniformadas de blanco se reunieron en la tercera edición local de la fiesta electrónica importada desde Holanda.




Se oscurece en Santiago y en los alrededores de la Estación Mapocho es evidente la cercanía de un evento fuera de lo común. En las calles, taxis, micros y autos, hay un tono que manda en la gente que se aproxima al lugar. El blanco es el uniforme de los miles que se encaminan a Sensation, fiesta electrónica importada desde Holanda que la noche del viernes celebró su tercera edición local con un concepto acuático. 

Bolas y medusas gigantes colgadas del techo, numerosos chorros de agua y vistosos juegos de luces, son parte de la espectacular parafernalia visual preparada para una masa de 15 mil personas que repletó el lugar, cumpliendo con la rigurosa exigencia de vestuario. La electrónica retumba en los parlantes de la gran pista de baile en que se transofrmó la Estación Mapocho, mientras las barras no paran de vender bebidas con un sistema inspirado en los casinos de juegos, donde las piscolas costaban dos fichas de dos mil pesos y las bebidas energéticas -de los productos más demandados- salían por una ficha y media. 

En medio del gentío uniformado en el que sólo destacan los guardias, unas chicas disfrazadas de sirenas y efectivos de carabineros, los más conectados se apartan del baile con sus celulares para compartir en línea comentarios y fotos en redes sociales. Los actores  Patricia López, Ignacio Garmendia (ambos en la foto), Iñigo Urrutia, Juanita Ringeling y Catalina Pulido posan para las cámaras en uno de los tres sectores VIP habilitados, mientras la diputada UDI María Angélica Cristi roba la  atención al llegar de blanco al evento organizado por su hijos. 

Cuatro pantallas gigantes proyectan el trabajo de los Djs instalados en una caseta que giraba en 360 grados y  bailarinas se mueven mojadas por los chorros de agua, durante las ocho horas de música, de una noche que arrancó a las 21 horas con el Dj nacional César "Bass" Romero y cerró con el trance del sueco Christian Smith.

Unos 20 minutos después de las cinco de la madrugada, la música dejó de sonar y una masa de blanco vuelve a invadir los alrededores de la Estación Mapocho. Muchos caminan, otros intentan la difícil misión de detener un taxi y otros parten en autos.

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