La sombra del mártir que enluta a los Juegos de Invierno

Ayer se cumplieron cuatro años de la muerte del georgiano Nodar Kumaritashvili en Vancouver. En Sochi se tomaron precauciones para no repetir la tragedia.




Detrás de la iglesia de Bakuriani hay un cementerio. Una estructura resalta en medio de la nieve. Es una escultura de piedra, que tiene tallada la figura de un hombre que se desliza horizontalmente sobre su espalda. Tiene algunos ramos de flores encima. Arriba de la piedra están los cinco anillos olímpicos; abajo está la tumba de Nodar Kumaritashvili, un héroe de esta pequeña ciudad de Georgia.

Cuatro años atrás, el 12 de febrero de 2010, apenas unas horas antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Vancouver, Kumaritashvili entrenaba en la pista de luge de Whistler. Se lanzó de espaldas sobre su trineo, perdió el control y chocó a 144 kilómetros por hora contra una viga de acero ubicada justo afuera de la pista. Pese a que se le aplicó resucitación cardiorrespiratoria, murió unos minutos después. Tenía 21 años.

Su familia todavía no se repone. Su madre, Dodo, se intentó suicidar en dos ocasiones: primero se internó en una tormenta de nieve con sólo un camisón encima; luego se arrojó de un auto en movimiento. "No hay minuto o segundo que pueda escapar de esta tragedia", dijo hace algunas semanas a The New York Times.

David, el padre del malogrado deportista, sigue entrenando a los futuros lugers de Georgia, esperando que su comité olímpico comience la construcción de una pista en su honor.

Los fondos fueron donados por la Federación Internacional de Luge (FIL), cuyo presidente, Josef Fendt, visitó a los Kumaritashvili tras su pérdida.

"Me dijo que el accidente era culpa de ellos por la construcción de la pista. No quise poner una demanda, porque no traerá de vuelta a mi hijo", ha comentado David Kumaritashvili.

Sochi se adapta

En el informe oficial del accidente, la FIL no tiene la autocrítica descrita por David Kumaritshvili. Más bien, apuntan a la "relativa falta de experiencia del deportista" como causa de su muerte. Pese a ello, en esa oportunidad bajaron la altura de la partida.

Para Sochi, la pista de luge  ha sufrido cambios importantes. Se instalaron tres secciones en subida y el tubo es más trabado y técnico que antes. Esto hizo que la velocidad promedio de deslizamiento bajara a 130 kilómetros por hora. Incluso así, los riesgos siguen existiendo. "Es un deporte de velocidad y no se puede descartar un accidente", dice Fendt, en medio de la competencia, que este año, no tiene representantes de Georgia.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.