Telescopio de la Nasa halla dos objetos misteriosos

Los cuerpos celestes descubiertos no encajan bajo ninguna definición de objetos astronómicos conocidos.




El nuevo telescopio de la Nasa para buscar planetas ha hallado dos objetos misteriosos cuya temperatura es demasiado elevada como para que sean planetas y su tamaño insuficiente como para considerarlos estrellas.

El Telescopio Kepler, lanzado en marzo, descubrió los dos nuevos cuerpos celestes, cada uno orbitando su propia estrella. El científico Bill Borucki, jefe de telescopios de la Nasa, dijo que los objetos tienen temperaturas cientos de grados más elevadas que las de las estrellas a las que orbitan.

Eso significa que probablemente no son planetas. Son más grandes y más calientes que los de nuestro sistema solar, incluyendo a los planetas enanos.

"El universo continúa haciendo que cosas extrañas sean aún más extrañas de lo que podemos imaginarnos", dijo Jon Morse, director de astrofísica en la Nasa.

Los nuevos descubrimientos no encajan adecuadamente bajo ninguna definición de objetos astronómicos conocidos, y hasta ahora no tienen una clasificación propia que los incluya. Los detalles en torno a los objetos misteriosos fueron presentados el lunes en una reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense en Washington.

Por ahora, el investigador Jason Rowe de la NASA, que encontró los objetos, dijo que los llama "compañeros calientes".

¿Qué tan calientes? Piense en 14.426 grados centígrados (26.000 Fahrenheit), suficiente para fundir plomo o hierro.

Existen dos teorías principales en torno a lo que esos objetos podrían ser, y ambas cubren los dos extremos del ciclo de la vida cósmica.

Rowe sugiere que son planetas recién nacidos. Los nuevos planetas tienen temperaturas extremadamente elevadas, y en este caso él especula que podrían contar sólo con unos 200 millones de años de edad.

Ronald Gilliland del Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial dice que pudieran ser estrellas blancas enanas que están muriendo, encogiéndose y despojándose de sus cubiertas externas.

El principal objetivo de la misión de tres años del telescopio Kepler es hallar qué tan común es la existencia de otros planetas -especialmente los similares a la Tierra- en el universo. Para hacer eso está observando un pequeño trozo del cielo, de aproximadamente una 400ma parte del cielo nocturno, que incluye más de 150.000 estrellas con el fin de buscar planetas.

En tan sólo seis semanas el telescopio encontró sus primeros cinco planetas confirmados, ligeramente más de los que esperaban los astrónomos en tan poco tiempo. Hay cientos de candidatos adicionales que aún no han sido confirmados.

Los cinco planetas son mucho mayores que la Tierra, están mucho más cerca de sus estrellas de lo que la Tierra está del Sol, y son demasiado calientes como para poder albergar vida, dijo Borucki. La temperatura en un par de ellos es cercana a los 1.648 grados centígrados (3.000 Fahrenheit).

"Verlos es como ver un horno de fundición", señaló Borucki. "Ciertamente que no es un lugar en el cual uno puede buscar vida".

Alan Boss, del Instituto Carnegie de Washington, que no formó parte de la investigación, consideró que los datos obtenidos no tienen paralelo con lo que se conocía.

"Van a salir toda clase de cosas extrañas", afirmó. "El universo es realmente un sitio raro. Es fantástico".

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