Un México más tolerante con los homosexuales

Este martes se aprobó una reforma que prevé incluir por primera vez en la Constitución mexicana el derecho a no ser discriminado por motivos de "preferencias sexuales".




El Senado mexicano votó por unanimidad (106 votos a favor y ninguno en contra) la nueva redacción constitucional, que también garantiza entre otros el derecho a solicitar asilo y refugio y eleva a rango constitucional a los derechos humanos.

Aunque aún queda pendiente la aprobación de la reforma en los congresos de cada uno de los 32 estados de la federación, el nuevo texto superó su mayor obstáculo tras el visto bueno del Senado, según sus defensores.

El actual articulado constitucional ya prohíbe la discriminación por "preferencias" en un apartado del artículo 1 que "obviamente se refiere a las personas homosexuales, bisexuales…", explica Alejandro Juárez, coordinador general de la organización Ombudsgay.

Sin embargo, el término del presente texto "es bastante ambiguo y queda a criterio de la interpretación que se haga de él", dice Juárez. "De ahí que quisiera incluirse explícitamente el concepto de 'preferencias sexuales'", añade.

"Esta reforma da un paso para tener una constitución más 'gay friendly', más abierta a la diversidad. El respeto a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) quedará consignado desde su propio texto fundamental", le dice Juárez a BBC Mundo.

ZOOFILIA Y PEDOFILIA

Sin embargo, no todos están de acuerdo. La inclusión de "preferencias sexuales" en el artículo 1 de la constitución despertó las reservas de algunos senadores, que hubiesen preferido mantener la actual redacción.

"¿Qué beneficio agrega el término de carácter limitativo y no dejarlo en términos de carácter general?", cuestionó durante el debate el legislador Jorge Ocejo Moreno, del Partido de Acción Nacional (PAN).

"Puede haber preferencias políticas, puede haber preferencias culturales (…) Por tener una preferencia en el vestir, en el peinar, en cuestiones políticas, en cuestiones culturales y de diversa naturaleza, ya no estaríamos bajo la previsión de este artículo", aseguró el senador.

Por su parte, varios senadores presentaron sus disculpas por haber sugerido que la inclusión de las palabras "preferencias sexuales" podrían abrir la puerta a la legitimación de conductas zoofílicas y de la pederastia.

Como el senador del PAN Guillermo Tamborrel, quien pidió perdón tras haber dicho que alguien podría alegar que "prefiere tener experiencias sexuales con niñas de 7 años o con animales, con vacas, y que no se le puede discriminar porque está amparado en la Constitución".

O el representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Ricardo Monreal, que se retractó tras sostener que la expresión "preferencias sexuales" "conlleva una significación bastante laxa que podría incluir incluso, en términos amplios, a la pedofilia, zoofilia y otras parafilias".

Ambos senadores solicitaron sin éxito que se optara por alternativas, como incluir los términos de "orientación sexual" o "identidad de género".

LOS DOS MEXICOS

Las discusiones en torno a las palabras y el intenso debate sobre la reforma constitucional son reflejo de la dicotomía de México en torno a la diversidad sexual, de acuerdo a activistas de derechos humanos.

Por un lado, el Distrito Federal cuenta con una de las legislaciones más avanzadas del mundo en reconocimiento de los derechos de los homosexuales, como la que permite el matrimonio y la adopción por parte de parejas del mismo sexo.

Pero por otro, "hay estados de la República que suelen elegir a representantes con una opinión muy diferente a la de los habitantes de Ciudad de México", recuerda el activista mexicano Jesús Robles Maloof. "Hay que reconocer la diversidad del país".

La votación del texto "será controversial en estados más conservadores. Por eso, aunque la reforma es casi un hecho, es posible que llegue a detenerse allí al tratarse de un tema tan polémico", le explica Robles a BBC Mundo.

Probablemente habrá que esperar varios meses para conocer si la propuesta reforma constitucional, alabada por Naciones Unidas como "un impulso" a los derechos humanos, obtiene el beneplácito de los estados. Todo dependerá de la preferencias de los legisladores en ambos costados del México diverso.

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