Uruguay vota hoy con amplio favoritismo de candidato oficialista

El ex Presidente Tabaré Vázquez llega a la segunda vuelta con una ventaja de entre 11 y 17 puntos. El candidato opositor, Luis Lacalle Pou, apuntó a destacar los errores de los casi 10 años en el poder del Frente Amplio.




Tras el sonado fallo de los sondeos para la primera vuelta de los comicios uruguayos del 26 de octubre, donde aseguraban que habría un resultado ajustado que pondría en duda la permanencia del centroizquierdista Frente Amplio en el poder tras casi 10 años, muy pocos se animan ahora a descartar que la elección de hoy será un mero trámite, que Tabaré Vázquez será el claro vencedor y que servirá sólo para consolidar la mayoría parlamentaria obtenida por el oficialismo hace cinco semanas.

De hecho, el jueves se cerró una campaña deslucida por la aparente evidencia del triunfo de quien ya fue Presidente de Uruguay entre 2005 y 2010. Según los sondeos, el candidato del Partido Nacional (Blanco), Luis Lacalle Pou, marcha entre 11 y 17 puntos por detrás de Vázquez. La última encuesta publicada esta semana, la de Interconsult, otorga 39% de los votos para Lacalle y 50% para el candidato del Frente Amplio.

Lo cierto es que la contienda quedó bastante definida en la primera vuelta, cuando los dos partidos que se dividieron el poder en el siglo XX, el Partido Colorado y el Nacional, no lograron ni siquiera igualar la cantidad de votos obtenidos por Vázquez. A fines de octubre el ex jefe de Estado logró el 47,8%, Lacalle Pou un 30,9%, y muy atrás Pedro Bordaberry, del Partido Colorado, con 12,9%. Eso sin contar que el Frente Amplio ratificó su mayoría en la Cámara de Diputados: 50 escaños de un total de 99.

"Estamos enfrentados en una elección casi con un resultado a la vista. Se perdió la expectativa que la gente puede tener sobre el resultado. La gente pierde el interés cuando ve que su voto no va a cambiar ni decidir nada", sostuvo el director de Interconsult, Juan Carlos Doyenart, al referirse al escaso clima electoral que se percibía esta semana en Montevideo.

Como sea, Lacalle Pou intentó convencer a los 2,6 millones de uruguayos, que están llamados a votar y que deben elegir al hombre que sucederá a José "Pepe" Mujica a partir del próximo 1 de marzo, de que opten por él. Para eso apuntó los errores del Frente Amplio y el peligro de que Vázquez gobierne abusando de su mayoría parlamentaria.

Además, criticó al gobierno por la persistencia de zonas marginales "por los que no pasaron los 10 años de bonanza económica", la situación de la educación, o la seguridad pública, que tildó de "fracaso rotundo".

Vázquez, en tanto, en su acto de cierre de campaña derrochó optimismo y dijo que la coalición oficialista "sembró esperanzas hace años de que si llegaba al gobierno haría un país mejor. Y cumplió. Este Frente Amplio selló a lo largo del tiempo compromisos con la gente y las grandes mayorías nacionales. Y hoy cosecha confianza, sembró humanismo, solidaridad, fraternidad, y hoy recoge adhesiones impresionantes".

Una de las tareas que planteará esta elección, con el casi seguro tercer triunfo consecutivo e inapelable del Frente Amplio, es qué harán de aquí al futuro los dos partidos tradicionales y fundacionales, que protagonizaron un bipartidismo al que le puso fin la elección de Tabaré Vázquez como Presidente en 2004.

"Es posible que a partir del próximo año haya una reorganización completa de los partidos tradicionales, porque separados no ganan más elecciones. Van a tener que ponerse de acuerdo o resignarse a perder, perder y perder" sostuvo Claudio Paolillo, director del semanario Búsqueda.

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