Columna de Alfredo Jocelyn-Holt: Extraordinaria noticia conocida



Que la noticia en diarios, radios y televisión chilenos hace algo más de una semana atrás no haya sido lo mal que lo está haciendo Boric sino cómo lo evalúa un artículo aparecido en el Financial Times suena pueblerino. Recuerda a Marshall McLuhan cuando postula que “el medio es el mensaje”: no importaría qué se dice sino quién lo dice, dónde y cómo se dice. En efecto, la periodista que ahora aparece desilusionada con el “Presidente millennial” en el medio londinense era la misma que un año atrás lo entrevistara para la revista neoyorquina Time que lo puso en portada. No queda claro si es porque cambió de opinión o porque escribe para otro medio. Pasa algo similar con los vaivenes de las encuestas. En ambas situaciones, la prensa nacional se contenta con hacer de acompañamiento coral o amplificación, aliviada de no tener que hacerse cargo de las imputaciones.

Y no es que el artículo sea gran cosa. No dice nada que no sepamos, ni es especialmente elocuente. Tampoco es que se incline por corrientes internas conocidas con sus esperables sesgos, como suele hacer el diario El País últimamente, interesado en surtir al consumo local biempensante. Es “matter of fact”, muy en el estilo del Financial Times. Algo más frontal quizá que a lo que se nos tiene acostumbrado, calificando al actual gobierno de corrupto, aunque esto último Democracia Viva, trastienda del Frente Amplio, se ha encargado de hacer evidente. En todo caso, su frontalidad no se compara con la prensa argentina que dice las cosas tal y cual, por lo que no vale la excusa de que hay que andarse con cuidado localmente. De hecho, hacia fines de la dictadura, tuvimos una prensa de verdad atrevida, y se sabe, aunque no se reconozca, que el consensualismo de la “transición” introdujo una regresión posterior.

De ahí que resulte para nada extraño que gente de derecha se afane en llamar a “proteger la institución de la Presidencia”, y pida guardarle un respeto poco menos que sacrosanto -otro subterfugio en realidad- generando autocensura. Insólito toda vez que La Moneda se encarga de desprestigiarse a sí misma a diario. En esa línea acomodaticia cabe mencionar la apenas indisimulada esperanza de derechistas y empresarios en querer encauzar a Boric, salvarlo de las garras de sus aliados, y convertirlo en otro Gabriel (González Videla), habiendo insistido que es un “estadista” y “demócrata”, un “rock star” que va “de menos a más”, que hay que entenderse como sea, que “un buen negocio es mejor que ningún negocio”... Si uno lee lo del Financial Times, a los británicos parece darles lo mismo ese cuento. Ya antes, The Economist asimiló la propuesta constitucional de la Convención a un rollo de papel higiénico. De modo que tras las declaraciones del gobierno sobre el ataque de Hamas cabe esperar que vuelvan a decepcionarse.

Por Alfredo Jocelyn-Holt, historiador

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.