Columna de Julieta Suárez-Cao: El desafío de la democracia



El principal desafío para el Consejo Constitucional, que empezará a votar las enmiendas al anteproyecto elaborado por la Comisión Experta, es el de la democracia. La gran pregunta es si el Consejo podrá elaborar un proyecto de Constitución a la altura de la democracia del siglo XXI. Tenemos demasiados ejemplos en el mundo de autoridades elegidas de manera democrática que luego ejercen el poder de forma no democrática y contribuyen claramente a erosionar el régimen.

Con respecto a este desafío para el Consejo Constitucional, es posible entrever tres señales en temas de inclusión y representatividad que auguran un mal presagio para la democracia. La primera es la renuencia a adoptar el principio de democracia paritaria. Esto no implica ni escaños reservados ni un mecanismo específico de corrección (mal que les pese a quienes -sin expertise real en el tema- insisten en querer confundir a la opinión pública). Simplemente, establece que el sistema electoral que se use debe asegurar que la cancha sea pareja para candidatas y candidatos, y que ellas tengan la misma posibilidad real de ser electas.

La segunda es el redistritaje para disminuir el tamaño de los distritos. El sistema electoral actual ya es poco proporcional, con una mayoría de distritos chicos y algunos medianos. Lamentablemente, se ha impuesto el diagnóstico de que la fragmentación partidaria es producto de las reglas electorales, cuando en realidad es producto de los pactos electorales. Este pésimo diagnóstico ha sido usado estratégicamente por quienes añoran un sistema como el binominal y buscan establecer un sistema mayoritario para reducir las voces representadas. El sistema trinominal que quieren diseñar tendrá precisamente ese efecto.

La tercera es la reducción del número de representantes. La ciencia política ha establecido una regla general que asimila el tamaño ideal de los cuerpos representativos con la raíz cúbica de la población. Esto nos dejaría en Chile con una cámara de aproximadamente 270 integrantes, bien lejos de los 155 actuales. Y bien lejos de los países con los que nos gusta compararnos: el Reino Unido, Alemania, Finlandia, Francia, Suecia, España e Italia, por ejemplo, tienen cámaras con más representantes que la raíz cúbica de su población. En el Reino Unido y Alemania, las diferencias son enormes, con cámaras de 650 y 736 miembros, cuando la raíz cúbica de sus poblaciones es de 406 y 436 respectivamente. En Italia y España, las diferencias son menores, con cámaras de 400 y 349, versus sus raíces cúbicas de 384 y 346. En todos estos casos, las cámaras tienen más y no menos integrantes.

En suma, el desafío más grande que enfrenta el Consejo Constitucional, que encarna la hegemonía de una mayoría circunstancial, es si va a estar a la altura de democracia que Chile tanto necesita.

Por Julieta Suárez-Cao, académica de Ciencia Política UC

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