Columna de Natalia Riffo: Desafíos en droga: una política orientada hacia una misión



En su último libro, la economista ítalo-inglesa Mariana Mazzucato nos hace ver la importancia que tiene la definición de una misión para enfrentar los importantes desafíos en políticas públicas. No solo porque este enfoque permite dirigir todas las acciones hacia un curso determinado, sino también porque requiere de la interacción de distintos sectores en torno a un mismo objetivo.

Según el 14° Estudio de Drogas en Población Escolar (2021/2022), el uso de sustancias entre adolescentes en nuestro país ha alcanzado los niveles más bajos desde 2009: el uso de alcohol en el último mes cayó casi seis puntos porcentuales a 24,0%, el de cannabis en el último año bajó ocho puntos a 18,8%, y también hubo descensos significativos en los indicadores anuales de cocaína y pasta base.

Pero debemos ser cautelosos con estas cifras, evitando todo tipo de discursos triunfalistas, porque hablamos de niños, niñas y adolescentes, una etapa donde todo consumo siempre es de riesgo.

Esta realidad requiere una respuesta contundente y decidida: el consumo problemático de drogas afecta a nuestra sociedad en distintos niveles, y es responsabilidad de todos enfrentarlo de manera colaborativa, con enfoque de género y poniendo atención a los derechos básicos de las personas.

La respuesta a este problema requiere de un enfoque integral, equilibrado, multidisciplinario y con base en la evidencia. Para ello, por ejemplo, las estrategias de prevención para trabajadores se deben integrar a la Política Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo del Ministerio del Trabajo; o avanzar en conjunto con el Ministerio de Salud en la mejora de los sistemas de tamizaje e intervenciones breves de personas con consumo problemático.

En ese contexto, desde SENDA ha asumido el desafío de abordar el problema del consumo de drogas con una mirada integral, liderando el fortalecimiento de la Estrategia Nacional de Drogas. Como resultado de este proceso, que considera diálogos sociales y la constitución del Comité Interministerial de Prevención y Rehabilitación, llegaremos a diciembre de 2023 con un Plan de Acción 2024 -2030, que contribuya a la construcción de culturas preventivas en distintos espacios y a una mirada respetuosa y de acompañamiento de quienes tienen consumos problemáticos de sustancias.

En este 26 de junio, cuando se conmemora el Día de la Prevención del Consumo de Drogas, creemos que es fundamental impulsar estos cambios que nos permitirán avanzar en la misión que plantea el Presidente Gabriel Boric: un Estado que garantice una comunidad de cuidados para todos y todas.

Nuestro compromiso tiene que estar entonces en ajustar los discursos y políticas sociales, de forma que el Estado sea un protector de la salud pública de la población, pero también un educador social que pueda hablar con credibilidad y conocimiento.

Por Natalia Riffo, Directora Nacional de Senda

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