Columna de Pilar Hazbun: ¿Un anteproyecto intocable?



Las más de mil enmiendas ingresadas al anteproyecto de nueva Constitución elaborado por la Comisión Experta han causado un excesivo revuelo. Ello, pues pareciera que, para algunos, el texto elaborado por los expertos es intocable solo por encarnar el consenso entre personas de sensibilidades y visiones políticas distintas, sin que le quepa mucho más que hacer al Consejo Constitucional. Incluso hay quienes intentan equiparar injustamente los dos procesos, esbozando que un grupo intenta redactar una “nueva Constitución identitaria”. Pero este afán por mantener intacto el anteproyecto no es nuevo. Basta recordar que hubo quienes después de la elección del 7 de mayo quisieron alterar las reglas del proceso, pretendiendo que se sometiera también a plebiscito en diciembre el texto de los expertos. ¿La razón? ¿Evitar un segundo rechazo o que un texto redactado por un órgano integrado mayoritariamente por consejeros de derecha pueda llegar a ser la Constitución que impere en los próximos años?

Sin duda, el anteproyecto de la Comisión Experta es un buen punto de partida, que recoge la tradición constitucional e introduce innovaciones, muchas de ellas bien orientadas. Sin embargo, el texto admite y requiere mejoras, y es precisamente en esta segunda etapa ante el Consejo Constitucional donde tienen que revisarse y debatirse todas las normas con responsabilidad. En ese sentido, la presentación de enmiendas no debiera servir de excusa para abandonar el proceso constitucional a mitad de camino, pues falta mucho por recorrer. Por lo demás, es lógico que sea en las enmiendas donde cada una de las fuerzas políticas representadas en el Consejo pretenda plasmar sus ideales y principios, sin que ello signifique que necesariamente pasen a consagrarse en el texto constitucional. De hecho, ninguna de las fuerzas posee, por sí misma, los 3/5 necesarios para la aprobación de las normas y solo cuatro enmiendas fueron ingresadas en conjunto por Chile Vamos y el Partido Republicano.

Pero, además, se ha tratado de instalar que, mientras más se aleje el texto del Consejo del anteproyecto de la Comisión Experta -la “Constitución de consenso”-, más opciones tiene la opción “en contra” de ganar. Dicha aseveración, además de ser utilizada principalmente como el principal recurso de quienes hoy se encuentran en una posición minoritaria, pasa por alto la gran desafección con el proceso constitucional en curso, la cual posiblemente tiene muchas causas y se arrastra de la desilusión y fatiga que ocasionó el proceso anterior. De acuerdo a las encuestas, el texto de consenso no ha mostrado la adhesión esperada.

Puede que aún sea apresurado adelantar pronósticos y existe una gran incertidumbre respecto a lo que suceda en diciembre, pero si hay algo de lo que los consejeros deben preocuparse en este momento es de redactar una Constitución que convenza y convoque a los ciudadanos. Habrá que ver si con las enmiendas y la discusión que se genere a partir de ellas se logra conectar y entusiasmar a la ciudadanía. Los consejeros tienen un gran desafío y oportunidad.

Por Pilar Hazbun, coordinadora Asuntos Jurídicos y legislativos LyD

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