Inclusión financiera: no más de lo mismo

Ventas Online

La solución no vendrá de los mismos de siempre ni tampoco ofreciendo más de lo mismo, sino permitiendo el acceso a nuevos jugadores que comprendan mejor la forma en que esos usuarios se interrelacionan con las finanzas.



A finales del 2020, un estudio del Centro de Políticas Públicas de la UC encendió alarmas sobre inclusión financiera, ante las dificultades de los hogares más vulnerables para acceder al sistema: el 20% de los hogares más pobres no ha mejorado en nada sus niveles de inclusión financiera entre 2007 y 2017, el mismo periodo en que la digitalización multiplicó las oportunidades de los hogares de mayores ingresos.

Revisando la encuesta financiera de hogares del Banco Central, otro dato llama la atención: un 40% de las familias más pobres no solicita productos financieros, como créditos, porque considera que son muy caros, o porque cree que no se los otorgarán. Esa desesperanza aprendida es especialmente preocupante, pues indica que a las barreras tradicionales de acceso al sistema, como las necesarias evaluaciones de riesgo, se suma una autopercepción de exclusión.

Aunque hay progresos, como la implementación de la cuenta RUT por parte de Banco Estado, esa noticia tiene ya más de 13 años, y no podemos continuar viviendo de los logros del pasado. La clave para incluir a los excluidos no está en ofrecerle los mismos productos y plataformas que a las familias de altos ingresos. Es necesario innovar, y aquí la tecnología está llamada a ejercer una diferencia radical. Esos hogares del 20% más vulnerable cuentan con acceso masivo a un teléfono inteligente y una conexión a internet, cuya penetración en el país supera el 90%. Es hora de acelerar el avance de las llamadas cuentas digitales, que den acceso a servicios digitales sobre la infraestructura digital que ya tenemos.

Hoy, esas cuentas permiten pagar en comercios físicos y digitales, habilitan el uso de tarjetas de crédito y débito virtuales, ofrecen instrumentos de inversión y ahorro, y dan acceso a crédito. Su masificación puede resolver una de las brechas más dramáticas que reveló el estudio de la UC: mientras el 85% de los hogares de mayores ingresos tiene acceso a una cuenta corriente, el porcentaje cae a sólo un 8% entre los más vulnerables.

El éxito de estos nuevos productos requiere, sin embargo, de ciertas condiciones de éxito, como generar espacios de acción para los nuevos jugadores y, así, generar una competencia mucho más intensa que profundice la digitalización del dinero y las finanzas. Hoy existe una bajísima proporción de los comercios del país con acceso a medios de pago digitales, debido a la prolongada falta de competencia en los medios de pago. Por eso no es extraño que el efectivo siga siendo la manera predilecta de los chilenos para pagar.

Como queda en evidencia en el estudio, la solución no vendrá de los mismos de siempre ni tampoco ofreciendo más de lo mismo, sino permitiendo el acceso a nuevos jugadores que comprendan mejor la forma en que esos usuarios se interrelacionan con las finanzas. Por eso, creemos en una industria fintech vigorosa, que traiga más competencia y más innovación al mercado. Desde el emprendedor que necesita habilitar sus plataformas de e-commerce hasta el consumidor que quiere operar con dinero virtual.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.