Izquierda bifurcada


Hoy es el día D del año más electoral de la historia democrática del país. Según todas las encuestas, de todas las contiendas, la más importante para los ciudadanos es la elección de constituyentes, donde habrá que ver cuántos de los centenares que han aparecido en medios o redes sociales como interesados en el puesto llegan a la papeleta final.

El acierto del Servel en publicar en su página la posibilidad de patrocinar independientes arrojó a la vista pública un amplio interés de personas que sintieron en su interior el llamado de barrer con la desprestigiada política y escribir una Constitución desde la pureza que da mirarse al espejo. Sin una idea clara sobre qué propone cada uno de esos independientes que buscan patrocinio, es simplemente un concurso de popularidad y serán ellos los que estén en la papeleta .

La oposición tendrá que enfrentar a partir de mañana una serie de cuestionamientos de su público más fiel y en especial las redes sociales, espacio que este sector valora mucho. La pregunta será por qué no hubo una lista única, si todos los dirigentes en sus declaraciones decían que era el objetivo final, y las cuentas electorales arrojan que la división de partidarios del Apruebo da una ventaja al oficialismo, en especial si se buscan mayorías de 2/3 para hacer los cambios a la Constitución. En esa pasión de exégetas de la voluntad del pueblo que tienen varios notorios en redes sociales, dirán a los partidos y dirigentes no se estuvo a la altura de lo que el pueblo quería. Todo esto arrastrará durante la campaña a una discusión larga y dificultosa que afectará a los candidatos y, sin duda, el espíritu con el que se llegará a la convención.

Una muestra del mal ánimo que puede instalarse en la centroizquierda fue un programa de debate en CNN, donde se invitó a tres probables candidatos. Daniel Stingo, el mediático abogado que fue invitado por RD a ser candidato presidencial, ocupó su turno para atacar sin conmiseración a los gobiernos de centroizquierda, aprovechando que en el mismo foro asistía la exministra Laura Albornoz. Stingo representó la estrategia que tomarán muchos outsiders de izquierda durante la campaña de la convención: apostar al “Sorpasso”, esa estrategia que tuvo antes de madurar el partido español Podemos que buscaba destruir al PSOE y hacerse de su base electoral.

El contraste con una derecha unida, que dejó en la carpeta las evidentes diferencias con los Republicanos de José Antonio Kast y que fue capaz de no tener en cuenta el lenguaje insultante que ocupan muchos voceros de ese sector para referirse a Desbordes o a Lavín, hará más rudo el ambiente con varias listas de izquierda. La derecha leyó correctamente que su papel en esta etapa será contener la marea por cambiarlo todo y aprendieron a convivir reformistas moderados que estuvieron por el Apruebo con negacionistas militantes.

La realidad muestra que pese a las coincidencias en el cambio a la Constitución y los parecidos respecto a qué cambiar, no hay un objetivo común en la oposición ni será posible tener un camino de unidad al próximo gobierno. Con honestidad, el alcalde Daniel Jadue (PC) separó las aguas entre sus aliados y lo que llamó “socialdemocracia neoliberal”. Por ello, se espera entonces que, en la propia convención constituyente, los ánimos para construir acuerdos no sea el plato de entrada en la izquierda. Como consecuencia, los caminos en la elección presidencial irán también separados.

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