SEÑOR DIRECTOR:
Cada 8 de junio se conmemora el Día Mundial de los Océanos con el fin de relevar su importancia para la vida en el planeta. El océano produce al menos el 50% del oxígeno, alberga la mayor parte de la biodiversidad existente y es la principal fuente de proteína para más de mil millones de personas en el mundo.
En Chile hemos dado pasos importantes en su conservación, pero hay deudas urgentes que saldar.
La extracción ilegal de algas es una amenaza creciente que está terminando con la vida marina que depende de los bosques del mar. Su precio ha escalado en los mercados asiáticos debido al alginato, extraído de las algas y utilizado en productos de belleza y alimentos. Así, se ha dado paso a una creciente actividad ilegal que amenaza también a la pesca artesanal y que requiere soluciones urgentes por parte del Estado.
En los últimos años avanzamos en la protección de islas oceánicas, pero estamos en deuda con la costa continental, y menos del 1% está bajo alguna figura de protección. Pese a la abundante información científica, existe una evidente presión económica para evitar la conservación de estas zonas, ejemplo emblemático de ello ha sido el Archipiélago Humboldt.
Finalmente, tenemos los embates de la contaminación por plásticos, donde podemos ver el impulso de legislaciones para atacar este problema, pero requerimos del esfuerzo del Estado para fiscalizar el cumplimiento efectivo de dichas leyes.
Este es un día para tomar consciencia, y esperamos que los gobiernos, el Congreso, las empresas y la ciudadanía consideren que la vida de nuestro planeta depende de cómo protejamos nuestros mares. Chile puede ser un ejemplo en ello.
Liesbeth van der Meer
Directora de Oceana
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