Los desafíos estratégicos de la candidata Narváez



Por Damián Trivelli, sociólogo

La candidata presidencial Paula Narváez leyó bien el entorno, especialmente dentro del Partido Socialista, donde logró instalar su candidatura a partir de la solicitud de un millar de mujeres militantes para que asumiera este desafío. El golpe a la cátedra fue el apoyo de la ex Presidenta Bachelet, definiendo el escenario electoral del PS.

La estrategia política desplegada por Narváez fue tan efectiva que los otros posibles candidatos del partido terminaron descartando una competencia interna. Sin embargo, este mismo hecho terminó jugando en contra de la propia candidata. Porque a diferencia de Ximena Rincón (DC) y Heraldo Muñóz (PPD), ella no tuvo una primaria ciudadana que le permitiera legitimar su opción más allá de su partido y desplegar territorial y comunicacionalmente su campaña, para así aumentar su conocimiento en la opinión pública.

La encuesta Criteria (enero 2021), muestra que hasta el momento el impacto del lanzamiento de su campaña ha sido más político que ciudadano. Si bien en la pregunta “¿Quién te gustaría que fuera el próximo Presidente o Presidenta de Chile?” logra un 3% de mención espontánea, cuando se analiza su conocimiento y evaluación se ubica en el rango bajo de ambos criterios.

Ahora, cuando la encuesta Cadem (febrero 2021) pregunta por una primaria de la ex Concertación, Narváez se ubica en cuarto lugar en el total de la muestra (debajo de Rincón, Enríquez-Ominami y Muñoz), pero mejora sustancialmente entre aquellos que dicen que votarían en dicha primaria, empatando en el primer lugar con la candidata DC. Y, una eventual primaria Muñoz – Narváez, arroja un empate.

Hoy, la candidatura de la ex vocera necesita un “momentum” ciudadano que le permita volver a remover el escenario, para dotar de una segunda instancia fundacional a su campaña. Es por ello que desde el PS están impulsando la realización de una nueva primaria ciudadana, esta vez, para definir un candidato único del otrora eje PS-PPD.

Sin embargo, esta pretención se ve difícil de implementar. Primero, porque quien debe negociar esta posibilidad por parte del PS es el mismo que impidió que en la elección pasada existiera un candidato único. Segundo, porque dentro del PPD no existe una visión única sobre las conveniencias políticas de realizar nuevamente una primaria ciudadana y además tiene un tema económico, toda vez que el partido y el candidato ya invirtieron en su primaria interna. Por último, los candidatos presidenciales de la DC y el PR, ya han manifestado su reparo a esta pre-primaria, toda vez que le restaría potencia a la primaria del 4 de julio.

De no concretarse esta -llamémosle nuevamente- pre-primaria, los desafíos estratégicos de la candidata presidencial del PS no son menores. Debe lograr construir una estructura de campaña, marcar agenda y construir “momentum ciudadano” en un contexto de pandemia, donde además el foco de las personas está en una nueva Constitución y la elección de constituyentes de abril. También, debe marcar diferencias con los otros candidatos donde casi todos comparten un mismo atributo: fueron ministras o ministros de la Presidenta Bachelet.

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