Tren Santiago-Valparaíso: ¿Se podrá materializar a fines de esta década?

Transporte público y Boric.

Por Federico Casanello, Decano Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño, Universidad San Sebastián

Recientemente se hizo público el interés del Presidente Boric de fortalecer el tren a nivel nacional, donde el trayecto entre Santiago y Valparaíso estaría dentro de los proyectos prioritarios. Este tren ha sido evaluado en diversas oportunidades desde el año 90, analizando trayectos y tipos de trenes.

Dependiendo del trazado, este proyecto contempla reducir prácticamente a la mitad el tiempo de viaje de los pasajeros, con un sistema de transporte que tiene menor accidentabilidad y es “más limpio” que los buses, pero a un costo bastante alto (entre 2.500 y 3.000 millones de dólares de inversión), como consecuencia de las características geográficas de este trayecto (requiere la incorporación de varios kilómetros de túnel).

El tramo entre Santiago y Valparaíso es ideal para la incorporación de un tren por varias razones: se trata de una distancia relativamente pequeña (entre 115 y 130 kms., dependiendo del trazado), donde el avión no es competitivo, y con dos conurbaciones muy grandes, que podrían generar una alta demanda. Para poder materializar un proyecto de estas características se deberán sortear al menos dos vallas importantes: la evaluación social y el financiamiento.

La evaluación social busca determinar el aumento del bienestar social que traerá el proyecto, cuya rentabilidad mínima exigida por nuestra normativa asciende a 6%. Este análisis contempla la estimación de beneficios sociales, como por ejemplo la reducción de los tiempos de viaje de los pasajeros, la disminución en el consumo de combustible, lubricantes y neumáticos -como consecuencia de un menor número de vehículos en este tramo- e incluso la reducción de emisiones de CO2 y de accidentes. Para lograr la rentabilidad mínima, este proyecto deberá alcanzar una alta utilización de los trenes (más beneficios sociales) y la menor inversión posible, de modo que los beneficios puedan apalancar la inversión.

Respecto al financiamiento, la ley de concesiones podría ser una excelente herramienta para adelantar las inversiones y viabilizar un proyecto de esta naturaleza. Cabe recordar que esta iniciativa ha sido presentada por privados, lo que demuestra su interés por participar.

El desafío del gobierno es encontrar el mejor proyecto, incluyendo su trazado, que permita cumplir con la rentabilidad social mínima. Asimismo, dada la compleja situación económica del país y las grandes necesidades en diversas áreas, como educación y salud, es fundamental el apoyo de inversionistas privados. Para lograr materializar este proyecto a fines de esta década se deberán lograr avances concretos durante este mandato, particularmente en la licitación del mismo.

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