“Venezuela: un asunto de seguridad nacional”

REUTERS/Leonardo Fernandez Viloria


SEÑOR DIRECTOR:

Con Juan Ignacio Brito, hemos concordado que Venezuela constituye a lo menos un riesgo, sino una amenaza real a la seguridad de Chile. Nuestra discusión se centra en la respuesta a la pregunta de si las Fuerzas Armadas de Chile, específicamente la inteligencia militar, debe preocuparse de Venezuela como una “amenaza exterior”. Según Brito, “no hacerlo significaría incumplir con su papel”.

Para responder la pregunta, necesariamente tenemos que referirnos al diseño de nuestra seguridad nacional. En el Presidente de la República recae la responsabilidad de conducir las relaciones internacionales de la República. La Ley 20.424, ley orgánica del Ministerio de Defensa y sus reglamentos subsidiarios, hacen recaer en la Subsecretaria de Defensa la responsabilidad de la determinación de la apreciación de riesgos y amenazas a la seguridad nacional. Esa apreciación de riesgos y amenazas es el punto de partida de la conducción política de los esfuerzos de defensa, y es una pieza fundamental de la llamada “planificación primaria”. La planificación primaria es una responsabilidad política indelegable. Estamos hablando, ni más ni menos, que de las riendas políticas que materializan la subordinación de las Fuerzas Armadas al poder político elegido. Si queremos derivar esfuerzos de inteligencia militar para “prestar atención especial a Venezuela”, necesitamos que la conducción política señale a Venezuela como un objetivo para la defensa nacional. En esto, la Cancillería y la inteligencia diplomática, Interior con la inteligencia policial y la ANI, tienen un rol indelegable de asesoría al Presidente.

Debido a lo anterior, es que mantengo mi posición respecto a que no es justo imputar a las Fuerzas Armadas un “incumplimiento de su papel” por no “prestar atención especial” con sus sistemas de inteligencia a Venezuela como una amenaza a la seguridad nacional. Las Fuerzas Armadas están subordinadas a la conducción política del Presidente de la República, especialmente si se trata de materias de política exterior. La seguridad nacional es un tema de Estado en donde los militares y sus servicios de inteligencia participan, pero no se mandan solos. Siguen órdenes y cumplen con las leyes que los regulan, no existiendo amplios espacios para ser proactivos.

Richard J. Kouyoumdjian Inglis

Vicepresidente de AthenaLab

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