El ojo de la tormenta: la separación de Soda Stereo

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El 1 de mayo de 1997 ya era oficial. Una de las bandas más influyentes del rock latino llegaba a su fin, pero no sin antes despedirse con una gira en grande.


"Soda Stereo confirma su separación, resuelta de común acuerdo. Pronto se anunciará la fecha de la realización en un estadio de la Ciudad de Buenos Aires del último show de la carrera del grupo", así decía el comunicado de prensa emitido en 1997, la peor noticia que los fanáticos de Soda Stereo podían recibir.

Sus tres integrantes estaban en buenos términos, pero ya no era lo mismo de antes. El fervor de los años 80 que los impulsó a superar a sus influencias británicas en la música, ya se habían esfumado y sentían que ya era tiempo de que cada uno tomara su propia senda.

A los pocos días, los amantes del rock sodero guardaban el luto musical cuando fue publicada una carta de Gustavo Cerati en el suplemento Sí! de Clarín: "Comparto la tristeza que genera en muchos la noticia de nuestra separación. Yo mismo estoy sumergido en ese estado porque pocas cosas han sido tan importantes en mi vida como Soda Stereo. [...] Es un frágil equilibrio en la pugna de ideas que muy pocos consiguen mantener por quince años, como nosotros orgullosamente hicimos. Pero, últimamente, diferentes desentendimientos personales y musicales comenzaron a comprometer ese equilibrio (...) Cortar por lo sano es, valga la redundancia, hacer valer nuestra salud mental por sobre todo y también el respeto hacia todos nuestros fans".

Sueño Stereo, publicado en junio de 1995, fue el último disco de estudio de los argentinos. Para entonces, las energías tendían a repelerse y los ánimos hacían difícil el trabajo en conjunto."Lo vivía como una prisión artística y laboral. No hay nada peor que no sentir. [...] Zeta decía que el grupo debía firmar todas las canciones. Y eso me parecía válido, siempre y cuando el esfuerzo fuera compartido. Pero cuando soy yo el que está haciendo prácticamente todo, no me parece justo", dijo Cerati en entrevista con Rolling Stone.

"Lo principal fue juntarnos y ver qué nos pasaba entre nosotros después de ese tiempo de estar separados, pero día a día esto fue creciendo", dijo Alberti y "Tuvimos que parar un poco y recuperar todo nuestro entorno, un montón de cosas que habíamos dejado de lado durante diez años de nuestras vidas. Eso fue lo que hicimos durante este último tiempo", agregó Zeta. Para la fortuna de los seguidores de Soda, tras meses de trabajo, las diferencias no prevalecieron y lograron crear la canción que les faltaba para asegurar el éxito del disco: "Ella usó mi cabeza como un revólver".

Ese fue el principio de una separación que ya existía de hecho, pero realizaba los primeros trámites del divorcio. En 1996 grabaron el unplugged llamado Confort y Música para volar, una presentación en MTV por la que pasaron grandes artistas como R.E.M, Aerosmith o la extinta Nirvana. Pero el éxito de esa presentación y la calidad de show que brindaron al público, lejos de unirlos terminó por concretar su separación: Soda Stereo dejaría de ser un trío.

Ciudad de México fue la primera capital que despedía al grupo argentino. El 28 y 29 de agosto, Soda Stereo se presentó en el Palacio de Deportes, para continuar el 2 de septiembre en el Estadio La Fundidora de Monterrey. El siguiente destino fue la capital venezolana el 6 de septiembre -misma ciudad en que se presentaría por última vez Gustavo Cerati en 2010-, y luego regresarían al extremo sur del continente en el Estadio Nacional en Santiago de Chile el 13 de septiembre.

No podía ser una ciudad diferente a Buenos Aires. La despedida de Soda Stereo debía ser en el lugar que los vio nacer, crecer y salir al mundo. El 20 de septiembre de 1997, el Estadio de River Plate entregó a su público 200.000 watts de sonido. Si se iban a despedir, lo harían como ellos y sus fans se merecían. "Con este concierto nosotros estamos celebrando un pasado y un presente. Estamos abrazando una idea de futuro. El domingo, además de plenos, nos vamos a sentir también aliviados de haber hecho las cosas bien todo este tiempo", dijo Cerati a TN, horas antes del evento.

Gustavo, Charly y Zeta dieron un espectáculo que repasó lo mejor de sus 15 años de carrera con 9 álbumes en su portafolio musical. Es difícil elegir puntos álgidos de recital, La canción inaugural de la jornada "En la ciudad de la furia", "Zoom", "Persiana Americana" y "Nada personal" siempre encienden al público junto a tantos otros éxitos. "Trátame suavemente" calmó a una gran masa de personas que no quería ver a los músicos colgar la guitarra y bajo y guardar las baquetas.

Lamentablemente el momento debía llegar, ya estaba decidido y no había vuelta atrás. Casi al final de aquel concierto, sonaron los acordes inconfundible del mayor éxito de la banda. "De música ligera" retumbó en todo el estadio y la emoción contenida que dejó "Cae el sol" perdió el control y se dejó desatar.

Gustavo cantó un dueto con el público, que se negaba a acallar su voces, esa era la última noche de los soderos. La canción ya terminaba, las luces se apagarían y Cerati diría una frase que pasaría a la historia: “No sólo no hubiéramos sido nada sin ustedes, sino con toda la gente que estuvo a nuestro alrededor desde el comienzo. Algunos siguen hasta hoy”, dijo Cerati para luego tomar una pausa pensando en cómo sellar aquel mágico e irrepetible momento: “¡Gracias... totales!”.

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