Eli Roth se suma al cine familiar con La casa con un reloj en sus paredes

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La cinta es protagonizada por Cate Blanchett, Owen Vaccaro y Jack Black.

Mañana debuta en Chile el thriller de fantasía para niños que marca un cambio en la carrera del director de cintas de horror como Hostal y Caníbales.


En 2002, un año después de su rodaje con tan solo US$ 1,5 millones, llegó a las salas de cine Cabin fever, o La cabaña sangrienta, la ópera prima de Eli Roth, el hijo de una pintora y un psiquiatra que decidió ser cineasta siendo un niño, cuando vio Alien: el octavo pasajero (1979). Esta primera cinta, donde un grupo de amigos que vacaciona en una cabaña en el bosque se enfrentan a un mortal virus, lo convirtió en uno de los más promisorios realizadores de ese año, siendo además uno de los estrenos de terror más exitosos por aquellos días, recaudando más de US$ 30 millones.

Tres años después, Roth reafirmaría su talento al frente de filmes marcados por el horror y lo explícito con Hostal, cuya trama mostraba a jóvenes turistas enfrentados en Eslovaquia a un centro de tortura. Pero con su séptima realización como director -después de títulos como Caníbales (2013) y la violenta Deseo de matar (2018) - , el estadounidense decidió dar un giro en su carrera, llevando a la pantalla grande la novela de suspenso y fantasía juvenil La Casa del reloj en la pared, escrita hace ya 45 años por John Bellairs. "En mi opinión, es una progresión natural", aseguró Roth hace unas semanas, en una entrevista con Vulture, sobre su nueva apuesta profesional, agregando que: "Cuando vean la película, descubrirán cosas de mis otras cintas. Éstas siempre han tenido una especie de locura a la Monty Python -el grupo de comedia inglés-, donde estás viéndola y de repente suceden cosas que no deberían pasar".

El relato de La casa con un reloj en sus paredes, como llegará titulada a las salas nacionales el próximo jueves, se inicia cuando el huérfano de 10 años Lewis (el debutante Owen Vaccaro) se va a vivir con su tío Jonathan Barnavelt (Jack Black), un brujo que habita una casona llena de magia y criaturas que son peligrosas si no se alimentan. Aquí además hay un reloj que fue escondido dentro de las paredes por su anterior dueño, Isaac Izard (Kyle MacLachlan), que no se sabe cómo funciona, pero que está realizando una escalofriante cuenta regresiva.

A ellos se suma la vecina y amiga de Barnavelt, Florence Zimmermann (Cate Blanchett), quien será una aliada clave después de que Lewis accidentalmente despierte a los muertos y la somnolienta fachada de la ciudad cobre mágicamente vida, revelando un mundo secreto de hechiceros.

"Siempre quise hacer mi versión de una película para niños. Y con eso quiero decir una película como Bandidos del tiempo, Beetlejuice o Gremlins ", afirmó el realizador ante el desafío de este largometraje. "Por mucho que ame y sea conocido por filmes realmente sangrientos, ese tipo de cintas de Amblin fueron mis primeras experiencias en el cine. Nadie lo hace mejor que las primeras películas de Spielberg, donde siempre había un peligro (...) Éstas les dieron a los niños su primera experiencia de estar asustados, pero de una manera divertida y fantástica".

Pero el thriller de fantasía, calificado como PG -niños acompañados de un adulto- en Estados Unidos, no solo marca un hito en la cerrera del cineasta de 46 años, sino que también el regreso hacia el público infantil de la mencionada Amblin Entertainment -la productora creada por Steven Spielberg, Kathleen Kennedy y Frank Marshall-, en el camino de clásicos familiares como E.T., el extraterrestre y Los Goonies.

El mismo Roth lo confirmó, asegurando que: "Deseaban relanzar lo que Amblin era en los 80. Steven (Spielberg) no podría haber sido más solidario conmigo. Y cuando vio la película dijo: 'Eli, realmente lo hiciste. Hiciste una verdadera película de Amblin. Ésta no se burla ni está en deuda con algo anterior, pero continúa su tradición fílmica'".

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