Perfil del futuro director del Bellas Artes divide al medio artístico

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A tres meses de la salida de Roberto Farriol del museo, el lunes se cerró el concurso que elegirá a su sucesor y que exige a los postulantes tres años en el servicio público.


Se cumplirán tres meses desde que Roberto Farriol presentó su renuncia no voluntaria al Museo Nacional de Bellas Artes, el que dirigió desde fines de 2011. Su salida fue solicitada por el director (s) del Servicio Nacional del Patrimonio, Javier Díaz. Desde entonces varios nombres se barajan para dirigir al museo: las historiadoras del arte Claudia Campaña y Javiera García-Huidobro; el crítico y curador Justo Pastor Mellado, y los artistas Benjamín Lira y Gonzalo Díaz, Premio Nacional 2003.

Reconocidos en la escena local, sin embargo ni uno de ellos es "funcionario de planta o a contrata de algún Ministerio o Servicio regido por el Estatuto Administrativo (...) durante los tres años previos al concurso y en forma ininterrumpida", según dictan las nuevas bases de la convocatoria, que cerró este lunes 1 de octubre bajo el encabezado "Director/a Museo Nacional de Bellas Artes". Para muchos el anuncio estuvo colgado "inadvertidamente" en la web de la Dibam desde el 15 de septiembre, y solo esta semana el curador Ernesto Muñoz lo puso de manifiesto en una carta publicada por El Mercurio.

"Llama la atención que el concurso (...) sea hecho por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, basándose en el Decreto Supremo 69/04 del Ministerio de Hacienda, (...) en circunstancias que el director anterior fue designado por Ley 19.882 del Sistema de Alta Dirección Pública", escribió. "Esto significa que personalidades del mundo del arte, ajenas a la función pública, no se puedan postular y solo lo puedan hacer funcionarios públicos, limitando de esta manera la posibilidad de poder tener a una persona con una perspectiva especial de la visión del arte", añadió.

El subsecretario del Patrimonio Cultural, Emilio de la Cerda, aclara que el nuevo sistema quedó estipulado "cuando se creó la Ley 21.045, que definió al nuevo Ministerio de las Culturas", y que efectivamente el primer llamado estuvo dirigido a funcionarios públicos, del que ya hay 17 candidatos. "Pero si no se generan las condiciones que las bases establecen, se puede hacer un segundo llamado abierto a cualquier profesional externo al mundo público e incluso extranjeros que tengan ciudadanía chilena", añade, mas no fija una fecha exacta para dicho nombramiento.

¿Dirección compartida?

"Que sepa dialogar y que tenga contactos", eran algunos de los atributos que debían tener los aspirantes a dirigir la principal pinacoteca del país, que en su historia ha tenido 18 directores. Cerradas las postulaciones, sin embargo, las opiniones se dividen.

"El nuevo sistema restringe mucho y no se entiende por qué se tomó la resolución, porque no había ninguna objeción en la dirección de Farriol en cuanto a lo administrativo, lo cual es raro", plantea el director del MAC, Francisco Brugnoli. El artista duda "que los funcionarios o administradores públicos entiendan de arte", y cree que el museo debiese tener dos directores: "Uno administrativo y otro artístico, pero que este último sea siempre el principal. Así lo he visto en Francia y es la manera óptima de trabajar".

Ambos roles no deberían confundirse, advierte la artista Voluspa Jarpa: "Si este mismo cargo, el de director administrativo, es el que se utilizará para pensar el museo y llevar a cabo su rol artístico, histórico y patrimonial dentro del medio nacional e internacional, ser un funcionario público es completamente insuficiente desde el punto de vista del desarrollo del campo artístico", opina. Para el fotógrafo Luis Poirot, en tanto, la designación de un director ajeno al mundo artístico "sería negativa y rompería con el espíritu del museo y de la gestión de Nemesio Antúnez, Milan Ivelic y Roberto Farriol en democracia".

Con otros ojos lo ve el librero y exgalerista Sergio Parra: "El gran problema que han tenido los museos, en especial el Bellas Artes, es que los directores son artistas y eso no ocurre en ninguna otra parte. Es una anomalía", dice. El fundador de Metales Pesados apuesta también por una dirección compartida, pero liderada por un administrador.

Por su parte, el curador y galerista de D21, Pedro Montes, cree que "no debería existir este tipo de condiciones".

El artista y académico de la UC, Pablo Chiuminatto, cree la medida "deja más amañada a la autoridad en el cargo y a la libertad de sacarlo cuando se requiera", y lo compara con los centros culturales: "Esas direcciones también están bajo el albedrío del ministro de turno. Por eso los dejaron así, fuera del Servicio del Patrimonio, de adrede", afirma.

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