Golpes, violaciones y destrucción: Limp Bizkit en Woodstock 99

Limp Bizkit Woodstock 99

La prensa calificó la jornada como un día fatal para la música, mientras se reportaron hordas de hombres rodeando a mujeres para exigirles mostrar sus pechos. 1.200 personas fueron atendidas en puestos médicos.


"El día en que la música murió". Con esas palabras HuffPost recordó Woodstock 99, festival aniversario del original organizado tres décadas antes en Estados Unidos. Para aquella instancia, la serie de presentaciones se realizó en Roma, Nueva York.

El evento contó con una gama amplia de artistas, pasando por James Brown, Alanis Morissette y Moby, por un lado, a otros como Rage Against the Machine, Metallica, Megadeth, Red Hot Chili Peppers, Korn y Limp Bizkit.

Precisamente en el show de estos últimos es donde las palabras de HuffPost adquieren peso. En el recital de Fred Durst, Wes Borland y compañía se vivieron momentos complejos, tanto para los asistentes como para los mismos músicos en escena. De homenaje al primer Woodstock -donde abundaba la paz- poco y nada tenía.

"Rompiendo cosas"

Caía la tarde del 24 de julio. Tras las apariciones de Dave Matthews Band y Alanis Morissette (y anunciados para el cierre Rage Against the Machine y Metallica), el East Stage se preparaba para recibir a Limp Bizkit, banda que solo un mes antes había lanzado Significant other, su segundo álbum de estudio.

El primero en salir al escenario fue el guitarrista Wes Borland. Con su rostro pintado y ojos negros por completo, el más misterioso del conjunto tomaba su guitarra Ibanez RG7CST. Seguido de él, las cámaras de la transmisión muestran al bajista Sam Rivers -levantando su dedo medio al público- y al baterista John Otto. Mientras suena una base de fondo (que corresponde a la intro de Significant other), aparece de polera y gorro negro Fred Durst, vocalista. Tras concluir la instrumental de cerca de un minuto, Durst saca la voz y comienza "Just like this".

Tal cual fue la tónica del festival, ya en la primera canción aparecieron chicas jóvenes, muchas de ellas menores de edad, con el pecho descubierto. Rob Sheffield de Rolling Stone estuvo en las tres jornadas y parte de su relato contaba cómo hordas de hombres rodeaban a mujeres para que levantaran su polera y mostraran sus pechos. "Esto es un asalto sexual, y se trata de poder, no de placer", dijo el reportero.

Además de ello, botellas de agua, zapatillas, prendas de vestir y basura volaban por los aires, muchos de ellos cayendo en el escenario (algo que también se vio en la presentación de The Offspring, en donde el Dexter Holland recibió un botellazo en su rostro mientras cantaba).

Así, tras varias canciones con explosiones rítmicas, algo característico de Limp Bizkit, siguió el show. "Thieves" fue una de las claras muestras de la energía que circulaba en ese momento.

"Stuck", canción que vino a continuación, fue el primer aviso de que las cosas estaban empezando a tomar mal rumbo. Ahí aparecieron los primeros tablones en la masa de asistentes, los cuales fueron arrancados de las torres de control y posteriormente usados como "tablas para surfear" en la multitud.

Después de "Re-arranged", Fred Durst consulta al público, de manera irónica, a cuántos de los presentes les gusta N-Sync. Seguido de ello, continúa su intervención, preguntando si era uno de esos días en que querían destruirlo todo, parafraseando el próximo tema. Como una premonición casi obvia, todo reventó en "Break stuff" (que en español significa "romper cosas").

Con el segundo coro, vino la calma. Durst se tomó tiempo, alargando esa sección junto a la banda. Ahí, pidió a los asistentes botar sus energías malas, asegurándoles que tenían problemas con todo y debían deshacerse de ello. Ahí es cuando, tras el "break your fuckin' face tonight" (romper tu maldita cara esta noche), explota todo. Aumentan las planchas de madera donde surfean algunos aventurados, mientras gran parte del público salta, se golpea y todo parece confuso.

"Nookie" profundizó el caos. Ya no había consciencia si había una banda en el escenario, todos estaban moviéndose en distintos sentidos. Mujeres con sus pechos al aire eran tocadas por hombres, los "surfistas" aumentaban y Durst hablaba a los asistentes, pero no le prestaban atención (él creía que se debía a problemas con su micrófono).

Tras ello, el cantante se unió a la sintonía del público y se subió a uno de los tablones a cantar "Faith", la última de la jornada.

La transmisión alcanza a mostrar las palabras de un individuo de la organización del show que sube al escenario. Ahí, él solicita buscar vías de evacuación a los heridos tras el caos.

Aquel momento también es mencionado por Sheffield en su reporteo. "Nos da la impresión de que los escombros han matado a los fanáticos. Pánico instantáneamente en la audiencia y es ahí cuando me aterrorizo, especialmente cuando anuncia que si no nos calmamos, cancelarán los shows de Rage Against the Machine y Metallica", dice parte de su relato, añadiendo que los primeros rumores indicaban que había muertos, noticia finalmente descartada tras los balances post festival.

Investigaciones por violaciones

"El legado de Woodstock 99, el festival de música de tres días en el estado de New York que se desintegró en un tumulto de vandalismo y destrucción en su última noche, se ha vuelto peor tras las denuncias de que varias mujeres fueron violadas durante el evento". Así, solo unos días después, Washington Post publicaba parte de las consecuencias que trajo el evento.

Aquella nota de prensa juntó testimonios de trabajadores voluntarios, quienes aseguraron presenciar que muchas mujeres fueron lanzadas con fuerza al espacio que separaba al escenario del público.

Sin embargo gran parte de las miradas de estos hechos se concentró en el show de Limp Bizkit. David Krause, entonces investigador policial, dijo que uno de los informes de las denunciantes acusaba un ataque de dos hombres tanto con dedos como con un objeto, esto previo a ser violada. Ese mismo reporte aseguraba que las víctimas temían ser golpeadas tras pedir ayuda en la multitud.

En medio de ello, los organizadores del evento restaron importancia a lo sucedido. Así, tanto John Scher como Michael Lang se focalizaron en buscarle un saldo positivo a Woodstock 99. Frases como "¿Qué hay de los otros 199 mil niños que vinieron y tuvieron un gran fin de semana?" o "Apenas puedes moverte en un mosh pit" fueron parte de sus declaraciones post festival.

El balance final dejó 44 personas arrestadas y 1200 atendidas en los centros médicos dispuestos.

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