Almendra: tema por tema

Almendra
Almendra.

Desde la balada alienada de "Fermín" hasta la suite matemática de "A estos hombres tristes": todos los temas que canta el hombre de la tapa, los que están en el brillo de su lágrima de mil años y los que cantan los hombres atados a sus destinos.


Lado A

"MUCHACHA (OJOS DE PAPEL)"

Fecha de grabación: 2 de enero de 1969.

Símbolo: Lágrima.

¿Quién lo hubiera dicho? El rock barrial argentino también puede comenzar aquí: con una canción sobre el primer amor compuesta con la guitarra prestada por los vecinos. En el preciso momento en el que Spinetta se disponía a dar su salto hacia el secundario del Colegio San Román, su vecino José "Machín" Gomezza (socio fundador de River y masajista histórico de La Máquina) le prestó una criolla de 1923 que todavía conservaba las cuerdas de tripa y su propio padre le enseñó los rudimentos de la afinación. Entre ese episodio y el rayo erótico de Cristina Bustamante, pasaron —entre otras muchas cosas— las lecturas de Cortázar, los discos de los Beatles y un simple de Joan Manuel Serrat: "Tu nombre me sabe a hierba". Más sesenta, imposible. La escena del estreno merece, ya mismo, el clímax de una película. Ahí están los dos protagonistas: uno (Luis Alberto) sobre el escenario, otro (Cristina) en la platea. Es el 22 de junio de 1969 y Almendra, uno de los grupos programados del Festival Beat Baires, se dispone a tocar la canción por primera vez frente a una audiencia. El grupo deja sus instrumentos y se concentra alrededor de Luis, que apenas toca la figura descendente de guitarra y canta los primeros versos siente tres cosas: a) que está llorando; b) que el público es atravesado inmediatamente por la melodía; y c) que Cristina se ha puesto de pie y está dejando la sala del Teatro Coliseo. En suma: que su canción ha servido para todo, excepto para lo que fue escrita.

"COLOR HUMANO"

Fecha de grabación: 25 de agosto de 1969.

Símbolo: Ojo.

Piedra libre. Almendra preparó cada uno de los detalles de la canción de Edelmiro Molinari de manera que, una vez adentro de los estudios TNT, pudieran improvisar su largo segmento intermedio. El feedback como un amanecer psicodélico. El bajo distorsionado. El wah-wah. La fluorescente tensión espiritual de cada uno de sus versos. "Hay canciones que te fluyen y los hacés en cinco minutos —dice Edelmiro—. Y hay temas que se van elaborando lentamente y se cierran a los dos años. Yo creo que los músicos somos transmisores: uno no puede exigir ni pedir. Y a mí me pasó que en el momento en que concebí el tema 'Color humano' hubo una luz especial. Había muchas cosas que quería decir y otras tantas que sabía que iba a querer decir más adelante, pero no me daba cuenta de cómo las iba a decir. Es difícil esto. Vos sos muy joven y tenés una cantidad de ideas, ilusiones, como vos la quieras llamar, pero no sabés cómo lo vas a expresar. Todo eso sucedió con el tema 'Color humano'. Al día de hoy siento lo mismo. De mis temas, era el favorito de Luis. Porque le encantaba como definía las cosas armónica y melódicamente. Era diferente a lo que él hacía, pero nos conjugábamos. Empiezo a expresarme a través de una canción a la que le pongo ese título. Sale en el primer disco y fue toda una revolución impresionante. 'Color humano' es un tema de libertad. Nosotros lo grabamos y quedamos dados vuelta. Fue un golpe fundamental en el sistema, en la industria. Un tema que duraba tantos minutos y que supuestamente no iba a pasar nunca la radio, trascendió en el corazón de la gente como una flecha con punta de diamante".

"FIGURACIÓN"

Fecha de grabación: 26 de mayo de 1969.

Símbolo: Lágrima.

¿Qué queda del paso de Luis Alberto Spinetta por la Facultad de Bellas Artes de la UBA? Una conjetura: la introducción a los conceptos elementales de la figuración. Compuesta durante los primeros meses de 1969, la canción es un nodo de sentido: durante sus tres minutos y medio, se concentra el pasado y el futuro inmediato de Almendra. Desde el gesto naif de la flauta (un instrumento escolar o académico) hasta la irrupción del mal viaje con los coros anestesiados de "Pappo, Sam y otros cirqueros". La banda del Bajo Belgrano que había concebido su disco tomando mate cocido con galletitas toma contacto con la esquina del reviente porteño y el resultado es una canción fractal y metafísica. "Una automatización de unas hermosas jaulas —decía entonces Spinetta—. Tardamos muchísimo tiempo en no afinar. El coro es el de las conciencias y la flauta, la de Bartolo".

"ANA NO DUERME"

Fecha de grabación: 11 de abril de 1969.

Símbolo: Sopapa.

Bajemos al santo de la estampita y pongamos su toque de histeria. Tal como hizo con cada uno de sus hits (revisar el texto "Muchacha ojos de papel: desintegración abstracta de la defoliación"), Spinetta tendía a minimizar las canciones que su público abrazaba de forma más inmediata. Así, "Ana no duerme" era solo un "tema ligero" montado alrededor de una "pequeña melodía que insiste": "es el que menos me gusta del disco, pero no está mal". La sentencia es deliberadamente injusta. Para citar a Patti Smith: es solo el autor del tema… ¡qué sabe! Grabado por una formación expandida de Almendra (el jazzista Santiago Giacobbe se ocupa de tocar el órgano), "Ana no duerme" lleva en su vientre algunos postulados del rock progresivo. La armonía que forman las dos guitarras tocando al unísono en la introducción. El juego de preguntas y respuestas entre la voz de Luis y la guitarra de Edelmiro. Los cambios de ritmo (no solo se detiene, sino que se fractura y luego se desacelera). La ausencia de estribillo. Una canción anti-beat sobre el límite nebuloso entre el mero insomnio y la mera locura.

Lado B

"FERMÍN"

Fecha de grabación: 22 de agosto de 1969.

Símbolo: Sopapa.

"Ambiente —dice en los créditos—: de hospicio". A su meticulosa manera, "Fermín" anticipa la temática de Artaud: las postrimerías abismales de la razón. Su construcción demuestra, en ese sentido, la clase superior de artesanía que proponía Almendra. Para enmarcar la balada, el cuarteto abre con un tarareo alienado y cierra con una cita a "Mambrú se fue a la guerra". En el medio, Fermín gira sobre sí mismo en un oscuro presente continuo. "Enfrente de mi casa vivía un personaje increíble llamado Carlitos, un chico mogólico, que es en parte la personificación de Fermín para mí —decía Spinetta—. Con Carlitos compartíamos momentos de alegría cuando éramos chicos. Si bien él no podía jugar a la pelota con todos, se sentía acompañado en su tremendo problema cuando estábamos con él. También es una apología, porque me acuerdo de que la madre lo castigaba bastante, hasta delante de los demás chicos. Lo del Fermín del tema no sé si es un grado de enfermedad tan agudo como el que tenía Carlitos, pero sirve para definir la situación del alienado como célula propicia para recibir las injusticias más aberrantes".

"PLEGARIA PARA UN NIÑO DORMIDO"

Fecha de grabación: 11 de abril de 1969.

Símbolo: Lágrima.

Compuestas a sus quince años, "Plegaria para un niño dormido" y "Barro tal vez" pertenecen a la primera tanda de canciones de Luis Alberto Spinetta. Ambas comparten, entre otras cosas, el diálogo entre la ternura y la fortaleza. Puntualmente, la canción de Almendra dialoga con otras obras elementales de los sesenta argentinos como la película Crónica de un niño solo de Leonardo Favio, la serie de Antonio Berni dedicada a su Juanito Laguna y aquella "Canción para un niño en la calle" que compuso Armando Tejada Gómez y cantó Mercedes Sosa. "De algún modo es un tema contestatario —decía Spinetta—. Hay una crítica a la sociedad y a la injusticia del mundo. En ese sentido, el tema tiene la virginidad que le corresponde. No hay ningún atentado en la plegaria, es una cosa toda dulce. Hasta la denuncia se hace con dulzura". A la distancia, la sesión de grabación es un prodigio de orfebrería: una toma en vivo en el borde del silencio, con los acentos invertidos para evitar el ruido de los ángulos y Rodolfo rozando la superficie del piano y los cascabeles. Parafraseando al ilusionista René Lavand: no se puede hacer más suave.

"A ESTOS HOMBRES TRISTES"

Fecha de grabación: 22 de agosto de 1969.

Símbolo: Ojo.

"Mejor no hablemos —decía Spinetta en la revista Alquitrán—. Grabación compleja". No es difícil comprender las razones. Aunque contaban solo con cuatro canales y una formación musical incompleta (riquísima pero dispersa), el cuarteto se propuso registrar esta suerte de suite de seis minutos en una sola sesión. Comandada por el pattern de Rodolfo García y una línea de bajo especulativa, "A estos hombres tristes" se abría en muchas direcciones: el easy listening, el folklore de proyección de Waldo de los Ríos, el café concert, las derivas del Modern Jazz Quartet. Toda una arquitectura matemática que los Almendra, atentos a los balances, equilibraban con una letra de hondo anclaje emocional. "Ahí también está el código de cuando éramos chicos: el domingo siempre era un día triste, no sé por qué —decía Spinetta—. A la vez era alegre, porque había fútbol, se reunía la familia, había rica comida. La importancia que se le daba al fin de semana en nuestro país por esos años era tremenda. Pero la soledad personal en ese momento era muy nítida, y yo la utilicé para decir, por ejemplo, 'vive de azul, porque azul no tienes domingo'. Después de Submarino amarillo, el azul pasó a ser un color interdicto para la felicidad, pero eso no quita que sea un hermoso color, y poder decir que, teniendo un color, se podía quebrar ese domingo argentino tremendo".

"QUE EL VIENTO BORRÓ TUS MANOS"

Fecha de grabación: 26 de mayo de 1969.

Símbolo: Lágrima.

Una pena que no podamos escuchar la cuenta de cuatro. Esgrimiendo una frase jazzística, la flauta introduce al cuarteto en su versión del swing porteño: la síncopa de Rodolfo, la guitarra a lo Jim Hall y la voz trémula de Emilio. Como buena parte de la poética del tango y el "Like a rolling Stone" de Bob Dylan, la canción se pregunta por esa chica encandilada por las luces del centro: ¿dónde estás ahora, que el viento borró tus manos? "Yo también me sorprendo al pensar que grabé ese disco a los diecinueve años, pero creo que había algo que nos superaba —dice Emilio Del Guercio en Crónica e Iluminaciones—. Siempre digo que eso que hicimos nosotros era lo único que podíamos hacer. No fue una elección sino una respuesta en bruto".

"LAURA VA"

Fecha de grabación: 2 de octubre de 1969.

Símbolo: Sopapa.

Una pregunta difícil: ¿de qué se trata el rock? Una respuesta polémica: de chicos y chicas que se van de su casa. En algún punto entre “She’s leaving home” y “Penélope” de Serrat, Spinetta compuso su propia viñeta de la saga y decidió arroparla con los arreglos de Rodolfo Alchourrón. “Antes de que lo grabáramos yo iba a lo de Alchourrón con la viola —dice Luis en Martropía, el libro de Juan Carlos Diez—. Pasábamos el tema en su casa con un armonio y la guitarra. Cuando nos mostró el arreglo nos queríamos morir. Después cuando lo escuchamos sonar con las cuerdas en la grabación no lo podíamos creer porque era una belleza”. La sesión, todo parece indicar, funcionó como un clímax: el estudio lleno (fagot, arpa, viola, violín, corno, flauta, clarón, flügelhorn, cello), el último día en los estudios TNT, el link tímbrico y emocional del bandoneón de Rodolfo Mederos con el corazón de la ciudad. Colgado del aliento, el destino de Laura queda concentrado en ese instante: “aunque es grande su vida comienza aquí”. El momento en el que, como diría Borges, descubre su propio rostro.

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