El infierno son los otros: una obra de teatro y cinco películas sobre el encierro

Desde el confinamiento de estos días, Luis Cruz, director editorial de Librosdementira, propone revisitar un clásico de la filosofía existencialista, la obra de teatro de Sartre, y nuevas lecturas de películas como la española El hoyo, la claustrofóbica El cubo, la alemana El experimento, de Oliver Hirschbiegel; y las actuaciones de Willem Dafoe en El faro y Kathy Bates en Misery.


Fue en mayo de 1944, con París aún ocupado por los Nazis, cuando el filósofo francés Jean Paul Sartre estrenó, bajo la dirección de Raymond Rouleau, su obra teatral A puerta cerrada. Siguiendo la premisa de “el infierno son los otros”, Sartre postula que el infierno, o la posibilidad de este, se articula a partir de nuestra interacción con los otros. Considerando el confinamiento masivo que estamos viviendo y las problemáticas de la vida doméstica surgidas de la cuarentena, resulta llamativa la propuesta del filósofo francés pues, en su obra, el calvario eterno emerge desde el encierro de los tres personajes principales en una habitación de hotel de la que no pueden salir. Desmarcándose de la visión de Dante, el infierno de Sartre no necesita del fuego ni de las torturas para ser eficaz, solo basta con tres almas humanas interactuando desde sus carencias para que este se desate.

Esta pieza, que se convirtió en un clásico de la filosofía existencialista, influirá en una serie de obras cinematográficas del siglo XX y del XXI que utilizarán los principales ingredientes de la propuesta sartreana. Desde el confinamiento sin razón aparente hasta la reclusión por voluntad propia, todas las películas a continuación reseñadas, operan y profundizan la idea del infierno planteado por Sartre. Ahora, en estos tiempos donde nos hemos visto obligados a tomar resguardo en nuestras casas, es interesante, aunque no necesariamente esperanzador, revisar parte de la cinematografía dedicada a al tema.

Como advertencia, no se incluirán películas que transcurren en la cárcel pues se considera que este es un subgénero del cine que debe ser abordado en un artículo aparte.

El banquete está servido

Sin duda, una de las películas que más ha dado que hablar en el último tiempo, y que tiene de los pelos a la crítica, es El hoyo (España, 2019, nota IMDB: 7.0), cinta que se ha posicionado como el último gran fenómeno del cine por streaming. La película de Galder Gaztelu-Urrutia, ganadora de la última edición del festival de cine fantástico de Sitges, propone una ágil metáfora de la estructura social de la que somos parte, pues allí, en el hoyo, se producen manjares para todos los internos que se hayan recluidos en los distintos pisos de una estructura de 333 niveles, pero la forma en la que se distribuye el alimento dependerá de la conciencia de aquellos que se encuentran en los pisos superiores. Y como es de esperar, a los pisos inferiores no llegarán más que las sobras de las sobras, en el mejor de los casos. Será esta falta de empatía con el otro, el motor del calvario al que se enfrentan los reclusos, y una de las premisas base en las que se apoya esta obra. El hoyo es una película interesante, transparente respecto a las premisas en las que se sustenta y a lo que busca provocar en el espectador, además cuenta con la brillante actuación de Zorion Eguileor, quien equilibra a la perfección el sadismo y la comedia. La mezcla entre humor negro, crítica social y violencia se amalgaman en una forma que resulta atractiva, más allá de los baches en los que cae la película hacia el tercio final.

Ver El hoyo en Netflix.

Con nada de humor pero mucha complejidad, El cubo (Canadá, 1997, nota IMDB: 7.2) es, sin lugar a dudas, uno de los referentes directos de El hoyo. En la ópera prima de Vincenzo Natali, también ganadora de Sitges, seremos introducidos al interior de un colosal cubo de Rubik junto a un grupo de personajes que han sido arrojados a este mecanismo sin un motivo aparente. Una de las grandes fortalezas de la película es que logra convertir al espectador en un cautivo más, pues la información con la que contamos es exactamente la misma que reciben los personajes a lo largo de la película. Así, seremos forzados a limitar nuestras ansias por conocer el origen y propósito de la cárcel en la que nos encontramos a cambio de descubrir los mecanismos de funcionamiento de El cubo. Claustrofóbica y sádica, El cubo juega con la idea de la cooperación y la complementación de talentos individuales para hacer frente a un desafío colectivo, sin embargo, también es una advertencia respecto a que basta la falla de una pieza del engranaje para que todo se venga abajo. La cinta canadiense es una experiencia cinematográfica que ha resistido bien el paso de los años, a pesar de la irregularidad de algunas de sus actuaciones, se trata de un gran exponente del cine independiente y de bajo coste de los años noventa.

Ver El cubo en Amazon Prime.

A diferencia de las cintas antes mencionadas, la película El experimento (Alemania, 2001, nota IMDB: 7.7) basa su trama en un caso real: el experimento de la cárcel de Stanford, llevado a cabo durante el año 1971. Allí un grupo de estudiantes de psicología fue dividido en dos facciones, la de los prisioneros y la de los guardias, a fin de estudiar las conductas de los seres humanos bajo condiciones extremas. Apoyándose en este referente, el director Oliver Hirschbiegel despliega una pesadilla retorcida en la que seremos testigos de los efectos que provoca la autoridad, el poder y el encierro al interior del alma humana, reafirmando así algunas de las premisas planteadas por Hannah Arendt en su clásico texto Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal, texto en el que a través del estudio comentado al juicio de Adolf Eichmann, uno de los encargados de llevar a cabo la solución final contra los judíos, instala la idea de que los criminales nazis no eran diferentes de la gente normal. Con grandes actuaciones y una tensión que no decae, fue merecidamente galardonada como la mejor película alemana estrenada en 2001. El experimento es una invitación amarga a reconocer la maldad que habita en nosotros.

Más reciente es el El faro (Canada-USA, 2019, nota IMDB: 7.7), película en que los muros de concreto y acero son reemplazados por la inmensidad del océano. La premisa de El faro es sencilla: dos hombres confinados a cuidar de un atalaya en una pequeña isla durante un acotado período de tiempo. Aquí será la rutina y la asimetría en la relación entre Ephraim Winslow y Thomas Wake el hilo conductor que nos llevará a presenciar la crisis física y psicológica de su protagonista. ¿Cuántos secretos guarda el corazón de un hombre? ¿Cuánta soledad podemos soportar? Son algunas de las preguntas planteadas por esta película que pasó –injustamente- inadvertida por los grandes festivales. Mención aparte merece la espectacular actuación de Willem Dafoe interpretando al veterano Thomas Wake. El solo hecho de presenciar la infinidad de matices y emociones que transmite Dafoe en su papel justifica el visionado de esta película.

Ver El faro en Amazon Prime.

Otra gran actuación –y que le valió un Óscar- es la que realizó Kathy Bates interpretando a la obsesiva Annie Wilkes para Misery (USA, 1990, nota IMDB: 7.8). Basada en una novela de Stephen King, esta película que dirigió Rob Reiner tras otros clásicos como Cuenta conmigo y Cuando Harry conoció a Sally, representa, sin duda, una de las cumbres en la carrera del realizador estadounidense y será influencia para otras grandes películas de años posteriores como Fargo. Misery nos pone en la piel del afamado escritor Paul Sheldon, quien tras sufrir un accidente automovilístico es rescatado por su más ferviente lectora. Extremadamente Inteligente en su propuesta, esta cinta se sostiene en la personalidad pasivo agresiva de Wilkes, personaje que alterna entre la dulzura y la brutalidad para someter al protagonista y conducirlo hasta el límite. Acá el encierro opera en distintos planos, Sheldon se encuentra secuestrado, pero también está físicamente imposibilitado de escapar, pues tiene ambas piernas fracturadas, y el gélido paisaje en el que se desarrolla la película representa una tercera barrera imposible de sortear. Todo lo anterior se encuentra sazonado con precisas dosis de un humor exquisitamente negro. Misery es un clásico que vale la pena volver a descubrir y que ha ganado con las ediciones en alta definición.

Ver Misery en Amazon Prime.

Para cerrar, un dato. En 1954 se estrenó la adaptación cinematográfica de A puerta cerrada dirigida por la directora francesa Jacqueline Audry, quien se había especializado en adaptaciones literarias para la pantalla grande. La película se puede ver subtitulada en el siguiente enlace de Youtube.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.