Daniela Castillo termina un nuevo álbum desde su casa

La pandemia encontró a Daniela Castillo en plena elaboración de su cuarto disco, pero ni el encierro ni las dificultades logísticas han bajado su ánimo. “Trato de ser lo más positiva posible”, dice la cantante. “Puedo seguir adelante con mis proyectos, no como antes, pero de alguna manera puedo. Y tengo la bendición de poder quedarme en mi casa”.

De hecho, la solista terminó su nuevo sencillo (“Ya fue”) desde el confinamiento. “La voz ya se había grabado así que todo lo anexo tuvo que ser por reuniones vía Whatsapp, Zoom, Facebook y todo lo que existe. Fue un desafío super grande porque no sabíamos qué iba a pasar ni cómo iba a evolucionar todo esto, pero con lo que teníamos queríamos hacerlo lo mejor posible”, explica la ex Rojo.

Del mismo modo optó por seguir adelante con su nuevo videoclip. “Si estamos haciendo todo de la casa hagámoslo en la casa”, decidió. “Y por eso quizás es mucho más especial que cualquier video que he hecho antes, no solo por las circunstancias sino porque muchos fans y amigos fueron parte, haciendo su grabación desde la casa. Quisimos de alguna manera sentirnos acompañados y que esto nos sacara un rato de todo lo que estamos viviendo”, detalla.

Tanto el nuevo single como el anterior (“Te dejo ir”) marcan el estreno de Castillo en la música urbana, el eje del próximo álbum. “Empezamos a componer como siempre pero al meter arreglos y hacer maquetas más elaboradas empezó a tomar esta forma y me gustó mucho. Sentí que le daba una forma distinta, que si bien estaba abordando otro tipo de estilos seguía presente mi esencia como cantante. Siento que con los años el prejuicio ha ido quedando atrás en todo sentido”, dice.

-¿Cómo se hará el lanzamiento del disco considerando lo incierto del contexto?

-Tenemos casi todas las canciones pero el tema es seguir produciéndolas. El disco lo estábamos pensando para fines de año pero no me atrevería a decir una fecha porque hoy por la contingencia todo puede pasar. Estamos yendo así, viviendo un día a la vez porque de lo que menos somos dueños es del tiempo.