Las fracturas de Chile en la piel de Cristián Carvajal

El actor como el comandante Ramiro. Foto: Villano

El actor suma en su colección de personajes a Jaime Guzmán y, en la recién estrenada Matar a Pinochet, al comandante Ramiro del FPMR. Aquí, detalla cómo los interpreta y se refiere a la controversia que enfrentó con su rol en la miniserie Héroes invisibles.


Un llamado con una noticia inesperada. La sensación de haber escuchado una especie de pitido que le impidió seguir al teléfono. Una posterior caminata sin rumbo definido. Así recuerda Cristián Carvajal (43) la sucesión de hechos a fines de 2016, cuando fue contactado por el director Juan Ignacio Sabatini para un desafío que le parecía mayúsculo: interpretar a Jaime Guzmán en un episodio de la serie 12 días que estremecieron Chile.

“Esta es una infidencia. Yo iba a hacer a otro personaje de otro capítulo de esa serie, que también dirigiría Juan. Era un personaje de ficción, ser un chileno promedio. En el minuto 90, me dice: quiero que hagas a Jaime Guzmán”, detalla el actor sobre la trastienda del proyecto que se estrenó en 2017. “(Cuando me contactó) no pude seguir escuchando y tuve que caminar, hasta llamarlo de vuelta. Le dije que sí y corté. El terror obviamente no se fue, se multiplicó. Después hablamos de nuevo y me tranquilicé”.

En 12 días que estremecieron Chile. Foto: Chilevisión

Su interpretación del senador y artífice de la constitución de 1980 en el episodio titulado El asesinato de Jaime Guzmán le valió el reconocimiento de sus pares, que lo galardonaron con el premio Caleuche, al que ese año también postulaba por la teleserie Perdona nuestros pecados. Al mismo tiempo, ese papel inauguró una etapa en su carrera al servicio de personajes basados en figuras icónicas de la historia reciente de Chile.

Recién estrenado vía streaming, el filme Matar a Pinochet suma la última encarnación de ese perfil: Mauricio Hernández Norambuena, el comandante Ramiro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), retratado a la cabeza del grupo autor del frustrado ataque a Augusto Pinochet en septiembre de 1986.

Siempre exhaustivo en el estudio de sus roles, Carvajal tuvo clases de tiro junto a sus compañeros de elenco y revisó todo lo que estuvo a su alcance sobre el personaje real, desde su libro Un paso al frente hasta Los fusileros, la obra de Juan Cristóbal Peña de la que toma inspiración la cinta dirigida por Juan Ignacio Sabatini (que esta semana suma nuevas funciones por Puntoticket, de jueves a sábado a las 21.00 horas, domingo a las 19.00 horas).

“Si bien leí todo lo que había que leer sobre Mauricio, o el comandante Ramiro, nunca va a ser suficiente, uno nunca se entrevista con él. Pero uno entiende una cabeza, uno entiende una forma de comprender la convicción para hacer algo incluso más allá de su propia persona”, explica.

Matar a Pinochet debutó el pasado jueves 12. Foto: Villano

Carvajal especifica que del guión original -escrito por Enrique Videla, Pablo Paredes y Sabatini- quedaron muchas menos líneas de diálogo de las que tenía en un inicio. Esa fue parte de la construcción final que, junto al cineasta, orquestó en torno a un hombre que “ratifica su liderazgo en el hacer más que en el decir”.

Cuando se completó el rodaje de la película -durante un mes a inicios de 2019-, Hernández aún se encontraba en Brasil, cumpliendo una condena de 30 años dictada por la justicia de ese país. Recién en agosto de 2019 fue extraditado por la justicia chilena, requerido por la doble cadena perpetua que enfrenta por el asesinato de Jaime Guzmán en 1991 y el secuestro de Cristián Edwards.

“Uno entiende que uno también es justamente por esos seres que existen o existieron en este país y las construcciones que hizo cada uno. Más allá de si uno está de acuerdo o no, si no hubiera existido la constitución realizada por Guzmán, no estaríamos en lo que estamos hoy. Si no hubiera existido el Frente o un acto audaz y temerario (como el ataque de 1986), tampoco”, plantea.

Junto al elenco del filme sobre el atentado del 86. Foto: Villano

Al momento de profundizar en su interpretación del senador y de Ramiro, el actor prefiere hablar de discursos. “No soy Kramer y no me interesa serlo, lo mío no va por imitar. En ninguno de esos casos esa ha sido la intención, sino que cargar en los hombros con el discurso de cada uno y tratar de hacerlo lo más fidedignamente posible”.

Más libre, reconoce, fue su acercamiento a su personaje de Héroes invisibles, la miniserie sobre la labor de los diplomáticos finlandeses tras el Golpe militar. En la producción que emitió Chilevisión encarnó al vicealmirante Ismael Huerta, que en la historia simboliza la cara más visible del régimen de Pinochet, en sus funciones de ministro de Relaciones Exteriores.

“No perseguimos parecernos físicamente, sino que contuvimos su rol para efectos de la serie: alguien que estaba a cargo del visado, de quién salía y quién entraba de Chile, que se transforma en el antagonista”, señala.

Su versión de Huerta generó la indignación de la familia del fallecido miembro de la Armada, que la llamó “burda e imprecisa”. Carvajal se refiere por primera vez a la controversia: “Es legítimo, pero la serie se basa en hechos reales históricos, está todo documentado, no hay invenciones. Sobre la interpretación, estoy demasiado cerca para opinar si está bien o está mal la reacción de ellos”.

Carvajal en su rol de Héroes invisibles. Foto: Diego Araya

También considerado como primera opción para interpretar a Sergio Jadue cuando la serie El presidente era un proyecto que postuló al fondo CNTV, el actor no esconde una fascinación especial por las figuras reales.

“Es un desafío enorme, te coloca en un lugar que es muy raro, hay una línea entre la ficción y la realidad. No es un documental, pero tampoco es cien por ciento ficción. La construcción de la totalidad y de cada escena la cuido mucho, porque obviamente también está puesta mi opinión allí, mi vereda, y agradezco a los directores que me lo hayan permitido”. indica. “Y discursivamente, es un lujo. Es un lujo poder habitar los uniformes de cada uno, tan distintos”.

Sin embargo, dice que a futuro su mayor reto sería otro: “Hacer a un actor. Nunca lo había pensado, pero eso sería un desafío incluso mayor. Te lo digo y me aterro”.

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