Flores y una canción prohibida: cuando Elton John tumbó la cortina de hierro y tocó en la URSS

Elton John en la URSS, 1979.

Fue en 1979 cuando el inglés decidió girar por el país comunista aprovechando que el gobierno local quería abrir su imagen hacia el exterior de cara a los Juegos Olímpicos de Moscú. Fueron ocho presentaciones en siete días, en un formato reducido de solo dos músicos, dado que venía saliendo de un cuadro de estrés. Por lo demás, todo ello quedó plasmado en un álbum fantástico donde muestra sus dotes como pianista y cantante.


La idea fue del manager John Reid y consistía en volver al circuito de las giras, algo que Reginald Kenneth Dwight, más conocido como Elton John, había dejado tiempo antes. “Vayamos a lugares donde no hayamos estado antes y donde tu música es popular; Israel, Francia, España o Irlanda”, dijo entusiasmado el agente, quien también manejó los destinos de Queen.

Pero seguro lo que Reid no esperaba fue la respuesta rápida de Elton John: “¿Qué pasa con Rusia?”.

Para esos días de 1979, el hombre de Rocket man andaba con ganas de reincorporarse al circuito. Tras el lanzamiento de su álbum A single man (1978), las críticas no se hicieron esperar dado que no tenía ni por asomo la batería de hits a los que el músico tenía acostumbrados a su audiencia. Salvo por el single Song for Guy, el disco pasó prácticamente sin pena ni gloria. Un factor que quizás sirva para explicar este bajón fue la decisión de prescindir de sus habituales cercanos: el letrista Bernie Taupin y el productor Gus Dudgeon.

De hecho, Elton John apenas hizo seis presentaciones para publicitar el disco, ya que no quería realizar giras. Pero lo que vino después fue un colapso. “Tuvo que ser ingresado de urgencias en la unidad coronaria del Harley Street Hospital de Londres, al parecer afectado de un paro cardiaco”; cuenta José Luis Martín en su libro Elton John: la historia de uno de los grandes mitos del pop (Manon Troppo, 2019).

Para su fortuna, no era un paro cardíaco lo que le afectaba, sino un cuadro crónico de estrés y agotamiento físico. La receta fue una sola: descanso obligatorio, y así se lo tomó el pianista.

Fue tras ese descanso que Reid propuso una gira para recomponer fuerzas. Eso sí, con un formato diferente respecto de lo que había hecho: solo dos músicos en escena, el mismo Elton en piano, y Ray Cooper en la percusión. La idea era alejarse de los grandes escenarios y los públicos masivos. Por lo mismo, se pensó en aforos pequeños.

Elton John en vivo junto a Ray Cooper.

Guardaespalda y sopa

Por esos días, la Unión Soviética era gobernada por Leonid Brezhnev y estaba enfrascada en una dura guerra en un sitio remoto del globo que hasta entonces le sonaba a poca gente: Afganistán. Claro que en rigor, se trataba de otro escenario donde Estados Unidos y la URSS estaban trasladando su Guerra fría, pues los soviéticos apoyaban a las fuerzas de la República Democrática de Afganistán, mientras que los estadounidenses respaldaban con armamento y recursos a los rebeldes muyahidines islamistas afganos.

Brezhnev era un hombre duro, del bando más ortodoxo del politburo soviético, por lo que la posibilidad de que un músico abiertamente gay como Elton John tocara ahí, a priori parecía remota. “Nunca creí que pudiera darse el caso. El rock occidental estaba más o menos prohibido bajo el comunismo -las casetes de los álbumes iban de mano en mano como si fueran de contrabando- y la homosexualidad era ilegal, así que las posibilidades de que aceptaran unas horas de entretenimiento a cargo de una estrella de rock abiertamente gay eran casi nulas”, recuerda el mismo Elton John en su autobiografía Yo. Elton John (Reservoir books, 2019).

Pero un factor externo permitió el milagro. Al año siguiente Moscú organizaría los Juegos Olímpicos, y a Brezhnev le quitaba el sueño presentar ante el mundo una imagen distinta de la URSS. De hecho, ya se habían presentado un par de artistas occidentales: Boney M y Cliff Richards. Así que una presentación de Elton John no era vista con malos ojos.

Desde el círculo del cantante comenzaron el operativo. Reid contactó al diplomático soviético Vladimir Kokonin, quien era un alto funcionario del Ministerio de Cultura y lo convenció de que acudiera a uno de los shows del inglés, en Oxford. Como dijimos, por esos días Elton John había dejado las extravagancias glam de sus inicios y solo se presentaba con Ray Cooper. A Kokonin le gustó la sobriedad de la presentación, y eso comenzó a facilitar el camino.

“En cuanto constataron que no éramos los Sex Pistols y habiéndonos juzgado poco peligrosos para la moral de la juventud comunista, nos dieron luz verde para la gira”, recuerda sir Elton en su libro. Solo le pusieron una sola restricción: la “imposición expresa de no poder interpretar ‘Back In The URSS’ de The Beatles”, señala José Luis Martín.

Así, con un staff que incluía a su manager, a sus padres, Harvey Goldsmith, Geoffrey Ellis y John Reid como representantes; Ray Cooper y Clive Franks con sus parejas; los cineastas Dick Clement e Ian La Frenais; y por supuesto, dos periodistas, el cantante arribó a las tierras soviéticas a mediados de mayo de 1979. En el aeropuerto de Moscú, lo recibieron dos chicas que harían las veces de traductoras, y un exmilitar quien estuvo asignado como su guardaespaldas. En la ciudad, como pocas veces había una “plena y sofocante ola de calor”, recuerda Elton John.

En el hotel, en Leningrado, Elton John cenó un clásico de los manjares eslavos: sopa. “La comida era indescriptible, cientocincuenta y siete variedades de sopa de remolacha y patatas. Si esto era lo que servían en los mejores hoteles, ¿qué demonios comía la gente normal?”, recuerda el autor de Your song.

La gira tuvo solo ocho fechas, durante 7 días. Comenzó el 21 de mayo de 1979 en el teatro BKZ Oktyabrsky de San Petersburgo, y finalizó el 28 del mismo mes en el Rossiya Concert Hall de Moscú. No fueron recitales abiertos al público general, dado que los espectadores solo fueron personalidades cuidadosamente elegidas. “Las audiencias estaban formadas por funcionarios y sus familias, público cercano al partido y militares, nadie sin los correspondientes controles minuciosos de personalidad e ideas”, cuenta José Luis Martín en su referido libro.

La recepción, relata Martín, fue fría. A diferencia de lo que estaba habituado, el público no gritaba, y solo se limitaba a aplaudir respetuosamente tras finalizada cada canción, aunque, según Elton John, “nos tiraban flores y nos pedían autógrafos entre las canciones”.

Entre las canciones del setlist incluyó sus éxitos “Bennie and the Jets”, “Candle in the Wind”, “Goodbye Yellow Brick Road”, “Saturday Night’s Alright for Fighting”, y por supuesto...sí incluyó “Back in the USSR”, de sus admirados Beatles.

Hoy, la actuación de Elton John por tierras soviéticas está disponible para escucha en el álbum Live from Moscow.

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