La pluma que transformó en serie a Isabel Allende

El guionista Jonathan Cuchacovich escribió en solitario la miniserie Isabel, la primera producción biográfica sobre la escritora superventas, que llega a Amazon Prime y Mega en junio. Aquí cuenta su historia y da las claves de su acercamiento a la vida de la novelista chilena. “Tratamos de hacerle justicia a un personaje tan tremendo como ella”, señala.


Clarisa es una gata que quiere lo imposible, salir volando del castillo en el que vive y explorar más allá de lo que conoce. Todos le dicen que no es posible tamaña proeza, que no sueñe lo absurdo, excepto su madre, que la alienta y la llama a que nadie le corte las alas.

Los primeros oyentes que supieron de Clarisa y su anhelo fueron los dos hijos mellizos de Jonathan Cuchacovich (39), quienes tenían apenas tres años cuando su padre aprovechaba sobre todo las noches para seguir indagando en la historia de Isabel Allende.

El relato infantil, creación propia del guionista, está inspirado en la literatura para niños que la escritora superventas ha publicado, y su inclusión en un episodio es una de las pocas licencias creativas que se tomó al escribir la miniserie Isabel, la primera producción biográfica sobre la novelista chilena, que se estrena el jueves 3 de junio en Mega y al día siguiente en Amazon Prime Video para Latinoamérica y España.

Tras ganar el fondo CNTV en 2018, el proyecto apareció en su radar a través de la realizadora Isabel Miquel, productora ejecutiva del canal en el que ya se desempañaba. En ese momento la historia tenía un primer teaser, con Daniela Ramírez como la actriz principal y giraba en torno a la enfermedad y fallecimiento de la hija de Allende, Paula, elementos que finalmente se mantuvieron en la producción de tres capítulos.

El guionista Jonathan Cuchacovich ha trabajado en proyectos de TV como Los 80 e Isla Paraíso.

”El primer enganche emocional para mí fue cómo uno viviría algo tan desgarrador como la muerte de un hijo”, plantea Cuchacovich sobre la impresión inicial que le causó la historia. Luego vino empaparse y descubrir lo que llama una y otra vez “el viaje de Isabel”, en el que es parte central “que cuando vive esta atrocidad está en la cima de su carrera y experimenta un punto de inflexión clave”.

En medio de su agitado 2019, el guionista debió compatibilizar su tarea como único escritor de la miniserie y sus funciones como jefe de desarrollo de proyectos de ficción de Mega, en títulos como la teleserie Juegos de poder. Cuenta que para acercarse a su figura fue importante leer libros eminentemente autobiográficos de la autora, como Paula (1994) y La suma de los días (2007), además de recoger las entrevistas que ha dado a lo largo de su carrera y otras que el equipo realizador le hizo a todo su entorno cercano antes de que él se involucrara.

Pero lo crucial, dice Cuchacovich, fue escuchar a Isabel Allende en audiobooks y en diferentes instancias públicas. Captar su cadencia, su discurso, su manera de relatar su propia vida y su obra. Así pudo llevar al papel la experiencia de la novelista y la esencia del personaje. “Los guiones están teñidos por su voz. La idea es que se sintiera un poco de ella en la serie”, señala sobre la trama que explora fundamentalmente la familia que forma con su esposo, Miguel Frías (interpretado en la ficción por Néstor Cantillana), su exilio en Venezuela y el origen de su carrera en revista Paula y su primer impulso como escritora.

En el proceso Cuchacovich se enfrentó al desafío de encarar el primer proyecto de carácter biográfico de su carrera. Luego de estudiar periodismo en la Universidad Católica, trabajó en Canal 13 en títulos como Peleles (2011), Las Vega’s (2013) y en la sexta temporada de Los 80, en la que ejerció como productor ejecutivo y compartió con el director de Isabel, Rodrigo Bazaes, para más tarde saltar a Mega, participando en teleseries que van desde Pituca sin lucas (2014) hasta Isla Paraíso (2018).

Pero el guionista señala que el mayor reto no estuvo en que este fuera su primer biopic ni su primera producción en formato miniserie, sino que en balancear lo que define como los “dos polos” de Isabel Allende. “Cómo equilibrar ser una madre abnegada, que lo deja todo por su familia, y seguir este fuego interno, incombustible, que la lleva a seguir su propio camino y eventualmente se convierte en su literatura”, define.

Y de paso, resolver con solidez el momento de catarsis de la historia, según explica, la escritura y publicación de La casa de los espíritus (1982), inspirada en el linaje de Allende. “No es sólo el ejercicio creativo, sino que es todo lo que ella ha vivido para llegar a ese momento”.

La vida después de Isabel

Jonathan Cuchacovich estaba en un café junto a su padre un día de 2018 cuando ya trabajaba en Isabel. De pronto, recibió un correo electrónico que primero leyó en voz baja y le generó, consecutivamente, sorpresa, suspenso y alegría.

La autora del mensaje, Isabel Allende, le manifestaba que había leído todos los guiones de la miniserie. “Se me heló el corazón un segundo. Ella decía que partió leyendo con mucha reticencia y después que le había gustado muchísimo. No podía creerlo”, cuenta el escritor.

El email borró una incertidumbre “enorme”: qué pensaría la novelista hispanohablante más popular de la versión en ficción que desarrolló sobre su vida, por primera vez en pantalla y con actores. El gesto de aceptación también fue armónico con la colaboración que existió en todo momento entre el equipo de la miniserie y la autora, dispuesta a involucrarse puntualmente en el proceso pero dándoles completa libertad creativa.

”Ella es muy considerada con cuidar a su entorno”, afirma. “Esa siempre fue su única preocupación, que la gente de su entorno no se incomodara por lo que contáramos en la ficción. Pero más allá de eso, Isabel fue un libro abierto, encantadora, rápida, ingeniosa, y súper respetuosa con nuestro trabajo”, detalla.

”Hay juegos temporales en la narración, detalles chicos de conversaciones, pero en general intentamos no alejarnos mucho de lo que ella ya ha contado de su vida”, agrega.

La miniserie arriba a la pantalla local con el sello de aprobación de la novelista, quien ha contado en medios norteamericanos que los realizadores “fueron muy amables conmigo”, y también con el respaldo de HBO Max. La plataforma de streaming pagó por los derechos de exhibición y la incorporó a su catálogo de Estados Unidos en marzo como un título “original”, la rúbrica que le da a proyectos de producción propia y a otros de factura ajena que considera especialmente valorables. De esa manera, la miniserie que escribió está en la biblioteca del servicio de streaming junto a títulos como The wire, una de las producciones televisivas favoritas de Cuchacovich.

Ahora el guionista se fija como objetivo escribir nuevas historias con ambición internacional, partiendo por algunos proyectos que ya desarrolla en su canal actual. Uno de ellos también se basa en hechos reales y lo trabaja junto a Isabel Miquel y Patricia Bazán, directora de contenidos de Mega. “Es sumergirse en otro mundo diferente”, es lo único que puede adelantar por ahora.

En sus siguientes pasos, Cuchacovich tiene una ventaja frente a otros colegas: cuenta con el apetito de convertirse en showrunner de historias creadas por él, el cargo que en la televisión estadounidense aglutina las tareas de escritor principal, productor ejecutivo y ocasionalmente director.

El guionista advirtió hace años la expansión de esa figura en el mundo, por lo que estudió un MBA enfocado en la labor ejecutiva. “Me faltaba entender el rol que cumplen las ficciones como producto como parte de una empresa en una industria que cambia tan rápido”, apunta.

Pero cualquier nueva incursión vendrá después del sabor dulce que le dejó ser el primer guionista en llevar a la ficción a Isabel Allende y resolver con éxito el mayor reto: “Tratamos de hacerle justicia a un personaje tan tremendo como ella, buscar la forma de que su voz se viera de alguna forma plasmada en la ficción”

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