Ensayo clínico: conejillos a todo Chancho

Después de 17 meses, la música en vivo volvió con aforo completo el pasado jueves en la sala SCD de Plaza Egaña, con Chancho en Piedra y en el primer ensayo de este tipo que se realiza en Latinoamérica, bajo el fin de retomar los conciertos. Así es asistir a un show bajo la nueva normalidad.


Jueves 26. 7.30 horas. Acceso de urgencias del Hospital Clínico de la Universidad de Chile en Recoleta, apenas tres grados Celsius bajo un pálido sol de invierno. Aunque la toma de PCR a los asistentes de La Música Ensaya arranca a las 8.00, ya asoma una fila considerable de seguidores de Chancho en Piedra para el concierto gratuito de esta tarde, planificado por la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD). Somos 200 conejillos de Indias en nombre de la música en vivo.

Suena Sol y Lluvia, equipos móviles entrevistan a Don Rorro de Sinergia en su calidad de presidente de la SCD, y a los integrantes de Chancho en Piedra. Todos lucimos abrigados como si fuéramos de paseo a la nieve. En la fila, un padre treintañero lamenta no poder traer a sus hijos al show, después de todo este tiempo de silencio musical y salas vacías. Conmueve y alienta que a 26 años del debut con Peor es mascar lauchas, Chancho en Piedra mantenga una fanaticada fiel dispuesta a madrugar.

Nos pasan una hoja para completar datos, el trámite avanza rapidísimo, a las ocho de la mañana mi PCR está listo.

Stop. Rewind. Originalmente el ensayo era el jueves 19, pero fue suspendido por el pronóstico de diluvio que nunca llegó. Como ahora caen dos gotas y la gente se encierra, la prueba se pospuso una semana.

Miércoles 25. 18.30 horas. Reunión vía Zoom para informar los detalles de este experimento entre la SCD y el Hospital Clínico de la Universidad de Chile. La finalidad es evaluar la opción de conciertos de máximo aforo exigiendo cuadro de vacunación completo, PCR negativo y mascarilla de las buenas, la KN95.

La SCD prevé distintos escenarios. La Fase 4 es alentadora porque los aforos se amplían. Pero si retrocedemos -algunos pronósticos vaticinan aumentos de casos post Fiestas Patrias-la entidad quiere contar con información avalada científicamente, que demuestre la minimización de riesgos si el público cumple esas condiciones y así reactivar la escena congelada durante 17 meses.

Aun cuando se han hecho esporádicamente conciertos, incluyendo una fallida intentona de shows diarios con distancia social y gran producción a comienzos de diciembre último en las afueras del Movistar Arena, el aforo resulta clave, porque su reducción es enemigo de la rentabilidad necesaria para cualquier evento masivo.

Por Zoom aparecen Don Rorro, Lalo Ibeas y Felipe Ilabaca, de los Chancho, y Juan Antonio Durán, director general de la SCD. “Siento como que estoy viviendo un capítulo especial de la historia de mi vida”, dice el directivo y líder de Sinergia, “y queremos que ustedes también sientan lo mismo (...), porque lo que están haciendo y lo que estamos haciendo es un voluntariado por la música chilena”.

Don Rorro cuenta que se trata de la primera actividad de este tipo en Latinoamérica, tras una serie de eventos similares en el hemisferio norte. “Todos estos ensayos (...), estas experiencias internacionales”, asegura, “tuvieron resultados positivos, favorables”.

Se suma a la reunión Alejandro Afani, Inmunólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile. “Este es el primer evento y único autorizado bajo estas características”, subraya el médico, “porque no cumple las normas sanitarias vigentes en este momento en términos de distanciamiento social”.

Los asistentes al Zoom dejan sus preguntas.

“¿Se podrá ingresar con cámara fotográfica?”, interroga un participante.

“Solo si la cámara se hizo un PCR, jaja”, responde Lalo Ibeas, haciendo gala de su humor marrano, característico de Chancho en Piedra.

“¿Estarán permitidos los Juanitos?”, consulta un asistente, en alusión a ese juguete setentero clásico chileno, un cerdito amarillo de expresión circunspecta, símbolo de la banda.

“Juanito sí se puede llevar”, aclara Juan Antonio Durán.

Start me up

Jueves 26. 16.24 horas. “Te informamos que tu PCR salió NEGATIVO”, sentencia el mail de la SCD.

18.30 en la sala de mall Plaza Egaña, a media hora del show. Delante en la fila, una chica lleva un Juanito ataviado como Wonder Woman. Nuevamente prensa y cámaras cubriendo el evento. Las luces multicolores del centro comercial y la pantalla led que anuncia a Chancho en Piedra reviven ese ambiente de expectación y electricidad, los minutos previos a un gran show.

18.45 horas toma de temperatura, cada asistente pasa a un módulo, te asignan un autoadhesivo con un número de asiento para pegar en la solapa, otro papel para completar info, te pasan la mascarilla, y de ahí al recinto de la SCD con capacidad para 200 personas.

El concierto debiera partir a las 19 horas, pero hay tradiciones que nunca cambian, como el retraso en el inicio de la música en vivo en Chile. El show no debe exceder 60 minutos por la calidad del aire monitoreada en el ensayo. A simple vista, es el de siempre en una sala atestada, una especie de neblina rasgada por los focos encendidos.

REUTERS

Para seguir con las costumbres, a las 19.13 comienza el tímido cántico adaptado de Woodstock, un largo y rítmico “óhohohohooh”, con la pretensión de apurar a los músicos. A las 19.24 se apagan las luces y se enciende la pantalla gigante con indicaciones, subrayando el uso de la mascarilla. Aparece Don Rorro.

“Estamos haciendo historia”, proclama.

Insiste en la mascarilla, agradece a la U. de Chile y habla de “abrir la carrera al ovusol”, en cita a Chancho en Piedra. Pide un ceacheí, el grito resuena, y se escuchan a todo volumen los solemnes teclados que introducen Fanfare for the common man, de Emerson, Lake & Palmer. Irrumpe la banda, toman sus puestos y arrancan potentes y resueltos con Start me up, de The Rolling Stones, con un guiño al clásico de clásicos (I can’t get no) Satisfaction, en un lindo homenaje al fallecido Charlie Watts.

El público completo se levanta enfervorizado. Decenas de Juanitos son izados sobre los hombros. Hay distintas versiones: Juanito skater, huaso, con trenzas, capucha y uno que parece inspirado en Donnie Darko (2001).

Lalo Ibeas va de casco, movedizo e histriónico como siempre. No hay rastros de óxido en la banda por la detención obligatoria, culpa de la pandemia. Felipe Ilabaca sólido y cool en el bajo, con gran protagonismo en las voces, las melodías son su territorio; Leonardo Corvalán, Toño para los fans, cada vez más parecido al Capitán Cavernícola, entregado en la batería con los ojos semicerrados cantando la mayoría de las letras para sí mismo; C-Funk en guitarra, detenido en el tiempo y sin rastros de edad. Se suman Nicolás Letelier en teclados y el reputado Pancho G en diversidad de funciones, contando guitarras, teclados, percusión y coros.

Para ser un grupo que hace un par de años sufrió el retiro de uno de sus integrantes fundamentales, como el fundador Pablo Ilabaca, Chancho en Piedra 2021 goza de excelente salud.

Lalo saluda, bromea sobre las nuevas costumbres nacidas en pandemia -todos guapos porque ya no vemos caras, solo miradas-, y la edad de sus seguidores más antiguos - “los que se vacilan un tema del Peor es mascar lauchas, examen de próstata”-. La banda repasa selecciones de su discografía de nueve álbumes con interpretaciones maceradas. Al acercarse la hora cierran el show y encajan el bis de inmediato, antecedido por un nuevo ceacheí.

El ensayo clínico tiene un epílogo clave: un nuevo examen PCR a los asistentes el próximo jueves en la misma sala del concierto, para así cerrar la data de la prueba y proyectar un par de nuevos ensayos con mayor aforo, hasta llegar a los 500 asistentes.

Sólo una persona salió con resultado positivo tras el primer testeo. Según el doctor Afani, era esperable, considerando la actual positividad del 1,1% en Chile.

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