Nevermind en cuatro capítulos: cómo Nirvana construyó su lugar en la historia

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Un 24 de septiembre de 1991 salió a la venta el segundo álbum de Nirvana, que pasaría a la historia no solo por haber desbancado a Michael Jackson, sino por singles eternos como Smells like teen spirit. En un paneo general, en Culto damos cuenta de un disco que marcó la década de 1990.


I

Fue antes que siquiera pasara todo, pero de algún modo, el single Sliver, en 1990, ya anunciaba lo que iba a venir. Kurt Donald Cobain no ocultaba que términos compositivos lo que pasaba por su cabeza estaba lejos de sonar como el sonido pesado y áspero del Bleach, deudor de Black Sabbath. Esto era otra cosa.

“Era como una declaración en cierto modo. Tuve que escribir una canción pop y lo lanzaron como un sencillo para preparar a la gente para el siguiente disco. Yo quería escribir más canciones como esa”, dijo años después en una entrevista el blondo cantante.

Pero vamos un paso hacia atrás. Ya con la etiqueta Sub Pop, el grupo que conformaban Cobain y Krist Novoselic se completaba con el baterista Chad Channing. Pero el hombre de las baquetas fue reemplazado. ¿Los motivos? Chad era inquieto, y quería tener más participación en la parte compositiva, lo cual en principio no era un problema, pero sus canciones estaban lejos de lo que buscaba Kurt. “La música de Chad simplemente no les encajaba. ‘Es que no era buena’, dice Kurt. ‘Y no había nada más que decir. Era muy triste, porque él sentía que no era parte del grupo porque era incapaz de crear canciones’”, cita Michael Azerrad en su libro Come as You Are: La historia de Nirvana.

¿La versión de Channing? en el mismo libro el baterista cuenta: No es que no nos lleváramos bien; siempre nos llevamos bien a nivel personal. Era estrictamente a nivel musical donde la cosa ya no funcionaba. Ahí fue donde terminó todo, justo ahí. Nunca sentí que acabara de encajar totalmente en el grupo”.

En la grabación de Sliver, en la batería se sentó Dan Peters, de Mudhoney, a modo de reemplazo temporal. Pero el hombre definitivo llegaría pronto.

II

Con David Eric Grohl a cargo de las baquetas, Nirvana comenzó a trabajar de lleno en su inminente segundo álbum, cuyo título provisional era Sheep. Ya habían comenzado a trabajar con el reputado productor Butch Vig en sus estudios en Madison, Wisconsin, para comenzar a trabajar en el álbum, pero tras firmar con Geffen Records, en abril de 1991, la banda comenzó a grabar en los legenadrios Sound City Studios de Los Ángeles, California.

Las vibraciones eran buenas, y ya sentía lo que iba a ocurrir. “Sabíamos que las canciones que estábamos sacando eran pegadizas y molaban, que eran buenas y muy potentes. Ya nos olíamos que eran buenísimas. No nos esperábamos para nada lo que acabó ocurriendo, pero sí que sabíamos que iba a ser un disco muy bueno”, comenta Grohl en el libro de Michael Azerrad.

Pronto, en las sesiones Kurt mostró un riff pegadizo con el cual comenzaron a estructurar una canción. En el sonido, la referencia estaba clara. “Tanto Krist como Kurt escucharon de inmediato una de sus influencias en aquella canción. ‘Los Pixies’, dice Krist. ‘Lo vimos clarísimo enseguida. Los dos dijimos: ‘Suena totalmente a los Pixies. La gente nos va a matar por hacer esto’”, se cuenta en el volumen de Azerrad.

Y resulta que esa canción por la cual la gente los iba a matar terminó llamándose Smells like teen spirit. Casi una tontera en ensayo, pero que terminó siendo un himno. A Novoselic, en particular no le llamaba la atención en principio. Él mismo recuerda en el libro de Azerrad: “Recuerdo que la primera vez que la tocamos no era nada especial. Pero después de grabarla, pensé: ‘Oye, esto está muy bien. Mola que te cagas’”.

Photo of NIRVANA

III

Lanzado el 24 de septiembre de 1991, Nevermind comenzó un camino rápido hacia el ascenso. De hecho, el 11 de enero de 1992, lograron algo impensado y que parecía sacado de otra realidad: desbancaron al incombustible Michael Jackson de lo más alto de la tabla, puesto que se encontraban vendiendo la friolera cifra de 300.000 copias a la semana. Además, MTV no paraba de repetir el video de Smells like teen spirit día tras día. Era lo que nadie podía perderse para quedar fuera de alguna conversación.

Que las luces se fijaran en ese pequeño grupo de Seattle, a Kurt Cobain lo descolocaba. “Obviamente, no estaba dispuesto a consentir que mi ego reconociera que éramos un grupo tan alucinante que mereciéramos tantísima atención, pero sabía que era mejor que el noventa y nueve por ciento de cualquier otra cosa que hubiera a nivel comercial”, afirmaba.

Eso sí, aprovechaba de repasar a unos que simplemente no soportaba. “Sabía que éramos cien veces mejores que los putos Guns N’ Roses o Whitesnake o cualquiera de esas mierdas. Pero me hacía sentir como un imbécil porque hay tantos grupos en la escena underground que son igual de buenos o más que nosotros y nosotros somos los que estamos acaparando toda la atención. Me hacía sentir lástima por todos los que estaban flipando con lo que estaba pasando porque me parecía muy triste que fuéramos una de las pocas bandas de nuestro rollo en ser expuesta al mainstream”.

IV

En Nevermind, Kurt Cobain dio muestras de sus influencias. Ya sabemos que Pixies fue una, pero otra vertiente que siempre mencionó fueron los Beatles. De hecho, más de una vez dio a conocer su predilección por el legendario White album, el más crudo de los oriundos de Liverpool.

En una entrevista posterior citada por Luke Lewis en Nirvana and the Story of Grunge, de 2005, Cobain manifestaba que la idea de las canciones era sonar como “los Bay City Rollers siendo molestados por Black Flag”. De alguna forma se las arreglaba para sonar melódico, pero a la vez juntando el sonido sucio que tanto le gustaba.

Posteriormente, en marzo de 1992, apareció el segundo single: Come as you are, el cual logró el puesto 32 del Billboard Hot 100. Después vinieron dos más: Lithium e In Bloom. Pese a todo, a las luces, a la atención de la prensa especializada, a que sus caras se conocieran en todo el orbe, la reflexión de Krist Novoselic estaba puesta en otra parte: “Llegamos a disco de platino y no paramos de sonar en la MTV y es todo muy raro, en plan: ¿y ahora qué? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Nos vamos a convertir en Led Zeppelin y en el grupo más importante de los noventa o nos vamos a ir a la mierda o qué pasa?”.

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