Emma Sepúlveda, escritora: “Todavía no se ha terminado de contar la historia de Colonia Dignidad”

Colonia Dignidad
Colonia Dignidad

En su última novela, Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa, la autora desentraña la vida de Ilse, una alemana que llegó a la Colonia liderada por Paul Schäfer en la década del 60, cuando era apenas una niña. Mediante la ficción, Sepúlveda condensó años de investigación personal sobre los horrores vividos por chilenos y extranjeros que llegaron al lugar, centrándose especialmente en las torturas vividas por las mujeres. Una tragedia que, en palabras de la autora, tiene responsabilidades en todos los sectores políticos.


Hubo un hecho que marcó el curso de las cosas. La última visita de la escritora Emma Sepúlveda a la Colonia Dignidad, asentamiento de colonos alemanes que llegaron a Chile durante la década del 60 y que ejerció como centro de detención y tortura durante la dictadura militar, fue en los meses previos a la pandemia.

Su objetivo era llegar al hospital ubicado dentro de la Colonia, polémico por los servicios prestados a las comunidades rurales aledañas que contrastaban con los procedimientos realizados en sus dependencias bajo las órdenes del líder Paul Schäfer, que, entre otras cosas, incluían esterilizaciones y terapias de electroshock. Mientras escuchaba a través de la ventana del auto, Sepúlveda fue testigo de una conversación que encendió sus alarmas.

“Fui con un primo médico. Entonces, una alemana, vestida con un pañuelo en la cabeza y en un español bastante limitado, comenzó a hablarle a mi primo. Me impresionó enormemente ver que esta mujer vivía aún bajo el dominio mental de Paul Schäfer. Dijo: ‘qué lástima que se haya muerto Paul Schäfer, porque nosotras estábamos mejor cuando estaba vivo’”, recuerda la escritora desde Valencia, España, donde se radicó luego de varias décadas viviendo, estudiando y trabajando como académica y activista por los derechos de los latinos migrantes en Estados Unidos.

Frontis de la Colonia Dignidad
Frontis de la Colonia Dignidad (fotografía de Picture Alliance)

Así fue como decidió que su próximo libro contaría la historia de los habitantes de la Colonia desde una perspectiva que, asegura, no ha sido lo suficientemente abordada: el de las mujeres, muchas de las cuales llegaron desde Alemania para sufrir los maltratos del predicador. “En ese momento tomé la decisión de que tenía que ser una novela, y narrada desde el punto de vista femenino. Cómo una mujer llega ahí. Se concentró la idea en mi mente de que tenía que ser la historia de una mujer. Y no tenía que ser contada en tercera persona, porque hubiera tomado demasiada distancia de lo que estaba ocurriendo. Esa urgencia que tiene aquí la narradora de estos diarios es lo que nos convence más de la tragedia de las mujeres que fueron víctimas de la Colonia Dignidad”.

Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa fue el resultado de esa inquietud. Una novela histórica escrita durante los meses pandémicos y que estuvo precedida por un extenso período de investigación, que incluyó la revisión de archivos de prensa, documentos judiciales, entrevistas e investigaciones inéditas sobre lo que sucedía dentro de la congregación.

Niños de la Colonia Dignidad (fotografía de Picture Alliance)
Niños de la Colonia Dignidad (fotografía de Picture Alliance)

En ella, Sarah es la responsable de transcribir del alemán al español los diarios de vida de su madre adoptiva, Ilse, que llegó a la Colonia siendo apenas una niña. A través de sus escritos, se exponen detalles íntimos del funcionamiento interno del lugar, del que Ilse fue sobreviviente. Y aunque la historia es narrada a través de personajes ficticios, están basados en el caso real de una familia víctima de lo sucedido dentro de la congregación alemana, y que reúne situaciones vividas por múltiples niños, mujeres y hombres de diversas nacionalidades que pasaron por el lugar.

Los crímenes sucedidos bajo el alero de Schäfer son un asunto que preocupa a la autora desde la adolescencia. En los sesenta supo por primera vez de su existencia, cuando leyó un artículo en la revista Ercilla que hablaba de Wolfgang Müller, el primer joven que logró escapar del recinto. Durante la investigación previa, Sepúlveda se contactó con el abogado Hernán Fernández, a quien la autora describe como “un ser humano que ha trabajado y que ha dado su vida para proteger, representar y encontrar justicia para los niños chilenos que fueron víctimas de Paul Schäfer”.

Emma Sepúlveda, escritora, firmando libros en Valparaíso durante su último viaje a Chile. Libro: Antología Basta: 100 Latinas en contra de la violencia de género.
Emma Sepúlveda, escritora, firmando libros en Valparaíso durante su último viaje a Chile. Libro: Antología Basta: 100 Latinas en contra de la violencia de género.

Gracias a Hernández, que también fue uno de los legistas que contribuyó a la captura de Schäfer luego de su huida a Argentina, la autora pudo contactarse con Müller a través de una carta. “Me contestó y me dijo que está escribiendo su propia historia ahora, en Alemania. Se cambió el nombre, se casó y usa el apellido de su esposa. Para mí fue un momento clave cuando pude escribirle y contarle lo que me había impactado haber leído su historia de adolescente y que hoy, una mujer mucho más madura, estaba escribiendo y basando mi novela en algunas de sus experiencias”, cuenta la escritora.

Emma Sepúlveda, escritora chilena, autora de Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa
Emma Sepúlveda, escritora chilena, autora de Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa

Una herida que sigue abierta

Mediáticamente, los años en que la Colonia Dignidad colaboró con el gobierno del dictador Augusto Pinochet son los más recordados en los libros de historia. Sin embargo, el funcionamiento del recinto comenzó una década antes del golpe militar. “Claro que Pinochet ayudó a Paul Schäfer, pero también han sido cómplices otros presidentes, otros líderes en Chile. Imagínate que Schäfer decía, y está documentado en muchos libros y archivos, ‘todos los políticos comen de mi mano’. Y eso es exactamente lo que pasó. Los políticos chilenos de izquierda y de derecha comieron de la mano de Paul Schäfer”, afirma Sepúlveda, quien es historiadora de profesión.

“En Chile ha habido muchos cómplices de la Colonia Dignidad. La memoria chilena tiene que revivir. No podemos construir un futuro destruyendo el pasado. Incluso ahora me sorprende profundamente que Hernán Larraín sea una de las personas que va a tener la responsabilidad de escribir una nueva constitución”, agrega la autora, refiriéndose al nombramiento del ex ministro como uno de los expertos para el nuevo proceso constituyente, y que ha sido señalado varias veces por su simpatía con la Colonia.

Tengo entrevistas de Larraín donde dice que las acusaciones son infundadas, que es un lugar donde están ayudando a los chilenos, un lugar donde Chile no debería tener nada que decir porque son ciudadanos alemanes que vinieron a ayudar al país en un momento crítico y que lo están ayudando en la educación, con las escuelas y con los hospitales. Cómo es posible que nadie haya ido a esos hospitales y haya descubierto, por ejemplo, la máquina del electroshock”, comenta Sepúlveda. “(El Estado de Chile) dio dinero a un hospital donde se torturaban niños chilenos, o sea, paremos de contar. Yo creo que aquí hay culpa de todos los gobiernos, sin ninguna excepción. Hasta el gobierno actual, que no se han pronunciado para realmente hacer justicia a lo que sigue pasando en Colonia Dignidad”.

Sobre la contingencia que adquiere la historia en estos días, la autora hace hincapié en que también se pone en la palestra “cómo las mujeres estamos perdiendo terreno. Todos estos movimientos extremistas nos están quitando derechos, que luchamos por generaciones para obtenerlos. Yo tuve mejores derechos que mi madre, pero hoy, mis nietas van a tener menos derechos de los que yo tuve. Para mí, esta novela tiene esa importancia, de ver cómo podemos perderlo todo. La fragilidad de los derechos, que todos los días los aceptamos como si fueran algo que nunca va a cambiar”.

Mujeres de Colonia Dignidad. Archivo de Villa Baviera
Mujeres de Colonia Dignidad. Archivo de Villa Baviera

En cuanto al destino de la Colonia, que hoy funciona como un centro de eventos, Sepúlveda afirma que el destino del lugar debe ser el cierre definitivo. “La Colonia Dignidad tendría que cerrarse. Y ninguna persona debería visitarla para celebrar ningún acontecimiento en su vida. A mí me parece vergonzoso, porque no podemos homenajear la tortura”.

Yo creo que todavía no se ha terminado de contar la historia de la Colonia Dignidad que existe en el presente. No necesitamos una placa en la Colonia Dignidad. Necesitamos una investigación y que se sepa qué está pasando ahora, por qué todas estas víctimas chilenas y alemanas no han tenido justicia”.

Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa, novela de Emma Sepúlveda (editorial Catalonia)
Cuando mi cuerpo dejó de ser tu casa, novela de Emma Sepúlveda (editorial Catalonia)

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