En tres puntos: ¿por qué fue exitosa la rutina de Alison Mandel?

FOTO: DIEGO MARTIN /AGENCIAUNO

La comediante acertó en tres aspectos, generar identificación con el tema de la maternidad; usar a su marido como "personaje" y el vínculo con las mujeres.


1- La maternidad

Es uno de los puntos más fuertes de su rutina, amén de su reciente maternidad. Con rapidez y mucha claridad, logró hacer reír al “Monstruo” contando chistes que generaron identificación, amén de su velocidad (a los 2 minutos ya había arrancado las primeras risas). “Tu teníai una guagua que te amaba y ahora tienes una persona que te contesta con un monosílabo” y sus juegos como echarle papas fritas al vaso de bebida de otro. “Parezco entrenador de fútbol con los niños en la mañana”, un chiste en que siguió arrancando risas por la identificación que generó con la gente.

También contó historias de su propio hijo, Baltazar, e hizo referencia a uno de los conceptos de moda, el de la “crianza responsable”. “Yo puedo tener crianza respetuosa con mi guagua pero no con mi suegra, y de adentro me salió y le dije: sabe qué señora, yo vivo con una de las hueas que usted crió y lo hizo como el pico”, dijo la humorista, haciendo reír a la quinta Vergara.

2- Pedro Ruminot

Su esposo -también comediante- fue uno de sus mayores objetivos. Se burló de su mala disposición (y capacidad) para sacarle una foto, su (no) belleza, lo cual desató las risas de monstruo. “Es que ustedes no lo han visto en pelota”. Más risas. Y dio a conocer de por qué le gustaba: “El Pedro es flaite, y a mí no hay nada más que me guste en un hueón, de que sea flaite”. Más risas. “El flaite tira bien, el cuico tira como con culpa, como si diosito lo estuviera mirando”.

“La habilidad que tienen los hombres de desaparecer justo en el momento en que uno los necesita. Me levanto, miro no está y digo: ah, esto lo voy a guardar para después”, fue parte del inicio de su rutina, donde logró sacar carcajadas del público.

3- El “Poder femenino”

Al momento de recibir las gaviotas, Mandel señaló como un mantra: “Es por mí y por todas mis compañeras”, haciendo referencia a todas las mujeres y madres que la acompañaron durante el proceso de maternidad primeriza.

También comentó que uno de sus temores cuando nació Baltazar, su primer hijo biológico, fue la reinserción laboral, considerando los múltiples obstáculos a los que se enfrentan; sin embargo, agradecía poder estar de vuelta, desenvolviéndose laboralmente.

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