Desde la U y Colo Colo hasta el Manchester United, el PSG y el Valencia: la rebelión de los hinchas contra las dirigencias de los clubes

Pasa en Chile y en Inglaterra. Lienzos de hinchas de la U y del Manchester United, en contra de los dueños.

Ya sean por el discreto rendimiento deportivo o por problemas en la administración, fanáticos de equipos tan distintos, en Sudamérica y Europa, han evidenciado su descontento hacia los altos mandos (léase presidentes y/o dueños) mediante pancartas o cánticos. Empresarios y magnates son los blancos predilectos.



Ir al estadio dejó de ser exclusivamente un motivo para alentar al equipo de los amores o presenciar un espectáculo deportivo. También se ha convertido en el escenario ideal para reclamar cuando las cosas no andan bien, ya sea con gritos, cánticos o algún mensaje por escrito. Un fenómeno que cruza fronteras, desde el visceral fútbol de Sudamérica hasta alcanzar a la élite de Europa. Cuando las malas campañas atosigan, la reacción nace más allá del país de origen.

El ejemplo más palpable de esto hoy, en el campeonato local, sucede con Universidad de Chile. La delicada situación institucional y deportiva del cuadro laico ha sido caldo de cultivo para que los lienzos en contra de Azul Azul afloraran en los últimos partidos como local. Ante Palestino y La Serena, se hizo notoria la presencia de mensajes alusivos a la concesionaria, como responsable del presente del equipo, lejos de la vanguardia consecutivamente. En el duelo del sábado 7 de mayo, ante los papayeros, lienzos como “A$UL A$UL no es la U” o “Dirigentes ineptos” se notaban claramente en la Tribuna Andes del estadio Santa Laura. Incluso, el árbitro Cristián Garay lo consignó en el informe del partido, además de otros elementos como bombas de estruendo y uso del láser.

"Ennio: Vivaldi con estos buitres", fue uno de los lienzos de hinchas de la U, en contra de Azul Azul, en el partido ante La Serena. FOTO: AGENCIAUNO
"Ennio: Vivaldi con estos buitres", fue uno de los lienzos de hinchas de la U, en contra de Azul Azul, en el partido ante La Serena. FOTO: AGENCIAUNO

En el partido ante los árabes, uno de estos fue dedicado al representante Fernando Felicevich, sindicado como una de las personas detrás del grupo controlador de las acciones (Sartor). “Felicevich devuelve el club”, decía. El agente respondió: “Mienten, sistemáticamente, todos los días. Ya voy a descubrir quien les está pagando para mentir”.

Cuando las determinaciones de los mandos no convencen a los fanáticos o cuando el equipo anda mal en la cancha, no solo el entrenador se vuelve en el blanco directo de la crítica. También lo son los presidentes y/o dueños. Como en Chile rigen las sociedades anónimas deportivas, entran en este grupo los accionistas mayoritarios, sobre todo si son mediáticos. Colo Colo (Blanco y Negro) no ha escapado de esto. El partido de la Copa Libertadores con River Plate coincidió con el cambio de presidente en ByN, y la asunción de Alfredo Stohwing por Edmundo Valladares. Quien recibió la indignación de los hinchas fue Aníbal Mosa, receptor de los insultos proferidos por algunos forofos. “Ándate, nadie te quiere”, fue lo más suave que recibió el empresario.

Esta animadversión que se genera desde los forofos hacia los altos mandos de los clubes, por cierto, sin cruzar los límites de lo aceptable, es transversal. Pasa en ligas de todo tipo, desde las humildes hasta la élite. En Sudamérica y en Europa. Al otro lado de la cordillera, hay equipos grandes que lo pasan mal. Es el caso de San Lorenzo. La mala campaña que arrastra el Ciclón (no ganó un solo partido como local en la Copa de la Liga) puso en una situación incómoda a quien era la cara visible de su directiva: Marcelo Tinelli. El popular conductor de TV es un fanático declarado del equipo y ha tenido cargos incluso en la AFA. En 2019 fue elegido presidente de San Lorenzo con el 80% de los votos. Pero en 2021 solicitó una licencia y dejó el cargo, hasta que recientemente renunció. Los hinchas le enrostran la responsabilidad del delicado momento institucional y deportivo del club. Es, literalmente, una persona non grata en Boedo.

No quieren a los dueños

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el cual el equipo predominante en Manchester era el United, el con más historia y títulos. Pero todo cambió. Se fue sir Alex Ferguson y los millones de Medio Oriente se hicieron cargo del City, el vecino (muy popular en la ciudad, pero sin el renombre de los Diablos Rojos internacionalmente). Eso movió la brújula y ahora los Ciudadanos son los que golpean más fuerte la mesa. Por quinta temporada seguida, Man-U no sumará títulos.

En esta temporada, la fanaticada “explotó” y comenzó a manifestarse con más fuerza en contra de la familia Glazer, los propietarios del club. Tanto en Old Trafford como en la entrada del Centro de Entrenamiento de Carrington, hinchas han llegado reclamando por la salida de los controladores, núcleo estadounidense que también tiene a su haber a los Tampa Bay Buccaneers de la NFL. En el duelo ante Brentford, del 2 de mayo, se pusieron lienzos en la entrada del Teatro de los Sueños con mensajes como “Love United Hate Glazers” (Amo al United y odio a los Glazer).

Hinchas del Manchester United se manifestaron contra la familia Glazer, dueños del club, durante el duelo ante Brenftord, el pasado 2 de mayo. FOTO: REUTERS

Esto pasa hasta en las mejores familias. “Los ricos también lloran”, se puede decir. La frustración de no ganar un título puede llevar a manifestaciones de todo tenor. Así ocurrió en el PSG, esa constelación de estrellas elaborada con capitales qataríes, que nuevamente se cayó en el afán de conseguir su preciado objeto de deseo: la Champions.

La eliminación, a manos del Real Madrid, provocó un sismo importante en el club parisino. El pasado 13 de marzo, en el duelo ante el Bordeaux, se vivió un clima caliente en el Parque de los Príncipes. Además de una sonora pifiadera hacia los jugadores (Neymar y Messi, incluidos), los ultras se manifestaron con pancartas en contra de los dirigentes, como “Direction Demission” (Directiva Dimisión), apuntando específicamente al director deportivo Leonardo y al presidente Nasser Al-Khelaifi. Un lienzo más fuerte decía: “Mbappé a Paris. Leonardo au pilori” (Leonardo en la picota). Los ultras (la barrabrava) han exigido constantemente la salida del dirigente qatarí.

"Mbappé a París. Leonardo en la picota", fue uno de los lienzos de los hinchas del PSG, exhibidos durante el juego ante el Bordeaux del pasado 13 de marzo, tras la eliminación de la Champions. FOTO: REUTERS

En España, un club tradicional como el Valencia no atraviesa por su mejor época. En 2014, el empresario singapurense Peter Lim se convirtió en el máximo accionista. Sin embargo, la relación entre el dueño y los hinchas está en un punto muerto, porque las campañas del conjunto che han sido irregulares. Tanto en el propio Estadio Mestalla como en los alrededores, los fanáticos han mostrado su descontento con la gestión, que también tiene al club en una compleja realidad económica. Lim ha tratado de vender al Valencia, sin éxito hasta hoy.

La oposición al empresario ha organizado diferentes protestas. La última de ellas fue hace unos días. En una de las vallas publicitarias que está cerca de la ciudad deportiva del club, apareció un mensaje con un fondo amarillo, con solo dos palabras: “Lim Out” (Lim Fuera). Tan simple como con sentido, para los contrarios al magnate.

Un letrero publicitario con el mensaje "Lim Out", en referencia al dueño del Valencia, se ubicó cerca del centro de entrenamiento del club.
Un letrero publicitario con el mensaje "Lim Out", en referencia al dueño del Valencia, se ubicó cerca del centro de entrenamiento del club.

En el Viejo Continente, las manifestaciones surgieron con más fuerza a raíz del proyecto de la Superliga, idea de torneo que solo convocaba a las potencias continentales (por fines económicos). El formato no fue del gusto de la mayoría de los simpatizantes, porque excluía a los más humildes (afectaba directamente la competencia). En definitiva, la famosa Superliga se diluyó.

Sigue en El Deportivo

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.