La emotiva historia de Rebeca Andrade: la brasileña que derrotó a Simone Biles y va por su primer oro panamericano

Rebeca Andrade buscará su primera medalla panamericana. Foto: Yves Herman/Reuters.

Luego de ganar el Mundial de Bélgica, la gimnasta llega a Santiago 2023 a consolidar su reinado, el mismo que comienza en una favela de su país y que la hizo dejar a su familia a muy temprana edad.



No ver a Simone Biles en lo más alto del podio, es muy extraño. Más aún si es una brasileña la que le roba el oro y la gloria. Y precisamente esa fue la imagen que el planeta pudo observar en el Mundial de Bélgica, cuando Rebeca Andrade se lleva el oro en el salto.

“Tenemos un sentimiento que crece entre las dos para dar lo mejor. Me encanta tenerla como competidora. Es increíble de ver, será extraordinaria”, la describe la estadounidense. Y la latinoamericana, celebra como una niña y dice: “Pueden venir más, me encanta. Vamos, vamos. ¡Mucho oro!”.

Presea dorada que ya había conquistado en Tokio 2020 (salto de potro) y que consolida una carrera que se forjó en torno al sacrificio. Porque la atleta que mide 1,54 metros de estatura, tuvo que sufrir -y mucho- para consolidar su sueño.

Todo comienza cuando la nacida en Guarulhos, cerca del aeropuerto de Sao Paulo, accede a un programa de la alcaldía de su zona e ingresa por primera vez a un gimnasio a los cuatro años de edad. “Llegó con la tía, toda tímida. Cuando le pedí que diera un salto, vi de inmediato un talento increíble que necesitaba ser pulido. Y eso fue lo que hicimos”, describe su primera profesora, Mónica dos Anjos, en una entrevista realizada el 2021.

Cinco años después, y superando muchas veces la falta de recursos para ir a entrenar (iba caminando al gimnasio con uno de sus ocho hermanos pues no había dinero para la movilización), viene la decisión más difícil para Rebeca y su madre, Rosa Santos: dejarla ir a Curitiba para seguir con su carrera.

Me decían ‘estás loca por dejar que tu hija se vaya’. Pero tuve la sabiduría y la mente abierta para dejarla seguir sus sueños”, rememora doña Rosa en el portal UOL.

Simone Biles comparte con Rebeca Andrade. Foto: Yves Herman/Reuters.

El ascenso

Lejos de su familia y con un padre ausente, la gimnasta conquista el Trofeo Brasil a los 13 años de edad (2012) y se muda a Río de Janeiro. Es allí donde se espera que brille en los Juegos Olímpicos que organiza su país el 2016, pero su rodilla derecha le falla por primera vez y la manda al quirófano.

Sólo alcanza el undécimo lugar y en los años que vienen, la articulación no la deja tranquila. Dos veces más tuvo que operarse y en más de una ocasión pensaba que lo mejor era retirarse. Más, su entorno cercano no le permitía rendirse y cuando ya estaba a punto de hacerlo, vino la pandemia y el tiempo suficiente para recuperarse y volver a entrenar.

Tokio 2020 la encuentra con todas las ganas de demostrar que todo lo vivido no había sido en vano y logra el oro en salto de potro y plata en el concurso general, lo que la convierte en la primera brasileña en subirse dos veces a un podio olímpico.

Pero también la transformaron en la nueva ídola de todos los habitantes de los sectores marginados de su país. Porque Rebeca Andrade jamás olvida sus orígenes y en cada presentación combina una canción que venga de las poblaciones y un tema más conocido. Por ejemplo, en la capital nipona se escuchaba Baile de Favela de MC Joao y Tocata y Fuga en Re menor de Johann Sebastián Bach, mientras ella deleitaba en la pista. Combinación que repitió en la cita planetaria, con End of Time de Beyoncé y Movimento da Sanfoninha de la brasileña Anitta.

¿Qué elegirá para Santiago 2023? Eso se sabrá desde este domingo 22, cuándo la paulista comience a buscar su primera medalla panamericana, su clasificación a París 2024 y vociferar su ya conocido grito de guerra: ¡Wakanda por siempre!

Sigue en El Deportivo

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.