Acusación constitucional a Ávila: la derecha se alista para una derrota y se desatan fuertes recriminaciones cruzadas

Sesión de la Cámara de Diputados en la que se discute acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila. Foto: Manuel Lema Olguín / Agencia Uno.
La sesión de la Cámara de Diputadas y Diputados donde se votará la acusación constitucional en contra de Marco Antonio Ávila

Desde la mañana que en la oposición comenzaron a aquilatar la fuerte derrota que supondrá el rechazo de la acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD). Líderes y parlamentarios de UDI, RN y Evópoli ya comenzaron a endosarse responsabilidades.


Hasta anoche se prolongaron las conversaciones entre RN y Evópoli para convencer a este último partido de apoyar la acusación constitucional en contra del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, que a esta hora se discute en la Cámara de Diputados. El diputado y secretario general de RN, Diego Schalper, recibió en su oficina al diputado de Evópoli Jorge Guzmán, para convencer a los representantes de la derecha liberal de sumarse al libelo, ante las dudas que existían.

Pero en la mañana de este miércoles el jefe de bancada de Evópoli, Francisco Undurraga, finalmente anunció que él junto al otro militante de su comité, Guzmán, no apoyarían el libelo. La postura de Evópoli evidenció un fuerte quiebre en Chile Vamos, dado que -además- Undurraga emplazó públicamente a Schalper, quien temprano había acusado a los diputados de esa colectividad de lanzar un “salvavidas” al ministro de Educación. “¡Exigimos respeto de nuestros socios! El secretario general de RN es secretario de un partido aliado, así que le exijo respeto”, dijo en un punto de prensa.

Ya hace algunas horas, cuando aún el libelo aún no iniciaba su discusión formal en la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados, en la oposición daban la ofensiva por perdida y se alistaban para recibir un duro golpe por el traspié.

La desazón de la oposición se acentuaba dado que Ávila es considerado uno de los ministros que más errores han cometido y uno de los peores evaluados del gabinete, además de que su juicio político se estaba realizando en uno de los peores momentos de La Moneda, sumida en el lío de platas desatado entre las fundaciones y el Minvu. Así que no prosperara la acusación constitucional reafirma la tesis de debilidad de la oposición, incapaz de generar un fuerte contrapeso al gobierno.

De ahí que molestara tanto el propio desorden interno. Las recriminaciones comenzaron de inmediato en la derecha. “De los niños primeros en la fila, pasaron al ministro primero en la fila”, dijo irónicamente el diputado del Partido Republicano Cristián Araya, aludiendo al eslogan de Evópoli, impulsado por su fundador, el senador Felipe Kast.

El propio Schalper acusó a Evópoli de ser el “salvavidas” de Ávila, mientras que en la UDI la secretaria general, María José Hoffmann, dijo que “en la UDI vamos a privilegiar nuestras alianzas solo con quienes estén dispuestos a hacer una oposición seria y responsable”.

Desde RN estaban particularmente molestos con Evópoli, pues sostenían que han sido generosos con sus socios de coalición. Daban como ejemplo que les han facilitado diputados para que puedan conformar su comité con el mínimo de legisladores que se requiere, según el reglamento, ya que Evópoli no tiene peso a nivel parlamentario.

La tensión escaló al punto que en RN evaluaban exigir el regreso de los parlamentarios RN que crearon el comité con Evópoli, lo que traería costos administrativos, mientras que tanto la UDI como RN señalaban que había una conversación pendiente sobre qué hacer con la colectividad que preside Gloria Hutt en términos de coalición, y si acaso se deberían ir o no de Chile Vamos. Esto, pues explican que ha habido una tensión latente con este partido, lo que se ha reflejado en otras votaciones, como el rechazo del senador Felipe Kast a la candidata de RN a la Defensoría de la Niñez.

En Evópoli también estaban divididos, debido a que los otros dos integrantes del comité en calidad de independientes, Hotuiti Teao y Christian Matheson, planeaban estar a favor de la acusación constitucional.

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila. FOTO: DEDVI MISSENE

Problema de origen de la acusación

En la derecha todos mencionaban que la acusación tuvo un problema desde su origen. La recriminación apuntaba directamente a las diputadas que anunciaron inicialmente el libelo: Francesca Muñoz y Sara Concha, pertenecientes al Comité Social Cristiano.

La molestia apuntaba a que las dos parlamentarias dieron un carácter ideológico a la acusación, y muy concentrado en los temas valóricos que ambas impulsan debido a que son evangélicas. Por ejemplo, en el libelo, tres de los siete capítulos tienen que ver con los temas de educación sexual que ha impulsado el ministro.

Esto, reclamaban en Chile Vamos, fue un tema que ahuyentó a los parlamentarios de centro, y a algunos más liberales en la derecha. De hecho, este martes el diputado de Evópoli Jorge Guzmán dijo que “el ministro está ejecutando el programa de gobierno en educación sexual. Y eso no es mérito para una acusación”.

En la UDI comentaban que pese a que Evópoli solo restó dos votos, su ausencia dio una señal para ahuyentar a otros sectores más de centro. En Evópoli molestó, en tanto, que en Chile Vamos incorporaron -sin hablar antes con la bancada del partido- al diputado Christian Matheson como firmante de la acusación.

A eso se sumaron otros errores cometidos en la derecha, que admitía que fue un “triunfo” del gobierno el haber instalado la idea de que se trataba de una acusación constitucional “homofóbica”, debido a la orientación sexual del ministro Ávila.

Molestaron particularmente las frases de la dirigenta Marcela Aranda -que trató a Ávila de ser un “lobbista LGTBIQ+”- y de la diputada de la bancada RN María Luisa Cordero, quien calificó al secretario de Estado de ser un “pervertido”. Estas frases, dicen en la derecha, contribuían a la idea de que se trataba de una acusación “homofóbica”. En la UDI apuntaban directamente a RN, debido que fue el diputado Miguel Ángel Becker quien permitió que Aranda hablara en la comisión.

La tensión también se dio a nivel de RN y la UDI. En el primer partido reclamaban que el gremialismo no hizo nada por la acusación, que los capítulos fueron redactados casi todos por RN. Lo cierto es que la UDI no estaba por acusar constitucionalmente, sino que quería interpelar, pero finalmente se terminaron plegando.

Otros hechos también incomodaron con el Partido Republicano, pues hubo molestia en Chile Vamos de que se ausentara del país el subjefe de bancada del partido de José Antonio Kast, Agustín Romero.

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