Un devorador de planetas: estudio muestra cómo es el misterioso Júpiter por dentro

Ilustración referencial.

Un equipo internacional de astrónomos descubrió la aterradora razón de por qué el planeta gaseoso es tan grande.


Cuando la misión espacial Juno de la Nasa llegó a Júpiter en 2016, vislumbramos la notable belleza del planeta más grande de nuestro Sistema Solar. Además de la famosa Gran Mancha Roja, Júpiter está plagado de huracanes, lo que casi le da la apariencia y la mística de una pintura de Van Gogh.

Sin embargo, la envoltura del planeta debajo de la delgada capa visible no es evidente de inmediato. Aún así, Juno puede pintarnos una imagen al sentir la atracción gravitatoria sobre diferentes lugares en Júpiter. Esto da a los astrónomos información sobre la composición del interior, que no es como lo que vemos en la superficie.

Un equipo internacional de astrónomos, dirigido por Yamila Miguel (SRON/Observatorio de Leiden), publicó un estudio en la revista Astronomy & Astrophysics en el que descubrió ahora que la envoltura gaseosa no es tan homogénea ni tan bien mezclada como se pensaba anteriormente. En cambio, tiene una mayor contracción de “metales”, elementos más pesados que el hidrógeno y el helio, hacia el centro del planeta. Para llegar a sus conclusiones, el equipo construyó una serie de modelos teóricos que se adhieren a las restricciones de observación medidas por Juno.

Recreación artística de la sonda Galileo orbitando Júpiter. Foto: Nasa

El equipo estudió la distribución de los metales porque les da información sobre cómo se formó Júpiter. Los metales resultan no estar distribuidos homogéneamente a lo largo de la envoltura, con más en la parte interior que en las partes exteriores.

El total suma entre 11 y 30 masas terrestres de metales. “Hay dos mecanismos para que un gigante gaseoso como Júpiter adquiera metales durante su formación: a través de la acreción de pequeños guijarros o de planetesimales más grandes”, dijo Miguel en un comunicado.

Yamila Miguel, líder de la investigación.

“Sabemos que una vez que un planeta bebé es lo suficientemente grande, comienza a expulsar guijarros. La riqueza de metales dentro de Júpiter que vemos ahora es imposible de lograr antes de eso. Entonces podemos excluir el escenario con solo guijarros como sólidos durante la formación de Júpiter. Los planetesimales son demasiado grandes para ser bloqueados, por lo que deben haber jugado un papel”, agregó la astrónoma.

El hallazgo de que la parte interna de la envoltura tiene más elementos pesados que la parte externa, significa que la abundancia disminuye hacia el exterior con un gradiente, en lugar de que haya una mezcla homogénea a lo largo de la envoltura. “Antes pensábamos que Júpiter tiene convección, como el agua hirviendo, por lo que se mezcla completamente”, dice Miguel. “Pero nuestro hallazgo muestra algo diferente”.

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