Madres subrogantes: ¿cómo es gestar el hijo de un famoso?

Madres subrogantes: ¿cómo es gestar el hijo de un famoso? Foto: Getty Images.

Hoy en día, las celebridades hablan abiertamente de que han recurrido a los vientres de alquiler para poder convertirse en padres. Pero, ¿qué hay de las mujeres que han sido madres subrogantes? Esta es la historia de una de ellas.


La semana pasada, la empresaria y socialité estadounidense Paris Hilton anunció al mundo que junto a su esposo, Carter Reum, se habían convertido en padres.

“Ya eres más amado de lo que se puede expresar con palabras”, escribió Hilton en una publicación de Instagram.

Poco después, la modelo confirmó a la revista People que la llegada de su hijo había sido a través del método de vientre de alquiler, ya que durante años había intentado ser madre y no lo había conseguido. Esta opción suele tomarse cuando las personas no pueden concebir hijos por distintos motivos, uno de ellos es la infertilidad.

Así como lo hizo Paris Hilton, son varias otras celebridades que han decidido escoger este camino para ser padres: Naomi Campbell, Grimes, Kim Kardashian, Ricky Martin y Nicole Kidman, son algunos de ellos.

Si bien la mayoría del tiempo el foco está puesto sobre las celebridades que toman esta decisión, ¿qué hay de las madres que son parte de la gestación subrogada? Esta es la historia de una de ellas.

Descubrir el mundo de los vientres de alquiler

Shanna St. Clair ha pasado por este proceso tres veces. Cada caso fue totalmente diferente, dijo en conversación con BBC.

Un día la llamó Catherine, una mujer que la había contratado para un vientre de alquiler. “Mira, quería decirte antes de que lo veas en las noticias, estaba usando otra madre subrogante y acaba de dar a luz”, escuchó Shanna al otro lado del teléfono.

No podía creerlo. En su vientre, se alojaba un bebé que ya cumplía un par de semanas y que había sido solicitado por Catherine. Sin embargo, ahora la celebridad le había notificado que ya tenía el hijo que quería.

“Desearía que me lo hubieras contado”, la confrontó Shanna. “¿Deberíamos hablar después de que vaya a mi revisión de rutina mañana?”, añadió.

Por su parte, Catherine solo emitió un escueto “sí” y le cortó el teléfono a Shanna.

“Quedé un poco impactada con la noticia, pero estoy tan feliz por ti. Disfruta de tu bebé, hablemos después de mi revisión”, le escribiría más tarde por mensaje a Catherine. Pero ésta última no volvió a responder ni llamar a Shanna.

Shanna St. Clair tenía 30 años cuando decidió entrar al mundo de los vientres de alquiler. Foto: Getty Images.

La primera vez que Shanna supo del mercado de los vientres de alquiler fue en una revista. A medida que iba leyendo, descubrió que en esto habían distintos tipos de madres. Todo la cautivó por completo, puesto que se hablaba de la subrogación como un método muy positivo para quienes no podían ser padres: personas solteras, parejas con problemas de fertilidad y parejas LGTBIQ+.

A Shanna le pareció una buena idea. Tenía 30 años, tres hijos y no quería agrandar su familia. “Podría ser una portadora gestacional”, fue el pensamiento que se cruzó por su mente. Después de eso tuvo que hacer trámites eternos, revisiones médicas y psicológicas, así como también entrevistas con abogados.

La primera vez siendo madre subrogante

Poco después de hacer todos los trámites necesarios, una pareja de celebridades la llamó: Jennifer y Mark. Acordaron reunirse en Nueva York y así lo hicieron. Al conocerse, los tres tuvieron una muy buena conexión.

“Eran personas amables”, recuerda Shanna. “Se tomaron el tiempo de entender mi vida, de conocer a mis hijos”. Durante el proceso, a la mujer le costearon los gastos de traslado hacia la clínica de fertilización, alimentación, bencina y estadía.

No fueron pocos los intentos que Shanna tuvo que hacer para quedar embarazada del bebé de Jennifer y Mark. Pero cuando finalmente dio a luz, todo salió bien. Incluso la pareja la tomó de la mano y lloraron mientras ella estaba en el parto.

Esa sería la primera vez que Shanna fue madre subrogante. Como fue una experiencia positiva tanto para ella como para la pareja, no dudó mucho cuando una celebridad amiga de Jennifer, llamada Catherine, quería conocerla por el mismo motivo.

Tres intentos y una celebridad inhumana

Durante años, Catherine había intentado tener hijos ella misma y a través de madres subrogantes. Por eso, cuando escuchó que a Jennifer le había resultado todo bien con el bebé que tuvo Shanna, quiso tratar con ella.

Pero según recuerda Shanna, cuando conversaron por primera vez, ya habían ciertos indicios de que las cosas no resultarían tan gratas como la experiencia anterior.

Lo primero fue que Catherine recomendó que no tomaran en cuenta a la agencia en la cual se hacía el proceso. Sus abogados se encargarían de todo, recuerda Shanna. “Después dijo que yo ya había pasado una evaluación psicológica durante mi experiencia con Jennifer y que no necesitaría otra”, afirma la mujer.

Para el proceso de embarazo, Shanna le advirtió a Catherine que podría hacer tres intentos. Y de ahí en adelante, las cosas vinieron cuesta abajo.

El día en que Shanna tuvo que ir a la clínica de fertilización in vitro para que le pusieran el óvulo fertilizado de Catherine, acudió con la compañía de su esposo. Allí los esperaba Catherine, quien se negó a abrazar a la mujer que podría llevar a su bebé en el vientre.

Después, la celebridad le aseguró que se quedaría en ese lugar para verificar que la transferencia de óvulos resultara de buena forma. Sin embargo, también le dejó en claro que estaba apurada y que su chofer los podría trasladar hasta el hotel cuando terminaran el proceso.

Finalmente, ese primer intento no prosperó.

La segunda ocasión podría decirse que fue aún más peor. Mientras estaban en la clínica de fertilidad, Catherine le dijo a Shanna que tomara una pastilla de Valium, ya que quizás el primer intento había fracasado producto del nerviosismo.

Shanna St. Clair vivió una experiencia traumática al intentar gestar el bebé de una celebridad. Foto: Getty Images.

Shanna se negó, pero Catherine reiteró que lo hiciera. “Seguía diciéndome: ‘¿Cuál es tu problema Shanna? Una pastilla no te va a hacer daño’. Yo sentí que no le podía discutir”, rememora.

Lo que Shanna tuvo que hacer fue fingir que se la tomaba, pero la botó cuando Catherine estaba distraída. Ese intento de embarazo tampoco funcionó.

Durante la tercera prueba, la celebridad estuvo discutiendo por celular con su madre. No se preocupó en lo absoluto por el estado de Shanna. Sin embargo, un par de días después le informaron a Shanna que tenía niveles de hCG acordes para prosperar un embarazo.

Si bien la noticia alegró a Shanna, Catherine no demostró ni alegría ni pena. Nada. Esto era por un motivo muy específico: antes, otra madre subrogante que tenía había quedado embarazada pero tuvo un aborto.

“Fue culpa de ella”, le dijo Catherine a Shanna.

Una vivencia traumática

Luego de que Catherine llamara a Shanna para informarle de que otra madre subrogante había tenido un bebé de ella, no volvió a aparecer.

Shanna, por su parte, tuvo que seguir yendo al médico para ver que todo estuviera bien. Sin embargo, no tenía la certeza de si Catherine seguía queriendo que diera a luz al bebé. Hasta que un mes después, tuvo un aborto espontáneo.

Al saber la noticia, Shanna llamó a la famosa para contarle. No contestó sus llamadas, por lo que tuvo que enviarle un mensaje. Pasaron días y días y no había respuesta de la contraparte. “Hola, espero que tú y el bebé estén bien. ¿Debería enviarte el resto de las facturas?”, volvió a escribir Shanna.

Tras ese breve mensaje, Catherine se mostró totalmente ofendida. “Shanna, nuestra relación ha terminado. Estoy horrorizada por tu frialdad sobre el nacimiento de mi hijo, envía las facturas”, le dijo. Después de eso, nunca más volvieron a saber de la otra.

Aria Simuel, directora de Modernly, una agencia de vientres de alquiler en California, comentó a BBC que “las celebridades hoy son más abiertas sobre la subrogación, pero es algo que ha estado ocurriendo durante años”.

“Cuando una persona de alto perfil viene con gerentes comerciales, asistentes y jefe de seguridad, eso puede ser muy intimidante para una madre sustituta”, agrega.

Tras la mala experiencia con la celebridad, Shanna volvió a ser madre subrogante a través de su antigua agencia. Tuvo mellizos, y según cuenta, “necesitaba algo bueno para borrar la mortificante experiencia con Catherine”.

“He tenido dos hermosas experiencias de subrogación y otra que fue terrible y transaccional”, finaliza.

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