Omer Kanat, cofundador del Congreso Mundial Uigur: “Nadie está seguro dentro de nuestra región y todo el mundo está siendo seguido”

Omer Kanat durante un discurso en la Niagara University. Foto: NU News

En el marco de una gira por Latinoamérica, el dirigente de la etnia uigur visita nuestro país. "Chile también tuvo una dictadura con desapariciones forzadas, así que queremos explicar lo que pasa en Xinjiang", dice Kanat a La Tercera, en referencia a la región china donde, según expertos, casi dos millones de personas están en “centros de reeducación”.


En octubre 2022, dos meses después de que Michelle Bachelet publicara un informe que detallaba supuestas violaciones a los DD.HH. en contra de la etnia uigur en China, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU rechazó debatir el documento. La propuesta impulsada por un grupo de países occidentales contó con 17 votos a favor, 19 en contra y 11 abstenciones.

Entre los países latinoamericanos que conformaban el Consejo, sólo Honduras y Paraguay votaron a favor del debate, mientras que Bolivia, Cuba y Venezuela lo rechazaron. Por otro lado, Argentina, Brasil y México se abstuvieron.

Viendo esta situación, Omer Kanat, cofundador y director ejecutivo del Congreso Mundial Uigur, emprendió un viaje por la región, en miras a concientizar sobre la situación en Xinjiang, región al oeste de China, donde el régimen comunista ha sido acusado de llevar a cabo violaciones a los derechos humanos en sus “centros de reeducación” contra la minoría musulmana. En esta entrevista con La Tercera, Kanat, quien arribó este jueves a Chile tras su paso por Brasil y Argentina, se refiere a los motivos de su visita.

En el contexto de su gira por Sudamérica, ¿qué actividades contempla realizar en Chile?

Intentaremos reunirnos con funcionarios del gobierno, parlamentarios y también representantes de las organizaciones por los derechos humanos en Chile, para crear conciencia sobre aquello que está pasando con los uigures en China y cómo el gobierno chino ha venido tratando a los uigures.

El gobierno chino ha estado aplicando una política genocida desde 2017 contra los uigures, y comenzaron a encerrar a cientos de miles de personas desde entonces. A causa de la severidad de estas atrocidades, muchas organizaciones por los DD.HH. han denunciado el tratamiento a los uigures como crimen contra la humanidad. Amnistía Internacional publicó un informe hablando de crimen contra la humanidad, Human Rights Watch también, y muchos parlamentos en Europa, Canadá y Estados Unidos han hablado de genocidio en Xinjiang.

Incluso, la entonces alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, lanzó en agosto pasado un informe hablando de violaciones a los derechos humanos cometidos por el Estado chino a la etnia uigur y a la gente que practica el islam en la región de Xinjiang, condenando esto y asegurando que “podrían estar ocurriendo crímenes contra la humanidad”.

En octubre, en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se envió una moción para discutir este reporte, pero fue rechazado por 19 países contra 17 que votaron a favor, 19 países que votaron en contra bajo la presión del gobierno chino. Algunos de esos países fueron de Latinoamérica, y algunos se abstuvieron, así que ahora venimos a Latinoamérica, visitando Brasil, Argentina, y hemos explicado qué está pasando realmente en Xinjiang, y pasándoles los documentos sobre las violaciones de derechos humanos que están teniendo lugar.

A estos países les hemos solicitado que, aún teniendo buenas relaciones económicas con China, no dejen de poner atención en lo que está pasando en términos de derechos humanos. Estos países tienen una obligación internacional de detener las atrocidades, las violaciones a los DD.HH., y no deberían olvidar jamás lo que está pasando. Son países como Brasil, Argentina y Chile, que vivieron dictaduras donde la gente desapareció, y estas atrocidades están pasando ahora mismo. No es la idea que corten sus relaciones con China, no es nuestra intención, pero deben mostrarse comprometidos a su obligación internacional contra las violaciones a DD.HH.

Omer Kanat en una reunión en Sao Paulo. Foto: Twitter

¿De qué manera el Estado chino ha aplicado la persecución a la etnia uigur en Xinjiang?

La persecución del gobierno chino a los uigures, claro, no empezó en 2017: empezó en 1949, cuando tomaron control de la región de los uigures. Desde entonces, los gobiernos chinos han intentado implementar una política de asimilación sistemática: tratan de destruir nuestra cultura, nuestra identidad, nuestras tradiciones. Y en 2017, la política de asimilación del gobierno chino se transformó en una de genocidio, porque en ese año China decidió hacer esta asimilación de manera forzada.

¿Qué hicieron? Empezaron a encerrar gente proveniente de todos los ámbitos de la sociedad: gente común y corriente, granjeros, profesores, doctores, profesionales, escritores, poetas, intelectuales, empresarios, religiosos. Los ponen en campos que son de concentración, porque lo que están haciendo cae perfectamente en el concepto de genocidio. En esos campos, lo que están haciendo es obligarnos a renunciar a nuestra religión y a nuestra cultura, y no se nos permite hablar nuestra lengua en estos campos.

Las mujeres son esterilizadas forzosamente, y cerca de un millón de niños uigures han sido separados forzosamente de sus padres. Los llevan a “escuelas internados” y kínder, donde cientos de miles de niños han sido trasladados a otras partes de China.

En un principio, China negaba la existencia de estos campos, pero en 2018 en la ONU, en el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, se le preguntó a Beijing por estos campos, y por qué se estaba encerrando a gente en estos campos, y tuvieron que reconocer que había, pero que no eran campos, sino que “centros de reeducación”. Porque, según Beijing, los uigures estarían teniendo “ideas extremistas”, así que había que reeducarlos para eliminar esas ideas.

Un niño mirando desde una puerta en Turpan, región de Xinjiang. Foto: Reuters

El propósito de estos centros, a grandes rasgos, es el de eliminar nuestra identidad religiosa y étnica. Empezaron a prohibir todo lo relativo al islam, y en cuanto somos musulmanes, la práctica religiosa se prohibió, y empezaron a destruir nuestras mezquitas. De acuerdo al Australian Estrategic Policy Institute, el gobierno chino destruyó o demolió 60 mil mezquitas solo en dos años, entre 2017 y 2019.

¿Cuánta gente está en estos campos actualmente?

Se habla de 1,8 millones a dos millones, entre expertos como el doctor Adrian Zenz, que fue quien filtró los “Xinjiang Police Files” (Archivos Policiales de Xinjiang). De acuerdo con el Departamento de Estado norteamericano, hay cerca de dos a tres millones de personas en los campos.

Además de esto, a causa de la esterilización forzada en nuestra región, y los abortos forzados, la tasa de natalidad entre los uigures bajó un 50% desde 2017 hasta 2019. Esto lo sabemos gracias a una investigación de Zenz (antropólogo alemán conocido por sus estudios sobre los campos de internamiento de Xinjiang y el genocidio uigur).

¿Cómo sabemos esto? Lo sabemos porque se han filtrado documentos chinos sobre los campos, del gobierno, y también por declaraciones de líderes chinos. Xi Jinping mismo llamó al islam “una enfermedad mental que debe ser tratada y eliminada”. Y también instruyó, de acuerdo a los documentos filtrados, a los oficiales de seguridad de nuestra región a “no mostrar compasión” al tratar a los uigures.

El año pasado estuvo en Argentina para hacer una denuncia en tribunales locales, de genocidio y crímenes contra la humanidad, contra China. ¿Qué espera de ese proceso?

Fuimos a hacer la denuncia contra los líderes chinos, y en el proceso ahora un juez designó a un fiscal para que mire la evidencia que tenemos. Está yendo bien, de acuerdo a la información de nuestros abogados en Argentina, y tuvimos una reunión esta semana. Los fiscales nos están pidiendo ahora más documentos, más evidencia, así que estamos llevándola. También han entrevistado a dos sobrevivientes de los campos, y están juntando todos estos documentos y oyendo lo que los sobrevivientes tienen que decir.

Cartel con la imagen de Xi Jinping y el lema "Construyendo el sueño chino juntos" en Yarkent, región de Xinjiang. Foto: AP

Tengo entendido que el gobierno chino no solo persigue a los uigures dentro de sus fronteras, sino que amenaza a quienes están fuera. ¿Cómo ha visto esto?

Nadie está seguro dentro de nuestra región, y todo el mundo está siendo seguido, llevado a los campos, e incluso la gente que está fuera de los campos está bajo vigilancia 24/7, con la tecnología más avanzada para vigilar a los uigures. No solo eso: el gobierno chino manda oficiales a las casas de los uigures para vivir con ellos, comer con ellos, e incluso dormir en las mismas camas. Esto está en los documentos. Incluso, en una declaración del régimen, se reportó orgullosamente que más de un millón de oficiales gubernamentales estaban siendo enviados a nuestra región.

El gobierno chino no solo amenaza a la gente dentro, sino también empezó una campaña alrededor del mundo para perseguir y acosar a los uigures. En Estados Unidos, por ejemplo, aun siendo ciudadanos norteamericanos, no están seguros. El gobierno chino los llama a veces, directamente, amenazándolos e incluso forzándolos a espiar para el régimen y amenazándolos también a través de sus familiares en Xinjiang.

La idea es forzar a quienes están afuera a que no hablen, que no expongan las atrocidades de China. Esto pasa hoy todos los días.

Michelle Bachelet en una reunión telemática con Xi Jinping en Guangzhou. Foto: Reuters

En 2022, Michelle Bachelet, en cuanto alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, publicó un reporte sobre la situación en Xinjiang. ¿Cuál es la opinión sobre ese informe y la visita que hizo en mayo de ese año?

Antes del reporte, lo que puedo decir es que el viaje no fue muy exitoso. Con Michelle Bachelet, incluso antes de ir a China, nos encontramos en una reunión. Entonces, yo le pregunté qué sentido tenía ir a China, porque ya ahí, el régimen chino había anunciado que no discutiría ningún tema de derechos humanos, y no había ninguna condición por parte de Bachelet. Además, no se le permitiría visitar los lugares que ella quería visitar, ni encontrar a quienes quería encontrar.

¿Cuál era el sentido, entonces? Por ejemplo, llevarían a Bachelet a un lugar y les dirían a los uigures ahí: “Michele Bachelet viene, su actitud tiene que ser positiva, tienen que sonreír y fingir que tienen una vida feliz”. A pesar de esto, Bachelet visitó China, y en una conferencia de prensa terminó diciendo lo mismo que Beijing decía, cosas relacionadas con “el extremismo” y la “prevención del terrorismo”.

Sin embargo, el reporte de Michelle Bachelet ya estaba preparado. Estuvimos presionando para que ella publicara el informe, pero ella no lo hizo hasta el último día de su mandato, el 31 de agosto. Estamos felices de que haya publicado ese informe, porque aunque no habla de genocidio ni crímenes contra la humanidad, el informe detalla muy bien las violaciones contra los DD.HH. en la región y también menciona que “podrían estar ocurriendo crímenes contra la humanidad”.

Que la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos diga eso es una cosa grande, que obliga a los otros países a hacer cosas para detener lo que está sucediendo.

¿Ha visto en los últimos años algún paso por parte del gobierno de Chile, algún gesto de apoyo para la causa uigur?

No lo hemos visto aún, pero esa es nuestra misión en la visita: explicar nuestro lado de la historia. Porque quizás tienen la información de China, la narrativa china, así que venimos a Chile para contar qué está pasando. No queremos dañar las relaciones con China, pero les recordamos su responsabilidad de prestar atención a la situación de derechos humanos. Chile también tuvo una dictadura con desapariciones forzadas, así que queremos explicar a los políticos, a la organización civil y al gobierno lo que pasa en Xinjiang.

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